(“¿De Nazaret puede salir algo de bueno?”

[Juan_1:46]). El Señor Jesús fue conocido como “el hijo del carpintero” (Mateo_13:55; Mar_6:3)



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domingo, 29 de julio de 2012

Israel Reloj de Dios 3-2

contra gog 1 2

APOCALIPSIS

Apo 13:1  Y el dragón se plantó[a] a la orilla del mar.
La bestia que surge del mar
Entonces vi que del mar subía una bestia, la cual tenía diez cuernos y siete cabezas. En cada cuerno tenía una diadema, y en cada cabeza un nombre blasfemo contra Dios. 
Apo 13:2  La bestia parecía un leopardo, pero tenía patas como de oso y fauces como de león. El dragón le confirió a la bestia su poder, su trono y gran autoridad. 
Apo 13:3  Una de las cabezas de la bestia parecía haber sufrido una herida mortal, pero esa herida ya había sido sanada. El mundo entero, fascinado, iba tras la bestia 
Apo 13:4  y adoraba al dragón porque había dado su autoridad a la bestia. También adoraban a la bestia y decían: «¿Quién como la bestia? ¿Quién puede combatirla?» 
Apo 13:5  A la bestia se le permitió hablar con arrogancia y proferir blasfemias contra Dios, y se le confirió autoridad para actuar durante cuarenta y dos meses. 
Apo 13:6  Abrió la boca para blasfemar contra Dios, para maldecir su nombre y su morada y a los que viven en el cielo. 
Apo 13:7  También se le permitió hacer la guerra a los santos y vencerlos, y se le dio autoridad sobre toda raza, pueblo, lengua y nación. 
Apo 13:8  A la bestia la adorarán todos los habitantes de la tierra, aquellos cuyos nombres no han sido escritos en el libro de la vida, el libro del Cordero que fue sacrificado desde la creación del mundo.[b] 
Apo 13:9  El que tenga oídos, que oiga. 
Apo 13:10  El que deba ser llevado cautivo, a la cautividad irá. El que deba morir[c] a espada, a filo de espada morirá. ¡En esto consisten[d] la perseverancia y la fidelidad de los santos! 
Apo 13:11  
La bestia que sube de la tierra
Después vi que de la tierra subía otra bestia. Tenía dos cuernos como de cordero, pero hablaba como dragón. 
Apo 13:12  Ejercía toda la autoridad de la primera bestia en presencia de ella, y hacía que la tierra y sus habitantes adoraran a la primera bestia, cuya herida mortal había sido sanada. 
Apo 13:13  También hacía grandes señales milagrosas, incluso la de hacer caer fuego del cielo a la tierra, a la vista de todos. 
Apo 13:14  Con estas señales que se le permitió hacer en presencia de la primera bestia, engañó a los habitantes de la tierra. Les ordenó que hicieran una imagen en honor de la bestia que, después de ser herida a espada, revivió. 
Apo 13:15  Se le permitió infundir vida a la imagen de la primera bestia, para que hablara y mandara matar a quienes no adoraran la imagen. 
Apo 13:16  Además logró que a todos, grandes y pequeños, ricos y pobres, libres y esclavos, se les pusiera una marca en la mano derecha o en la frente, 
Apo 13:17  de modo que nadie pudiera comprar ni vender, a menos que llevara la marca, que es el nombre de la bestia o el número de ese nombre. 
Apo 13:18  En esto consiste[e] la sabiduría: el que tenga entendimiento, calcule el número de la bestia, pues es número de un ser humano: seiscientos sesenta y seis.
 

Estudio del Apocalipsis Parte 1

Apocalipsis 13:16


o 13.16 Una marca: en imitación burlona (véase Apo_13:1-2 n.) del sello de Dios en la frente de los suyos (Apo_7:2-3; Apo_14:1). 

La primera bestia de apocalipsis 13

Apo 13:16  Además logró que a todos, grandes y pequeños, ricos y pobres, libres y esclavos, se les pusiera una marca en la mano derecha o en la frente,
Apo 13:17  de modo que nadie pudiera comprar ni vender, a menos que llevara la marca, que es el nombre de la bestia o el número de ese nombre. 
Apo 13:18  En esto consiste[e] la sabiduría: el que tenga entendimiento, calcule el número de la bestia, pues es número de un ser humano: seiscientos sesenta y seis.
 

Apostasia y engaño en la Musica Completo

Mar 6:7  Reunió a los doce, y comenzó a enviarlos de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus malignos.
Mar 6:8  Les ordenó que no llevaran nada para el camino, ni pan, ni bolsa, ni dinero en el cinturón, sino sólo un bastón. 
Mar 6:9  «Lleven sandalias —dijo—, pero no dos mudas de ropa.» 
Mar 6:10  Y añadió: «Cuando entren en una casa, quédense allí hasta que salgan del pueblo. 
Mar 6:11  Y si en algún lugar no los reciben bien o no los escuchan, al salir de allí sacúdanse el polvo de los pies, como un testimonio contra ellos.» 
Mar 6:12  Los doce salieron y exhortaban a la gente a que se arrepintiera. 
Mar 6:13  También expulsaban a muchos demonios y sanaban a muchos enfermos, ungiéndolos con aceite. 
Mar 6:14  

La Sana Doctrina o Apostasia

Mar 6:7  Reunió a los doce, y comenzó a enviarlos de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus malignos.
Mar 6:8  Les ordenó que no llevaran nada para el camino, ni pan, ni bolsa, ni dinero en el cinturón, sino sólo un bastón. 
Mar 6:9  «Lleven sandalias —dijo—, pero no dos mudas de ropa.» 
Mar 6:10  Y añadió: «Cuando entren en una casa, quédense allí hasta que salgan del pueblo. 
Mar 6:11  Y si en algún lugar no los reciben bien o no los escuchan, al salir de allí sacúdanse el polvo de los pies, como un testimonio contra ellos.» 
Mar 6:12  Los doce salieron y exhortaban a la gente a que se arrepintiera. 
Mar 6:13  También expulsaban a muchos demonios y sanaban a muchos enfermos, ungiéndolos con aceite. 


LOS REQUISITOS PARA SER APOSTOL


Jer 51:61  Jeremías le dijo a Seraías: «En cuanto llegues a Babilonia, asegúrate de leerles todas estas palabras.
Jer 51:62  Luego diles: “SEÑOR, tú has dicho que vas a destruir este lugar, y que lo convertirás en una desolación perpetua, hasta que no quede en él un solo habitante, ni hombre ni animal.” 
Jer 51:63  Cuando termines de leer el rollo, átale una piedra y arrójalo al Éufrates. 
Jer 51:64  Luego diles: “Así se hundirá Babilonia, y nunca más se levantará del desastre que voy a traer sobre ella.” » Aquí concluyen las palabras de Jeremías.
 

Jer 51:61 Jeremías le dijo a Seraías: «En cuanto llegues a Babilonia, asegúrate de leerles todas estas palabras. Jer 51:62 Luego diles: “SEÑOR, tú has dicho que vas a destruir este lugar, y que lo convertirás en una desolación perpetua, hasta que no quede en él un solo habitante, ni hombre ni animal.” Jer 51:63 Cuando termines de leer el rollo, átale una piedra y arrójalo al Éufrates. Jer 51:64 Luego diles: “Así se hundirá Babilonia, y nunca más se levantará del desastre que voy a traer sobre ella.” » Aquí concluyen las palabras de Jeremías.

Government Secrets-What Obama Knows about Dec 21 2012- Full part 1.m4v

Rom 2:1
El justo juicio de Dios
Por tanto, no tienes excusa tú, quienquiera que seas, cuando juzgas a los demás, pues al juzgar a otros te condenas a ti mismo, ya que practicas las mismas cosas.
Rom 2:2 Ahora bien, sabemos que el juicio de Dios contra los que practican tales cosas se basa en la verdad.
Rom 2:3 ¿Piensas entonces que vas a escapar del juicio de Dios, tú que juzgas a otros y sin embargo haces lo mismo que ellos?
Rom 2:4 ¿No ves que desprecias las riquezas de la bondad de Dios, de su tolerancia y de su paciencia, al no reconocer que su bondad quiere llevarte al arrepentimiento?
Rom 2:5 Pero por tu obstinación y por tu corazón empedernido sigues acumulando castigo contra ti mismo para el día de la ira, cuando Dios revelará su justo juicio.
Rom 2:6 Porque Dios «pagará a cada uno según lo que merezcan sus obras».[a]
Rom 2:7 Él dará vida eterna a los que, perseverando en las buenas obras, buscan gloria, honor e inmortalidad.
Rom 2:8 Pero los que por egoísmo rechazan la verdad para aferrarse a la maldad, recibirán el gran castigo de Dios.
Rom 2:9 Habrá sufrimiento y angustia para todos los que hacen el mal, los judíos primeramente, y también los gentiles;
Rom 2:10 pero gloria, honor y paz para todos los que hacen el bien, los judíos primeramente, y también los gentiles.
Rom 2:11 Porque con Dios no hay favoritismos.
Rom 2:12 Todos los que han pecado sin conocer la ley, también perecerán sin la ley; y todos los que han pecado conociendo la ley, por la ley serán juzgados.
Rom 2:13 Porque Dios no considera justos a los que oyen la ley sino a los que la cumplen.
Rom 2:14 De hecho, cuando los gentiles, que no tienen la ley, cumplen por naturaleza lo que la ley exige,[b] ellos son ley para sí mismos, aunque no tengan la ley.
Rom 2:15 Éstos muestran que llevan escrito en el corazón lo que la ley exige, como lo atestigua su conciencia, pues sus propios pensamientos algunas veces los acusan y otras veces los excusan.
Rom 2:16 Así sucederá el día en que, por medio de Jesucristo, Dios juzgará los secretos de toda persona, como lo declara mi evangelio.
Rom 2:17
Los judíos y la ley
Ahora bien, tú que llevas el nombre de judío; que dependes de la ley y te jactas de tu relación con Dios;
Rom 2:18 que conoces su voluntad y sabes discernir lo que es mejor porque eres instruido por la ley;
Rom 2:19 que estás convencido de ser guía de los ciegos y luz de los que están en la oscuridad,
Rom 2:20 instructor de los ignorantes, maestro de los sencillos, pues tienes en la ley la esencia misma del conocimiento y de la verdad;
Rom 2:21 en fin, tú que enseñas a otros, ¿no te enseñas a ti mismo? Tú que predicas contra el robo, ¿robas?
Rom 2:22 Tú que dices que no se debe cometer adulterio, ¿adulteras? Tú que aborreces a los ídolos, ¿robas de sus templos?
Rom 2:23 Tú que te jactas de la ley, ¿deshonras a Dios quebrantando la ley?
Rom 2:24 Así está escrito: «Por causa de ustedes se blasfema el nombre de Dios entre los gentiles.»[c]
Rom 2:25 La circuncisión tiene valor si observas la ley; pero si la quebrantas, vienes a ser como un incircunciso.
Rom 2:26 Por lo tanto, si los gentiles cumplen[d] los requisitos de la ley, ¿no se les considerará como si estuvieran circuncidados?
Rom 2:27 El que no está físicamente circuncidado, pero obedece la ley, te condenará a ti que, a pesar de tener el mandamiento escrito[e] y la circuncisión, quebrantas la ley.
Rom 2:28 Lo exterior no hace a nadie judío, ni consiste la circuncisión en una señal en el cuerpo.
Rom 2:29 El verdadero judío lo es interiormente; y la circuncisión es la del corazón, la que realiza el Espíritu, no el mandamiento escrito. Al que es judío así, lo alaba Dios y no la gente.

Government Secrets-What Obama Knows about Dec 21 2012- Full part 1.m4v

Rom 2:1
El justo juicio de Dios
Por tanto, no tienes excusa tú, quienquiera que seas, cuando juzgas a los demás, pues al juzgar a otros te condenas a ti mismo, ya que practicas las mismas cosas. 
Rom 2:2  Ahora bien, sabemos que el juicio de Dios contra los que practican tales cosas se basa en la verdad. 
Rom 2:3  ¿Piensas entonces que vas a escapar del juicio de Dios, tú que juzgas a otros y sin embargo haces lo mismo que ellos? 
Rom 2:4  ¿No ves que desprecias las riquezas de la bondad de Dios, de su tolerancia y de su paciencia, al no reconocer que su bondad quiere llevarte al arrepentimiento? 
Rom 2:5  Pero por tu obstinación y por tu corazón empedernido sigues acumulando castigo contra ti mismo para el día de la ira, cuando Dios revelará su justo juicio. 
Rom 2:6  Porque Dios «pagará a cada uno según lo que merezcan sus obras».[a] 
Rom 2:7  Él dará vida eterna a los que, perseverando en las buenas obras, buscan gloria, honor e inmortalidad. 
Rom 2:8  Pero los que por egoísmo rechazan la verdad para aferrarse a la maldad, recibirán el gran castigo de Dios. 
Rom 2:9  Habrá sufrimiento y angustia para todos los que hacen el mal, los judíos primeramente, y también los gentiles; 
Rom 2:10  pero gloria, honor y paz para todos los que hacen el bien, los judíos primeramente, y también los gentiles. 
Rom 2:11  Porque con Dios no hay favoritismos. 
Rom 2:12  Todos los que han pecado sin conocer la ley, también perecerán sin la ley; y todos los que han pecado conociendo la ley, por la ley serán juzgados. 
Rom 2:13  Porque Dios no considera justos a los que oyen la ley sino a los que la cumplen. 
Rom 2:14  De hecho, cuando los gentiles, que no tienen la ley, cumplen por naturaleza lo que la ley exige,[b] ellos son ley para sí mismos, aunque no tengan la ley. 
Rom 2:15  Éstos muestran que llevan escrito en el corazón lo que la ley exige, como lo atestigua su conciencia, pues sus propios pensamientos algunas veces los acusan y otras veces los excusan. 
Rom 2:16  Así sucederá el día en que, por medio de Jesucristo, Dios juzgará los secretos de toda persona, como lo declara mi evangelio. 
Rom 2:17  
Los judíos y la ley
Ahora bien, tú que llevas el nombre de judío; que dependes de la ley y te jactas de tu relación con Dios; 
Rom 2:18  que conoces su voluntad y sabes discernir lo que es mejor porque eres instruido por la ley; 
Rom 2:19  que estás convencido de ser guía de los ciegos y luz de los que están en la oscuridad, 
Rom 2:20  instructor de los ignorantes, maestro de los sencillos, pues tienes en la ley la esencia misma del conocimiento y de la verdad; 
Rom 2:21  en fin, tú que enseñas a otros, ¿no te enseñas a ti mismo? Tú que predicas contra el robo, ¿robas? 
Rom 2:22  Tú que dices que no se debe cometer adulterio, ¿adulteras? Tú que aborreces a los ídolos, ¿robas de sus templos? 
Rom 2:23  Tú que te jactas de la ley, ¿deshonras a Dios quebrantando la ley? 
Rom 2:24  Así está escrito: «Por causa de ustedes se blasfema el nombre de Dios entre los gentiles.»[c] 
Rom 2:25  La circuncisión tiene valor si observas la ley; pero si la quebrantas, vienes a ser como un incircunciso. 
Rom 2:26  Por lo tanto, si los gentiles cumplen[d] los requisitos de la ley, ¿no se les considerará como si estuvieran circuncidados? 
Rom 2:27  El que no está físicamente circuncidado, pero obedece la ley, te condenará a ti que, a pesar de tener el mandamiento escrito[e] y la circuncisión, quebrantas la ley. 
Rom 2:28  Lo exterior no hace a nadie judío, ni consiste la circuncisión en una señal en el cuerpo. 
Rom 2:29  El verdadero judío lo es interiormente; y la circuncisión es la del corazón, la que realiza el Espíritu, no el mandamiento escrito. Al que es judío así, lo alaba Dios y no la gente.
 

La gran conspiración reptiliana Illuminati -Luis Carlos Campos

Rom 2:1
El justo juicio de Dios
Por tanto, no tienes excusa tú, quienquiera que seas, cuando juzgas a los demás, pues al juzgar a otros te condenas a ti mismo, ya que practicas las mismas cosas. 
Rom 2:2  Ahora bien, sabemos que el juicio de Dios contra los que practican tales cosas se basa en la verdad. 
Rom 2:3  ¿Piensas entonces que vas a escapar del juicio de Dios, tú que juzgas a otros y sin embargo haces lo mismo que ellos? 
Rom 2:4  ¿No ves que desprecias las riquezas de la bondad de Dios, de su tolerancia y de su paciencia, al no reconocer que su bondad quiere llevarte al arrepentimiento? 
Rom 2:5  Pero por tu obstinación y por tu corazón empedernido sigues acumulando castigo contra ti mismo para el día de la ira, cuando Dios revelará su justo juicio. 
Rom 2:6  Porque Dios «pagará a cada uno según lo que merezcan sus obras».[a] 
Rom 2:7  Él dará vida eterna a los que, perseverando en las buenas obras, buscan gloria, honor e inmortalidad. 
Rom 2:8  Pero los que por egoísmo rechazan la verdad para aferrarse a la maldad, recibirán el gran castigo de Dios. 
Rom 2:9  Habrá sufrimiento y angustia para todos los que hacen el mal, los judíos primeramente, y también los gentiles; 
Rom 2:10  pero gloria, honor y paz para todos los que hacen el bien, los judíos primeramente, y también los gentiles. 
Rom 2:11  Porque con Dios no hay favoritismos. 
Rom 2:12  Todos los que han pecado sin conocer la ley, también perecerán sin la ley; y todos los que han pecado conociendo la ley, por la ley serán juzgados. 
Rom 2:13  Porque Dios no considera justos a los que oyen la ley sino a los que la cumplen. 
Rom 2:14  De hecho, cuando los gentiles, que no tienen la ley, cumplen por naturaleza lo que la ley exige,[b] ellos son ley para sí mismos, aunque no tengan la ley. 
Rom 2:15  Éstos muestran que llevan escrito en el corazón lo que la ley exige, como lo atestigua su conciencia, pues sus propios pensamientos algunas veces los acusan y otras veces los excusan. 
Rom 2:16  Así sucederá el día en que, por medio de Jesucristo, Dios juzgará los secretos de toda persona, como lo declara mi evangelio. 
Rom 2:17  
Los judíos y la ley
Ahora bien, tú que llevas el nombre de judío; que dependes de la ley y te jactas de tu relación con Dios; 
Rom 2:18  que conoces su voluntad y sabes discernir lo que es mejor porque eres instruido por la ley; 
Rom 2:19  que estás convencido de ser guía de los ciegos y luz de los que están en la oscuridad, 
Rom 2:20  instructor de los ignorantes, maestro de los sencillos, pues tienes en la ley la esencia misma del conocimiento y de la verdad; 
Rom 2:21  en fin, tú que enseñas a otros, ¿no te enseñas a ti mismo? Tú que predicas contra el robo, ¿robas? 
Rom 2:22  Tú que dices que no se debe cometer adulterio, ¿adulteras? Tú que aborreces a los ídolos, ¿robas de sus templos? 
Rom 2:23  Tú que te jactas de la ley, ¿deshonras a Dios quebrantando la ley? 
Rom 2:24  Así está escrito: «Por causa de ustedes se blasfema el nombre de Dios entre los gentiles.»[c] 
Rom 2:25  La circuncisión tiene valor si observas la ley; pero si la quebrantas, vienes a ser como un incircunciso. 
Rom 2:26  Por lo tanto, si los gentiles cumplen[d] los requisitos de la ley, ¿no se les considerará como si estuvieran circuncidados? 
Rom 2:27  El que no está físicamente circuncidado, pero obedece la ley, te condenará a ti que, a pesar de tener el mandamiento escrito[e] y la circuncisión, quebrantas la ley. 
Rom 2:28  Lo exterior no hace a nadie judío, ni consiste la circuncisión en una señal en el cuerpo. 
Rom 2:29  El verdadero judío lo es interiormente; y la circuncisión es la del corazón, la que realiza el Espíritu, no el mandamiento escrito. Al que es judío así, lo alaba Dios y no la gente.
 

El gran engaño El Vaticano y el numero 13

Rom 2:1
El justo juicio de Dios
Por tanto, no tienes excusa tú, quienquiera que seas, cuando juzgas a los demás, pues al juzgar a otros te condenas a ti mismo, ya que practicas las mismas cosas. 
Rom 2:2  Ahora bien, sabemos que el juicio de Dios contra los que practican tales cosas se basa en la verdad. 
Rom 2:3  ¿Piensas entonces que vas a escapar del juicio de Dios, tú que juzgas a otros y sin embargo haces lo mismo que ellos? 
Rom 2:4  ¿No ves que desprecias las riquezas de la bondad de Dios, de su tolerancia y de su paciencia, al no reconocer que su bondad quiere llevarte al arrepentimiento? 
Rom 2:5  Pero por tu obstinación y por tu corazón empedernido sigues acumulando castigo contra ti mismo para el día de la ira, cuando Dios revelará su justo juicio. 
Rom 2:6  Porque Dios «pagará a cada uno según lo que merezcan sus obras».[a] 
Rom 2:7  Él dará vida eterna a los que, perseverando en las buenas obras, buscan gloria, honor e inmortalidad. 
Rom 2:8  Pero los que por egoísmo rechazan la verdad para aferrarse a la maldad, recibirán el gran castigo de Dios. 
Rom 2:9  Habrá sufrimiento y angustia para todos los que hacen el mal, los judíos primeramente, y también los gentiles; 
Rom 2:10  pero gloria, honor y paz para todos los que hacen el bien, los judíos primeramente, y también los gentiles. 
Rom 2:11  Porque con Dios no hay favoritismos. 
Rom 2:12  Todos los que han pecado sin conocer la ley, también perecerán sin la ley; y todos los que han pecado conociendo la ley, por la ley serán juzgados. 
Rom 2:13  Porque Dios no considera justos a los que oyen la ley sino a los que la cumplen. 
Rom 2:14  De hecho, cuando los gentiles, que no tienen la ley, cumplen por naturaleza lo que la ley exige,[b] ellos son ley para sí mismos, aunque no tengan la ley. 
Rom 2:15  Éstos muestran que llevan escrito en el corazón lo que la ley exige, como lo atestigua su conciencia, pues sus propios pensamientos algunas veces los acusan y otras veces los excusan. 
Rom 2:16  Así sucederá el día en que, por medio de Jesucristo, Dios juzgará los secretos de toda persona, como lo declara mi evangelio. 
Rom 2:17  
Los judíos y la ley
Ahora bien, tú que llevas el nombre de judío; que dependes de la ley y te jactas de tu relación con Dios; 
Rom 2:18  que conoces su voluntad y sabes discernir lo que es mejor porque eres instruido por la ley; 
Rom 2:19  que estás convencido de ser guía de los ciegos y luz de los que están en la oscuridad, 
Rom 2:20  instructor de los ignorantes, maestro de los sencillos, pues tienes en la ley la esencia misma del conocimiento y de la verdad; 
Rom 2:21  en fin, tú que enseñas a otros, ¿no te enseñas a ti mismo? Tú que predicas contra el robo, ¿robas? 
Rom 2:22  Tú que dices que no se debe cometer adulterio, ¿adulteras? Tú que aborreces a los ídolos, ¿robas de sus templos? 
Rom 2:23  Tú que te jactas de la ley, ¿deshonras a Dios quebrantando la ley? 
Rom 2:24  Así está escrito: «Por causa de ustedes se blasfema el nombre de Dios entre los gentiles.»[c] 
Rom 2:25  La circuncisión tiene valor si observas la ley; pero si la quebrantas, vienes a ser como un incircunciso. 
Rom 2:26  Por lo tanto, si los gentiles cumplen[d] los requisitos de la ley, ¿no se les considerará como si estuvieran circuncidados? 
Rom 2:27  El que no está físicamente circuncidado, pero obedece la ley, te condenará a ti que, a pesar de tener el mandamiento escrito[e] y la circuncisión, quebrantas la ley. 
Rom 2:28  Lo exterior no hace a nadie judío, ni consiste la circuncisión en una señal en el cuerpo. 
Rom 2:29  El verdadero judío lo es interiormente; y la circuncisión es la del corazón, la que realiza el Espíritu, no el mandamiento escrito. Al que es judío así, lo alaba Dios y no la gente.
 

Masoneria en el vaticano

Hch 22:30
Pablo ante el Consejo
Al día siguiente, como el comandante quería saber con certeza de qué acusaban los judíos a Pablo, lo desató y mandó que se reunieran los jefes de los sacerdotes y el Consejo en pleno. Luego llevó a Pablo para que compareciera ante ellos.
 Hch 23:1  Pablo se quedó mirando fijamente al Consejo y dijo: —Hermanos, hasta hoy yo he actuado delante de Dios con toda buena conciencia. 
Hch 23:2  Ante esto, el sumo sacerdote Ananías ordenó a los que estaban cerca de Pablo que lo golpearan en la boca. 
Hch 23:3  —¡Hipócrita,[a] a usted también lo va a golpear Dios! —reaccionó Pablo—. ¡Ahí está sentado para juzgarme según la ley!, ¿y usted mismo viola la ley al mandar que me golpeen? 
Hch 23:4  Los que estaban junto a Pablo le interpelaron: —¿Cómo te atreves a insultar al sumo sacerdote de Dios? 
Hch 23:5  —Hermanos, no me había dado cuenta de que es el sumo sacerdote —respondió Pablo—; de hecho está escrito: “No hables mal del jefe de tu pueblo.”[b] 
Hch 23:6  Pablo, sabiendo que unos de ellos eran saduceos y los demás fariseos, exclamó en el Consejo: —Hermanos, yo soy fariseo de pura cepa. Me están juzgando porque he puesto mi esperanza en la resurrección de los muertos. 
Hch 23:7  Apenas dijo esto, surgió un altercado entre los fariseos y los saduceos, y la asamblea quedó dividida. 
Hch 23:8  (Los saduceos sostienen que no hay resurrección, ni ángeles ni espíritus; los fariseos, en cambio, reconocen todo esto.) 
Hch 23:9  Se produjo un gran alboroto, y algunos de los maestros de la ley que eran fariseos se pusieron de pie y protestaron. «No encontramos ningún delito en este hombre —dijeron—. ¿Acaso no podría haberle hablado un espíritu o un ángel?» 
Hch 23:10  Se tornó tan violento el altercado que el comandante tuvo miedo de que hicieran pedazos a Pablo. Así que ordenó a los soldados que bajaran para sacarlo de allí por la fuerza y llevárselo al cuartel. 
Hch 23:11  A la noche siguiente el Señor se apareció a Pablo, y le dijo: «¡Ánimo! Así como has dado testimonio de mí en Jerusalén, es necesario que lo des también en Roma.» 
Hch 23:12  
Conspiración para matar a Pablo
Muy de mañana los judíos tramaron una conspiración y juraron bajo maldición no comer ni beber hasta que lograran matar a Pablo. 
Hch 23:13  Más de cuarenta hombres estaban implicados en esta conspiración. 
Hch 23:14  Se presentaron ante los jefes de los sacerdotes y los ancianos, y les dijeron: —Nosotros hemos jurado bajo maldición no comer nada hasta que logremos matar a Pablo. 
Hch 23:15  Ahora, con el respaldo del Consejo, pídanle al comandante que haga comparecer al reo ante ustedes, con el pretexto de obtener información más precisa sobre su caso. Nosotros estaremos listos para matarlo en el camino. 
Hch 23:16  Pero cuando el hijo de la hermana de Pablo se enteró de esta emboscada, entró en el cuartel y avisó a Pablo. 
Hch 23:17  Éste llamó entonces a uno de los centuriones y le pidió: —Lleve a este joven al comandante, porque tiene algo que decirle. 
Hch 23:18  Así que el centurión lo llevó al comandante, y le dijo: —El preso Pablo me llamó y me pidió que le trajera este joven, porque tiene algo que decirle. 
Hch 23:19  El comandante tomó de la mano al joven, lo llevó aparte y le preguntó: —¿Qué quieres decirme? 
Hch 23:20  —Los judíos se han puesto de acuerdo para pedirle a usted que mañana lleve a Pablo ante el Consejo con el pretexto de obtener información más precisa acerca de él. 
Hch 23:21  No se deje convencer, porque más de cuarenta de ellos lo esperan emboscados. Han jurado bajo maldición no comer ni beber hasta que hayan logrado matarlo. Ya están listos; sólo aguardan a que usted les conceda su petición. 
Hch 23:22  El comandante despidió al joven con esta advertencia: —No le digas a nadie que me has informado de esto. 
Hch 23:23  
Trasladan a Pablo a Cesarea
Entonces el comandante llamó a dos de sus centuriones y les ordenó: —Alisten un destacamento de doscientos soldados de infantería, setenta de caballería y doscientos lanceros para que vayan a Cesarea esta noche a las nueve.[c] 
Hch 23:24  Y preparen cabalgaduras para llevar a Pablo sano y salvo al gobernador Félix. 
Hch 23:25  Además, escribió una carta en estos términos: 
Hch 23:26  Claudio Lisias, a su excelencia el gobernador Félix: Saludos. 
Hch 23:27  Los judíos prendieron a este hombre y estaban a punto de matarlo, pero yo llegué con mis soldados y lo rescaté, porque me había enterado de que es ciudadano romano. 
Hch 23:28  Yo quería saber de qué lo acusaban, así que lo llevé al Consejo judío. 
Hch 23:29  Descubrí que lo acusaban de algunas cuestiones de su ley, pero no había contra él cargo alguno que mereciera la muerte o la cárcel. 
Hch 23:30  Cuando me informaron que se tramaba una conspiración contra este hombre, decidí enviarlo a usted en seguida. También les ordené a sus acusadores que expongan delante de usted los cargos que tengan contra él. 
Hch 23:31  Así que los soldados, según se les había ordenado, tomaron a Pablo y lo llevaron de noche hasta Antípatris. 
Hch 23:32  Al día siguiente dejaron que la caballería siguiera con él mientras ellos volvían al cuartel. 
Hch 23:33  Cuando la caballería llegó a Cesarea, le entregaron la carta al gobernador y le presentaron también a Pablo. 
Hch 23:34  Félix leyó la carta y le preguntó de qué provincia era. Al enterarse de que Pablo era de Cilicia, 
Hch 23:35  le dijo: «Te daré audiencia cuando lleguen tus acusadores.» Y ordenó que lo dejaran bajo custodia en el palacio de Herodes.
 

Masones La sociedad mas secreta del mundo

Hch 22:6  »Sucedió que a eso del mediodía, cuando me acercaba a Damasco, una intensa luz del cielo relampagueó de repente a mi alrededor.
Hch 22:7  Caí al suelo y oí una voz que me decía: “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?” 
Hch 22:8  “¿Quién eres, Señor?”, pregunté. “Yo soy Jesús de Nazaret, a quien tú persigues”, me contestó él. 
Hch 22:9  Los que me acompañaban vieron la luz, pero no percibieron la voz del que me hablaba. 
Hch 22:10  “¿Qué debo hacer, Señor?”, le pregunté. “Levántate —dijo el Señor—, y entra en Damasco. Allí se te dirá todo lo que se ha dispuesto que hagas.” 
Hch 22:11  Mis compañeros me llevaron de la mano hasta Damasco porque el resplandor de aquella luz me había dejado ciego. 
Hch 22:12  »Vino a verme un tal Ananías, hombre devoto que observaba la ley y a quien respetaban mucho los judíos que allí vivían. 
Hch 22:13  Se puso a mi lado y me dijo: “Hermano Saulo, ¡recibe la vista!” Y en aquel mismo instante recobré la vista y pude verlo. 
Hch 22:14  Luego dijo: “El Dios de nuestros antepasados te ha escogido para que conozcas su voluntad, y para que veas al Justo y oigas las palabras de su boca. 
Hch 22:15  Tú le serás testigo ante toda persona de lo que has visto y oído. 
Hch 22:16  Y ahora, ¿qué esperas? Levántate, bautízate y lávate de tus pecados, invocando su nombre.” 
Hch 22:17  »Cuando volví a Jerusalén, mientras oraba en el templo tuve una visión 
Hch 22:18  y vi al Señor que me hablaba: “¡Date prisa! Sal inmediatamente de Jerusalén, porque no aceptarán tu testimonio acerca de mí.” 
Hch 22:19  “Señor —le respondí—, ellos saben que yo andaba de sinagoga en sinagoga encarcelando y azotando a los que creen en ti; 
Hch 22:20  y cuando se derramaba la sangre de tu testigo[a] Esteban, ahí estaba yo, dando mi aprobación y cuidando la ropa de quienes lo mataban.” 
Hch 22:21  Pero el Señor me replicó: “Vete; yo te enviaré lejos, a los gentiles.” » 
Hch 22:22  
Pablo el ciudadano romano
La multitud estuvo escuchando a Pablo hasta que pronunció esas palabras. Entonces levantaron la voz y gritaron: «¡Bórralo de la tierra! ¡Ese tipo no merece vivir!» 
Hch 22:23  Como seguían gritando, tirando sus mantos y arrojando polvo al aire, 
Hch 22:24  el comandante ordenó que metieran a Pablo en el cuartel. Mandó que lo interrogaran a latigazos con el fin de averiguar por qué gritaban así contra él. 
Hch 22:25  Cuando lo estaban sujetando con cadenas para azotarlo, Pablo le dijo al centurión que estaba allí: —¿Permite la ley que ustedes azoten a un ciudadano romano antes de ser juzgado? 
Hch 22:26  Al oír esto, el centurión fue y avisó al comandante. —¿Qué va a hacer usted? Resulta que ese hombre es ciudadano romano. 
Hch 22:27  El comandante se acercó a Pablo y le dijo: —Dime, ¿eres ciudadano romano? —Sí, lo soy. 
Hch 22:28  —A mí me costó una fortuna adquirir mi ciudadanía —le dijo el comandante. —Pues yo la tengo de nacimiento —replicó Pablo. 
Hch 22:29  Los que iban a interrogarlo se retiraron en seguida. Al darse cuenta de que Pablo era ciudadano romano, el comandante mismo se asustó de haberlo encadenado. 
Hch 22:30  
Pablo ante el Consejo
Al día siguiente, como el comandante quería saber con certeza de qué acusaban los judíos a Pablo, lo desató y mandó que se reunieran los jefes de los sacerdotes y el Consejo en pleno. Luego llevó a Pablo para que compareciera ante ellos.
 

LA MASONERÍA Y SUS SECRETOS AL DESCUBIERTO. MIGUEL SÁNCHEZ ÁVILA.

Hch 22:6  »Sucedió que a eso del mediodía, cuando me acercaba a Damasco, una intensa luz del cielo relampagueó de repente a mi alrededor.
Hch 22:7  Caí al suelo y oí una voz que me decía: “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?” 
Hch 22:8  “¿Quién eres, Señor?”, pregunté. “Yo soy Jesús de Nazaret, a quien tú persigues”, me contestó él. 
Hch 22:9  Los que me acompañaban vieron la luz, pero no percibieron la voz del que me hablaba. 
Hch 22:10  “¿Qué debo hacer, Señor?”, le pregunté. “Levántate —dijo el Señor—, y entra en Damasco. Allí se te dirá todo lo que se ha dispuesto que hagas.” 
Hch 22:11  Mis compañeros me llevaron de la mano hasta Damasco porque el resplandor de aquella luz me había dejado ciego. 
Hch 22:12  »Vino a verme un tal Ananías, hombre devoto que observaba la ley y a quien respetaban mucho los judíos que allí vivían. 
Hch 22:13  Se puso a mi lado y me dijo: “Hermano Saulo, ¡recibe la vista!” Y en aquel mismo instante recobré la vista y pude verlo. 
Hch 22:14  Luego dijo: “El Dios de nuestros antepasados te ha escogido para que conozcas su voluntad, y para que veas al Justo y oigas las palabras de su boca. 
Hch 22:15  Tú le serás testigo ante toda persona de lo que has visto y oído. 
Hch 22:16  Y ahora, ¿qué esperas? Levántate, bautízate y lávate de tus pecados, invocando su nombre.” 
Hch 22:17  »Cuando volví a Jerusalén, mientras oraba en el templo tuve una visión 
Hch 22:18  y vi al Señor que me hablaba: “¡Date prisa! Sal inmediatamente de Jerusalén, porque no aceptarán tu testimonio acerca de mí.” 
Hch 22:19  “Señor —le respondí—, ellos saben que yo andaba de sinagoga en sinagoga encarcelando y azotando a los que creen en ti; 
Hch 22:20  y cuando se derramaba la sangre de tu testigo[a] Esteban, ahí estaba yo, dando mi aprobación y cuidando la ropa de quienes lo mataban.” 
Hch 22:21  Pero el Señor me replicó: “Vete; yo te enviaré lejos, a los gentiles.” » 
Hch 22:22  
Pablo el ciudadano romano
La multitud estuvo escuchando a Pablo hasta que pronunció esas palabras. Entonces levantaron la voz y gritaron: «¡Bórralo de la tierra! ¡Ese tipo no merece vivir!» 
Hch 22:23  Como seguían gritando, tirando sus mantos y arrojando polvo al aire, 
Hch 22:24  el comandante ordenó que metieran a Pablo en el cuartel. Mandó que lo interrogaran a latigazos con el fin de averiguar por qué gritaban así contra él. 
Hch 22:25  Cuando lo estaban sujetando con cadenas para azotarlo, Pablo le dijo al centurión que estaba allí: —¿Permite la ley que ustedes azoten a un ciudadano romano antes de ser juzgado? 
Hch 22:26  Al oír esto, el centurión fue y avisó al comandante. —¿Qué va a hacer usted? Resulta que ese hombre es ciudadano romano. 
Hch 22:27  El comandante se acercó a Pablo y le dijo: —Dime, ¿eres ciudadano romano? —Sí, lo soy. 
Hch 22:28  —A mí me costó una fortuna adquirir mi ciudadanía —le dijo el comandante. —Pues yo la tengo de nacimiento —replicó Pablo. 
Hch 22:29  Los que iban a interrogarlo se retiraron en seguida. Al darse cuenta de que Pablo era ciudadano romano, el comandante mismo se asustó de haberlo encadenado. 
Hch 22:30  
Pablo ante el Consejo
Al día siguiente, como el comandante quería saber con certeza de qué acusaban los judíos a Pablo, lo desató y mandó que se reunieran los jefes de los sacerdotes y el Consejo en pleno. Luego llevó a Pablo para que compareciera ante ellos.
 

William Cooper - Mystery Babylon - El Sol de Dios (Subtitulos en Español)

1 Reyes 5:1


a 5.1 (15) Tiro: importante ciudad y centro comercial fenicio, que antiguamente se alzaba sobre una isla rocosa (cf. Eze_27:2-3), ahora unida a la tierra. Varios pasajes del AT y NT muestran su importancia en la historia bíblica (Isa_23:1-17; Jer_27:3; Mar_7:24-31; Hch_21:3-7). Véase Índice de mapas. 

Asombrosas Revelaciones Hechas por W. Cooper ( P 1 )

Jua 5:30  No puedo yo hacer nada por mí mismo; según oigo, así juzgo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió, la del Padre.
Jua 5:31  Si yo doy testimonio acerca de mí mismo, mi testimonio no es verdadero. 
Jua 5:32  Otro es el que da testimonio acerca de mí, y sé que el testimonio que da de mí es verdadero. 
Jua 5:33  Vosotros enviasteis mensajeros a Juan, y él dio testimonio de la verdad. 
Jua 5:34  Pero yo no recibo testimonio de hombre alguno; mas digo esto, para que vosotros seáis salvos. 
Jua 5:35  El era antorcha que ardía y alumbraba; y vosotros quisisteis regocijaros por un tiempo en su luz. 
Jua 5:36  Mas yo tengo mayor testimonio que el de Juan; porque las obras que el Padre me dio para que cumpliese, las mismas obras que yo hago, dan testimonio de mí, que el Padre me ha enviado. 
Jua 5:37  También el Padre que me envió ha dado testimonio de mí. Nunca habéis oído su voz, ni habéis visto su aspecto, 
Jua 5:38  ni tenéis su palabra morando en vosotros; porque a quien él envió, vosotros no creéis. 
Jua 5:39  Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí; 
Jua 5:40  y no queréis venir a mí para que tengáis vida. 
Jua 5:41  Gloria de los hombres no recibo. 
Jua 5:42  Mas yo os conozco, que no tenéis amor de Dios en vosotros. 
Jua 5:43  Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recibís; si otro viniere en su propio nombre, a ése recibiréis. 
Jua 5:44  ¿Cómo podéis vosotros creer, pues recibís gloria los unos de los otros, y no buscáis la gloria que viene del Dios único? 
Jua 5:45  No penséis que yo voy a acusaros delante del Padre; hay quien os acusa, Moisés, en quien tenéis vuestra esperanza. 
Jua 5:46  Porque si creyeseis a Moisés, me creeríais a mí, porque de mí escribió él. 
Jua 5:47  Pero si no creéis a sus escritos, ¿cómo creeréis a mis palabras? 

 

William Cooper - El Secreto de los Tiempos

Sof 1:1  Palabra de Jehová que vino a Sofonías hijo de Cusi, hijo de Gedalías, hijo de Amarías, hijo de Ezequías, en días de Josías hijo de Amón, rey de Judá.
Sof 1:2  Destruiré por completo todas las cosas de sobre la faz de la tierra, dice Jehová. 
Sof 1:3  Destruiré los hombres y las bestias; destruiré las aves del cielo y los peces del mar, y cortaré a los impíos; y raeré a los hombres de sobre la faz de la tierra, dice Jehová. 
Sof 1:4  Extenderé mi mano sobre Judá, y sobre todos los habitantes de Jerusalén, y exterminaré de este lugar los restos de Baal, y el nombre de los ministros idólatras con sus sacerdotes; 
Sof 1:5  y a los que sobre los terrados se postran al ejército del cielo, y a los que se postran jurando por Jehová y jurando por Milcom; 
Sof 1:6  y a los que se apartan de en pos de Jehová, y a los que no buscaron a Jehová, ni le consultaron. 
Sof 1:7  Calla en la presencia de Jehová el Señor, porque el día de Jehová está cercano; porque Jehová ha preparado sacrificio, y ha dispuesto a sus convidados. 
Sof 1:8  Y en el día del sacrificio de Jehová castigaré a los príncipes, y a los hijos del rey, y a todos los que visten vestido extranjero. 
Sof 1:9  Asimismo castigaré en aquel día a todos los que saltan la puerta, los que llenan las casas de sus señores de robo y de engaño. 
Sof 1:10  Y habrá en aquel día, dice Jehová, voz de clamor desde la puerta del Pescado, y aullido desde la segunda puerta, y gran quebrantamiento desde los collados. 
Sof 1:11  Aullad, habitantes de Mactes, porque todo el pueblo mercader es destruido; destruidos son todos los que traían dinero. 
Sof 1:12  Acontecerá en aquel tiempo que yo escudriñaré a Jerusalén con linterna, y castigaré a los hombres que reposan tranquilos como el vino asentado, los cuales dicen en su corazón: Jehová ni hará bien ni hará mal. 
Sof 1:13  Por tanto, serán saqueados sus bienes, y sus casas asoladas; edificarán casas, mas no las habitarán, y plantarán viñas, mas no beberán el vino de ellas. 
Sof 1:14  Cercano está el día grande de Jehová, cercano y muy próximo; es amarga la voz del día de Jehová; gritará allí el valiente. 
Sof 1:15  Día de ira aquel día, día de angustia y de aprieto, día de alboroto y de asolamiento, día de tiniebla y de oscuridad, día de nublado y de entenebrecimiento, 
Sof 1:16  día de trompeta y de algazara sobre las ciudades fortificadas, y sobre las altas torres. 
Sof 1:17  Y atribularé a los hombres, y andarán como ciegos, porque pecaron contra Jehová; y la sangre de ellos será derramada como polvo, y su carne como estiércol. 
Sof 1:18  Ni su plata ni su oro podrá librarlos en el día de la ira de Jehová, pues toda la tierra será consumida con el fuego de su celo; porque ciertamente destrucción apresurada hará de todos los habitantes de la tierra. 

 

Dr King - The Meaning Of The Cross

Mar 9:1  También les dijo: De cierto os digo que hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte hasta que hayan visto el reino de Dios venido con poder.
Mar 9:2  Seis días después, Jesús tomó a Pedro, a Jacobo y a Juan, y los llevó aparte solos a un monte alto; y se transfiguró delante de ellos. 
Mar 9:3  Y sus vestidos se volvieron resplandecientes, muy blancos, como la nieve, tanto que ningún lavador en la tierra los puede hacer tan blancos. 
Mar 9:4  Y les apareció Elías con Moisés, que hablaban con Jesús. 
Mar 9:5  Entonces Pedro dijo a Jesús: Maestro, bueno es para nosotros que estemos aquí; y hagamos tres enramadas, una para ti, otra para Moisés, y otra para Elías. 
Mar 9:6  Porque no sabía lo que hablaba, pues estaban espantados. 
Mar 9:7  Entonces vino una nube que les hizo sombra, y desde la nube una voz que decía: Este es mi Hijo amado; a él oíd. 
Mar 9:8  Y luego, cuando miraron, no vieron más a nadie consigo, sino a Jesús solo. 
Mar 9:9  Y descendiendo ellos del monte, les mandó que a nadie dijesen lo que habían visto, sino cuando el Hijo del Hombre hubiese resucitado de los muertos. 
Mar 9:10  Y guardaron la palabra entre sí, discutiendo qué sería aquello de resucitar de los muertos. 
Mar 9:11  Y le preguntaron, diciendo: ¿Por qué dicen los escribas que es necesario que Elías venga primero? 
Mar 9:12  Respondiendo él, les dijo: Elías a la verdad vendrá primero, y restaurará todas las cosas; ¿y cómo está escrito del Hijo del Hombre, que padezca mucho y sea tenido en nada? 
Mar 9:13  Pero os digo que Elías ya vino, y le hicieron todo lo que quisieron, como está escrito de él. 
Mar 9:14  Cuando llegó a donde estaban los discípulos, vio una gran multitud alrededor de ellos, y escribas que disputaban con ellos. 
Mar 9:15  Y en seguida toda la gente, viéndole, se asombró, y corriendo a él, le saludaron. 
Mar 9:16  El les preguntó: ¿Qué disputáis con ellos? 
Mar 9:17  Y respondiendo uno de la multitud, dijo: Maestro, traje a ti mi hijo, que tiene un espíritu mudo, 
Mar 9:18  el cual, dondequiera que le toma, le sacude; y echa espumarajos, y cruje los dientes, y se va secando; y dije a tus discípulos que lo echasen fuera, y no pudieron. 
Mar 9:19  Y respondiendo él, les dijo: ¡Oh generación incrédula! ¿Hasta cuándo he de estar con vosotros? ¿Hasta cuándo os he de soportar? Traédmelo. 
Mar 9:20  Y se lo trajeron; y cuando el espíritu vio a Jesús, sacudió con violencia al muchacho, quien cayendo en tierra se revolcaba, echando espumarajos. 
Mar 9:21  Jesús preguntó al padre: ¿Cuánto tiempo hace que le sucede esto? Y él dijo: Desde niño. 
Mar 9:22  Y muchas veces le echa en el fuego y en el agua, para matarle; pero si puedes hacer algo, ten misericordia de nosotros, y ayúdanos. 
Mar 9:23  Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible. 
Mar 9:24  E inmediatamente el padre del muchacho clamó y dijo: Creo; ayuda mi incredulidad. 
Mar 9:25  Y cuando Jesús vio que la multitud se agolpaba, reprendió al espíritu inmundo, diciéndole: Espíritu mudo y sordo, yo te mando, sal de él, y no entres más en él. 
Mar 9:26  Entonces el espíritu, clamando y sacudiéndole con violencia, salió; y él quedó como muerto, de modo que muchos decían: Está muerto. 
Mar 9:27  Pero Jesús, tomándole de la mano, le enderezó; y se levantó. 
Mar 9:28  Cuando él entró en casa, sus discípulos le preguntaron aparte: ¿Por qué nosotros no pudimos echarle fuera? 
Mar 9:29  Y les dijo: Este género con nada puede salir, sino con oración y ayuno. 
Mar 9:30  Habiendo salido de allí, caminaron por Galilea; y no quería que nadie lo supiese. 
Mar 9:31  Porque enseñaba a sus discípulos, y les decía: El Hijo del Hombre será entregado en manos de hombres, y le matarán; pero después de muerto, resucitará al tercer día. 
Mar 9:32  Pero ellos no entendían esta palabra, y tenían miedo de preguntarle. 
Mar 9:33  Y llegó a Capernaum; y cuando estuvo en casa, les preguntó: ¿Qué disputabais entre vosotros en el camino? 
Mar 9:34  Mas ellos callaron; porque en el camino habían disputado entre sí, quién había de ser el mayor. 
Mar 9:35  Entonces él se sentó y llamó a los doce, y les dijo: Si alguno quiere ser el primero, será el postrero de todos, y el servidor de todos. 
Mar 9:36  Y tomó a un niño, y lo puso en medio de ellos; y tomándole en sus brazos, les dijo: 
Mar 9:37  El que reciba en mi nombre a un niño como este, me recibe a mí; y el que a mí me recibe, no me recibe a mí sino al que me envió. 
Mar 9:38  Juan le respondió diciendo: Maestro, hemos visto a uno que en tu nombre echaba fuera demonios, pero él no nos sigue; y se lo prohibimos, porque no nos seguía. 
Mar 9:39  Pero Jesús dijo: No se lo prohibáis; porque ninguno hay que haga milagro en mi nombre, que luego pueda decir mal de mí. 
Mar 9:40  Porque el que no es contra nosotros, por nosotros es. 
Mar 9:41  Y cualquiera que os diere un vaso de agua en mi nombre, porque sois de Cristo, de cierto os digo que no perderá su recompensa. 
Mar 9:42  Cualquiera que haga tropezar a uno de estos pequeñitos que creen en mí, mejor le fuera si se le atase una piedra de molino al cuello, y se le arrojase en el mar. 
Mar 9:43  Si tu mano te fuere ocasión de caer, córtala; mejor te es entrar en la vida manco, que teniendo dos manos ir al infierno, al fuego que no puede ser apagado, 
Mar 9:44  donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga. 
Mar 9:45  Y si tu pie te fuere ocasión de caer, córtalo; mejor te es entrar a la vida cojo, que teniendo dos pies ser echado en el infierno, al fuego que no puede ser apagado, 
Mar 9:46  donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga. 
Mar 9:47  Y si tu ojo te fuere ocasión de caer, sácalo; mejor te es entrar en el reino de Dios con un ojo, que teniendo dos ojos ser echado al infierno, 
Mar 9:48  donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga. 
Mar 9:49  Porque todos serán salados con fuego, y todo sacrificio será salado con sal. 
Mar 9:50  Buena es la sal; mas si la sal se hace insípida, ¿con qué la sazonaréis? Tened sal en vosotros mismos; y tened paz los unos con los otros. 

 

A Time to Break the Silence - Rev Dr Martin Luther King, Jr

En la revelación total se trata de una edición de vídeo de un discurso más amplio. Además, hay unos minutos de un sermón del Dr. King sobre el mismo tema, hablando en contra de la guerra de Vietnam. En total, el sermón y el total discurso de casi una hora para que, obviamente, el clip de 5 minutos se empareja hacia abajo (aunque gran parte de las dos conversaciones reflejan uno al otro pie de la letra). Es de destacar que las únicas partes que se quitaron fueron los que se hace referencia específicamente a Vietnam (es decir, las partes con los detalles que sólo tienen validez para esa época). Dicho esto, todavía es inquietante ver cómo sus palabras se podría dar hoy. Si desea escuchar la versión completa, sin editar, simplemente, buscar "El momento de romper el silencio" y / o "Más allá de Vietnam" y usted será capaz de encontrar los clips en su totalidad. La mejor parte es como los sitios de su amor por las tropas, mientras expresaban su descenso. Que Dios los bendiga y espero que disfruten.

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Martin Luther King, Jr. & The Vietnam War

Apo 9:1  El quinto ángel tocó la trompeta, y vi una estrella que cayó del cielo a la tierra; y se le dio la llave del pozo del abismo.
Apo 9:2  Y abrió el pozo del abismo, y subió humo del pozo como humo de un gran horno; y se oscureció el sol y el aire por el humo del pozo. 
Apo 9:3  Y del humo salieron langostas sobre la tierra; y se les dio poder, como tienen poder los escorpiones de la tierra. 
Apo 9:4  Y se les mandó que no dañasen a la hierba de la tierra, ni a cosa verde alguna, ni a ningún árbol, sino solamente a los hombres que no tuviesen el sello de Dios en sus frentes. 
Apo 9:5  Y les fue dado, no que los matasen, sino que los atormentasen cinco meses; y su tormento era como tormento de escorpión cuando hiere al hombre. 
Apo 9:6  Y en aquellos días los hombres buscarán la muerte, pero no la hallarán; y ansiarán morir, pero la muerte huirá de ellos. 
Apo 9:7  El aspecto de las langostas era semejante a caballos preparados para la guerra; en las cabezas tenían como coronas de oro; sus caras eran como caras humanas; 
Apo 9:8  tenían cabello como cabello de mujer; sus dientes eran como de leones; 
Apo 9:9  tenían corazas como corazas de hierro; el ruido de sus alas era como el estruendo de muchos carros de caballos corriendo a la batalla; 
Apo 9:10  tenían colas como de escorpiones, y también aguijones; y en sus colas tenían poder para dañar a los hombres durante cinco meses. 
Apo 9:11  Y tienen por rey sobre ellos al ángel del abismo, cuyo nombre en hebreo es Abadón, y en griego, Apolión. 
Apo 9:12  El primer ay pasó; he aquí, vienen aún dos ayes después de esto. 
Apo 9:13  El sexto ángel tocó la trompeta, y oí una voz de entre los cuatro cuernos del altar de oro que estaba delante de Dios, 
Apo 9:14  diciendo al sexto ángel que tenía la trompeta: Desata a los cuatro ángeles que están atados junto al gran río Eufrates. 
Apo 9:15  Y fueron desatados los cuatro ángeles que estaban preparados para la hora, día, mes y año, a fin de matar a la tercera parte de los hombres. 
Apo 9:16  Y el número de los ejércitos de los jinetes era doscientos millones. Yo oí su número. 
Apo 9:17  Así vi en visión los caballos y a sus jinetes, los cuales tenían corazas de fuego, de zafiro y de azufre. Y las cabezas de los caballos eran como cabezas de leones; y de su boca salían fuego, humo y azufre. 
Apo 9:18  Por estas tres plagas fue muerta la tercera parte de los hombres; por el fuego, el humo y el azufre que salían de su boca. 
Apo 9:19  Pues el poder de los caballos estaba en su boca y en sus colas; porque sus colas, semejantes a serpientes, tenían cabezas, y con ellas dañaban. 
Apo 9:20  Y los otros hombres que no fueron muertos con estas plagas, ni aun así se arrepintieron de las obras de sus manos, ni dejaron de adorar a los demonios, y a las imágenes de oro, de plata, de bronce, de piedra y de madera, las cuales no pueden ver, ni oír, ni andar; 
Apo 9:21  y no se arrepintieron de sus homicidios, ni de sus hechicerías, ni de su fornicación, ni de sus hurtos. 

 

Illuminati Symbolism In Movies (NEW VERSION - MUST SEE ALL OF VIDEO!) - ...

 Los Illuminati son los mejores jugadores en el campo de juego internacional, fundamentalmente pertenecientes a los trece las familias más ricas del mundo, y son los hombres que realmente gobiernan el mundo desde detrás de las escenas (sí, son en su mayoría hombres, con algunas excepciones). Ellos son los encargados de tomar decisiones reales, que hacen de las reglas para los presidentes y gobiernos a seguir, y que a menudo se celebrará del escrutinio público, ya que su acción no puede estar siendo objeto de estudio. Están conectados por líneas de sangre que se remontan a miles y miles de años en el tiempo, y son muy cuidadosos con el mantenimiento de las líneas de sangre lo más pura posible de generación en generación. La única manera de hacerlo es por el cruce. Es por eso que tan a menudo vemos las regalías casarse con derechos de autor, por ejemplo.

Rockefeller & Obama New World Order 1 of 4 (Illuminati, Masons) Oprah & ...

Apo 13:1  Me paré sobre la arena del mar, y vi subir del mar una bestia que tenía siete cabezas y diez cuernos; y en sus cuernos diez diademas; y sobre sus cabezas, un nombre blasfemo.
Apo 13:2  Y la bestia que vi era semejante a un leopardo, y sus pies como de oso, y su boca como boca de león. Y el dragón le dio su poder y su trono, y grande autoridad. 
Apo 13:3  Vi una de sus cabezas como herida de muerte, pero su herida mortal fue sanada; y se maravilló toda la tierra en pos de la bestia, 
Apo 13:4  y adoraron al dragón que había dado autoridad a la bestia, y adoraron a la bestia, diciendo: ¿Quién como la bestia, y quién podrá luchar contra ella? 
Apo 13:5  También se le dio boca que hablaba grandes cosas y blasfemias; y se le dio autoridad para actuar cuarenta y dos meses. 
Apo 13:6  Y abrió su boca en blasfemias contra Dios, para blasfemar de su nombre, de su tabernáculo, y de los que moran en el cielo. 
Apo 13:7  Y se le permitió hacer guerra contra los santos, y vencerlos. También se le dio autoridad sobre toda tribu, pueblo, lengua y nación. 
Apo 13:8  Y la adoraron todos los moradores de la tierra cuyos nombres no estaban escritos en el libro de la vida del Cordero que fue inmolado desde el principio del mundo. 
Apo 13:9  Si alguno tiene oído, oiga. 
Apo 13:10  Si alguno lleva en cautividad, va en cautividad; si alguno mata a espada, a espada debe ser muerto. Aquí está la paciencia y la fe de los santos. 
Apo 13:11  Después vi otra bestia que subía de la tierra; y tenía dos cuernos semejantes a los de un cordero, pero hablaba como dragón. 
Apo 13:12  Y ejerce toda la autoridad de la primera bestia en presencia de ella, y hace que la tierra y los moradores de ella adoren a la primera bestia, cuya herida mortal fue sanada. 
Apo 13:13  También hace grandes señales, de tal manera que aun hace descender fuego del cielo a la tierra delante de los hombres. 
Apo 13:14  Y engaña a los moradores de la tierra con las señales que se le ha permitido hacer en presencia de la bestia, mandando a los moradores de la tierra que le hagan imagen a la bestia que tiene la herida de espada, y vivió. 
Apo 13:15  Y se le permitió infundir aliento a la imagen de la bestia, para que la imagen hablase e hiciese matar a todo el que no la adorase. 
Apo 13:16  Y hacía que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les pusiese una marca en la mano derecha, o en la frente; 
Apo 13:17  y que ninguno pudiese comprar ni vender, sino el que tuviese la marca o el nombre de la bestia, o el número de su nombre. 
Apo 13:18  Aquí hay sabiduría. El que tiene entendimiento, cuente el número de la bestia, pues es número de hombre. Y su número es seiscientos sesenta y seis.