(“¿De Nazaret puede salir algo de bueno?”

[Juan_1:46]). El Señor Jesús fue conocido como “el hijo del carpintero” (Mateo_13:55; Mar_6:3)



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viernes, 20 de julio de 2012

EX STANISTA=TESTIMONIO-APOSTASIA

Rom 3:1  ¿Qué ventaja tiene, pues, el judío? ¿o de qué aprovecha la circuncisión?
Rom 3:2  Mucho, en todas maneras. Primero, ciertamente, que les ha sido confiada la palabra de Dios. 
Rom 3:3  ¿Pues qué, si algunos de ellos han sido incrédulos? ¿Su incredulidad habrá hecho nula la fidelidad de Dios? 
Rom 3:4  De ninguna manera; antes bien sea Dios veraz, y todo hombre mentiroso; como está escrito: 
Para que seas justificado en tus palabras, 
Y venzas cuando fueres juzgado. 
Rom 3:5  Y si nuestra injusticia hace resaltar la justicia de Dios, ¿qué diremos? ¿Será injusto Dios que da castigo? (Hablo como hombre.) 
Rom 3:6  En ninguna manera; de otro modo, ¿cómo juzgaría Dios al mundo? 
Rom 3:7  Pero si por mi mentira la verdad de Dios abundó para su gloria, ¿por qué aún soy juzgado como pecador? 
Rom 3:8  ¿Y por qué no decir (como se nos calumnia, y como algunos, cuya condenación es justa, afirman que nosotros decimos): Hagamos males para que vengan bienes? 
Rom 3:9  ¿Qué, pues? ¿Somos nosotros mejores que ellos? En ninguna manera; pues ya hemos acusado a judíos y a gentiles, que todos están bajo pecado. 
Rom 3:10  Como está escrito: 
No hay justo, ni aun uno; 
Rom 3:11  No hay quien entienda, 
No hay quien busque a Dios. 
Rom 3:12  Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; 
No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. 
Rom 3:13  Sepulcro abierto es su garganta; 
Con su lengua engañan. 
Veneno de áspides hay debajo de sus labios; 
Rom 3:14  Su boca está llena de maldición y de amargura. 
Rom 3:15  Sus pies se apresuran para derramar sangre; 
Rom 3:16  Quebranto y desventura hay en sus caminos; 
Rom 3:17  Y no conocieron camino de paz. 
Rom 3:18  No hay temor de Dios delante de sus ojos. 
Rom 3:19  Pero sabemos que todo lo que la ley dice, lo dice a los que están bajo la ley, para que toda boca se cierre y todo el mundo quede bajo el juicio de Dios; 
Rom 3:20  ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado. 
Rom 3:21  Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas; 
Rom 3:22  la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia, 
Rom 3:23  por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, 
Rom 3:24  siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, 
Rom 3:25  a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados, 
Rom 3:26  con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús. 
Rom 3:27  ¿Dónde, pues, está la jactancia? Queda excluida. ¿Por cuál ley? ¿Por la de las obras? No, sino por la ley de la fe. 
Rom 3:28  Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley. 
Rom 3:29  ¿Es Dios solamente Dios de los judíos? ¿No es también Dios de los gentiles? Ciertamente, también de los gentiles. 
Rom 3:30  Porque Dios es uno, y él justificará por la fe a los de la circuncisión, y por medio de la fe a los de la incircuncisión. 
Rom 3:31  ¿Luego por la fe invalidamos la ley? En ninguna manera, sino que confirmamos la ley. 

 

El G12 Al Descubierto. Miguel Sánchez Ávila.

Jua 17:1  Estas cosas habló Jesús, y levantando los ojos al cielo, dijo: Padre, la hora ha llegado; glorifica a tu Hijo, para que también tu Hijo te glorifique a ti;
Jua 17:2  como le has dado potestad sobre toda carne, para que dé vida eterna a todos los que le diste. 
Jua 17:3  Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado. 
Jua 17:4  Yo te he glorificado en la tierra; he acabado la obra que me diste que hiciese. 
Jua 17:5  Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese. 
Jua 17:6  He manifestado tu nombre a los hombres que del mundo me diste; tuyos eran, y me los diste, y han guardado tu palabra. 
Jua 17:7  Ahora han conocido que todas las cosas que me has dado, proceden de ti; 
Jua 17:8  porque las palabras que me diste, les he dado; y ellos las recibieron, y han conocido verdaderamente que salí de ti, y han creído que tú me enviaste. 
Jua 17:9  Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me diste; porque tuyos son, 
Jua 17:10  y todo lo mío es tuyo, y lo tuyo mío; y he sido glorificado en ellos. 
Jua 17:11  Y ya no estoy en el mundo; mas éstos están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros. 
Jua 17:12  Cuando estaba con ellos en el mundo, yo los guardaba en tu nombre; a los que me diste, yo los guardé, y ninguno de ellos se perdió, sino el hijo de perdición, para que la Escritura se cumpliese. 
Jua 17:13  Pero ahora voy a ti; y hablo esto en el mundo, para que tengan mi gozo cumplido en sí mismos. 
Jua 17:14  Yo les he dado tu palabra; y el mundo los aborreció, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. 
Jua 17:15  No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal. 
Jua 17:16  No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. 
Jua 17:17  Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad. 
Jua 17:18  Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo. 
Jua 17:19  Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad. 
Jua 17:20  Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, 
Jua 17:21  para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste. 
Jua 17:22  La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno. 
Jua 17:23  Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado. 
Jua 17:24  Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundación del mundo. 
Jua 17:25  Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te he conocido, y éstos han conocido que tú me enviaste. 
Jua 17:26  Y les he dado a conocer tu nombre, y lo daré a conocer aún, para que el amor con que me has amado, esté en ellos, y yo en ellos. 

 

La Apostasia Musical

Luc 4:1  Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán, y fue llevado por el Espíritu al desierto
Luc 4:2  por cuarenta días, y era tentado por el diablo. Y no comió nada en aquellos días, pasados los cuales, tuvo hambre. 
Luc 4:3  Entonces el diablo le dijo: Si eres Hijo de Dios, dí a esta piedra que se convierta en pan. 
Luc 4:4  Jesús, respondiéndole, dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra de Dios. 
Luc 4:5  Y le llevó el diablo a un alto monte, y le mostró en un momento todos los reinos de la tierra. 
Luc 4:6  Y le dijo el diablo: A ti te daré toda esta potestad, y la gloria de ellos; porque a mí me ha sido entregada, y a quien quiero la doy. 
Luc 4:7  Si tú postrado me adorares, todos serán tuyos. 
Luc 4:8  Respondiendo Jesús, le dijo: Vete de mí, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás. 
Luc 4:9  Y le llevó a Jerusalén, y le puso sobre el pináculo del templo, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate de aquí abajo; 
Luc 4:10  porque escrito está: 
A sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden; 
Luc 4:11  y, En las manos te sostendrán, Para que no tropieces con tu pie en piedra. 
Luc 4:12  Respondiendo Jesús, le dijo: Dicho está: No tentarás al Señor tu Dios. 
Luc 4:13  Y cuando el diablo hubo acabado toda tentación, se apartó de él por un tiempo. 
Luc 4:14  Y Jesús volvió en el poder del Espíritu a Galilea, y se difundió su fama por toda la tierra de alrededor. 
Luc 4:15  Y enseñaba en las sinagogas de ellos, y era glorificado por todos. 
Luc 4:16  Vino a Nazaret, donde se había criado; y en el día de reposo entró en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer. 
Luc 4:17  Y se le dio el libro del profeta Isaías; y habiendo abierto el libro, halló el lugar donde estaba escrito: 
Luc 4:18  El Espíritu del Señor está sobre mí, 
Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; 
Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; 
A pregonar libertad a los cautivos, 
Y vista a los ciegos; 
A poner en libertad a los oprimidos; 
Luc 4:19  A predicar el año agradable del Señor. 
Luc 4:20  Y enrollando el libro, lo dio al ministro, y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él. 
Luc 4:21  Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros. 
Luc 4:22  Y todos daban buen testimonio de él, y estaban maravillados de las palabras de gracia que salían de su boca, y decían: ¿No es éste el hijo de José? 
Luc 4:23  El les dijo: Sin duda me diréis este refrán: Médico, cúrate a ti mismo; de tantas cosas que hemos oído que se han hecho en Capernaum, haz también aquí en tu tierra. 
Luc 4:24  Y añadió: De cierto os digo, que ningún profeta es acepto en su propia tierra. 
Luc 4:25  Y en verdad os digo que muchas viudas había en Israel en los días de Elías, cuando el cielo fue cerrado por tres años y seis meses, y hubo una gran hambre en toda la tierra; 
Luc 4:26  pero a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una mujer viuda en Sarepta de Sidón. 
Luc 4:27  Y muchos leprosos había en Israel en tiempo del profeta Eliseo; pero ninguno de ellos fue limpiado, sino Naamán el sirio. 
Luc 4:28  Al oír estas cosas, todos en la sinagoga se llenaron de ira; 
Luc 4:29  y levantándose, le echaron fuera de la ciudad, y le llevaron hasta la cumbre del monte sobre el cual estaba edificada la ciudad de ellos, para despeñarle. 
Luc 4:30  Mas él pasó por en medio de ellos, y se fue. 
Luc 4:31  Descendió Jesús a Capernaum, ciudad de Galilea; y les enseñaba en los días de reposo. 
Luc 4:32  Y se admiraban de su doctrina, porque su palabra era con autoridad. 
Luc 4:33  Estaba en la sinagoga un hombre que tenía un espíritu de demonio inmundo, el cual exclamó a gran voz, 
Luc 4:34  diciendo: Déjanos; ¿qué tienes con nosotros, Jesús nazareno? ¿Has venido para destruirnos? Yo te conozco quién eres, el Santo de Dios. 
Luc 4:35  Y Jesús le reprendió, diciendo: Cállate, y sal de él. Entonces el demonio, derribándole en medio de ellos, salió de él, y no le hizo daño alguno. 
Luc 4:36  Y estaban todos maravillados, y hablaban unos a otros, diciendo: ¿Qué palabra es esta, que con autoridad y poder manda a los espíritus inmundos, y salen? 
Luc 4:37  Y su fama se difundía por todos los lugares de los contornos. 
Luc 4:38  Entonces Jesús se levantó y salió de la sinagoga, y entró en casa de Simón. La suegra de Simón tenía una gran fiebre; y le rogaron por ella. 
Luc 4:39  E inclinándose hacia ella, reprendió a la fiebre; y la fiebre la dejó, y levantándose ella al instante, les servía. 
Luc 4:40  Al ponerse el sol, todos los que tenían enfermos de diversas enfermedades los traían a él; y él, poniendo las manos sobre cada uno de ellos, los sanaba. 
Luc 4:41  También salían demonios de muchos, dando voces y diciendo: Tú eres el Hijo de Dios. Pero él los reprendía y no les dejaba hablar, porque sabían que él era el Cristo. 
Luc 4:42  Cuando ya era de día, salió y se fue a un lugar desierto; y la gente le buscaba, y llegando a donde estaba, le detenían para que no se fuera de ellos. 
Luc 4:43  Pero él les dijo: Es necesario que también a otras ciudades anuncie el evangelio del reino de Dios; porque para esto he sido enviado. 
Luc 4:44  Y predicaba en las sinagogas de Galilea. 

 

La Gran Apostasía Final y el Remanente - David Wilkerson

Luc 9:57  Yendo ellos, uno le dijo en el camino: Señor, te seguiré adondequiera que vayas.
Luc 9:58  Y le dijo Jesús: Las zorras tienen guaridas, y las aves de los cielos nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza. 
Luc 9:59  Y dijo a otro: Sígueme. El le dijo: Señor, déjame que primero vaya y entierre a mi padre. 
Luc 9:60  Jesús le dijo: Deja que los muertos entierren a sus muertos; y tú vé, y anuncia el reino de Dios. 
Luc 9:61  Entonces también dijo otro: Te seguiré, Señor; pero déjame que me despida primero de los que están en mi casa. 
Luc 9:62  Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios. 

 

david wilkerson en contra de pastores de prosperidad.

Crea la Verdad por Encima de los Sentimientos - Joyce Meyer