(“¿De Nazaret puede salir algo de bueno?”

[Juan_1:46]). El Señor Jesús fue conocido como “el hijo del carpintero” (Mateo_13:55; Mar_6:3)



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domingo, 20 de enero de 2013

Sal 119:1 *Alef. Felices son los íntegros, los que siguen las enseñanzas del SEÑOR. Sal 119:2 Felices son los que obedecen sus leyes y lo buscan con todo el corazón. Sal 119:3 No negocian con el mal y andan sólo en los caminos del SEÑOR.YIYE ÁVILA - Jonas (Part1) Capitulo 1-4

Éxo 4:1 Sin embargo Moisés protestó de nuevo: —¿Qué hago si no me creen o no me hacen caso? ¿Qué hago si me dicen: “El SEÑOR nunca se te apareció”? Éxo 4:2 Entonces el SEÑOR le preguntó: —¿Qué es lo que tienes en la mano? —Una vara de pastor —contestó Moisés. Éxo 4:3 —Arrójala al suelo —le dijo el SEÑOR. Así que Moisés la tiró al suelo, ¡y la vara se convirtió en una serpiente! Entonces Moisés saltó hacia atrás. Éxo 4:4 Pero el SEÑOR le dijo: —Extiende la mano y agárrala de la cola. Entonces Moisés extendió la mano y la agarró, y la serpiente volvió a ser una vara de pastor. Éxo 4:5 —Realiza esta señal —le dijo el SEÑOR—, y ellos creerán que el SEÑOR, el Dios de sus antepasados, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob, de veras se te apareció. Éxo 4:6 Luego el SEÑOR le dijo a Moisés: —Ahora mete la mano dentro de tu manto. Entonces Moisés metió la mano dentro de su manto, y cuando la sacó, la mano estaba blanca como la nieve, afectada por una grave enfermedad de la piel.* Éxo 4:7 —Ahora vuelve a meter la mano dentro de tu manto —le dijo el SEÑOR. Así que Moisés metió la mano de nuevo, y cuando la sacó, estaba tan sana como el resto de su cuerpo. Éxo 4:8 El SEÑOR le dijo a Moisés: —Si no te creen ni se convencen con la primera señal milagrosa, se convencerán con la segunda. Éxo 4:9 Y si no te creen ni te escuchan aun después de estas dos señales, entonces recoge un poco de agua del río Nilo y derrámala sobre el suelo seco. En cuanto lo hagas, el agua del Nilo se convertirá en sangre sobre el suelo. Éxo 4:10 Pero Moisés rogó al SEÑOR: —Oh Señor, no tengo facilidad de palabra; nunca la tuve, ni siquiera ahora que tú me has hablado. Se me traba la lengua y se me enredan las palabras. Éxo 4:11 Entonces el SEÑOR le preguntó: —¿Quién forma la boca de una persona? ¿Quién decide que una persona hable o no hable, que oiga o no oiga, que vea o no vea? ¿Acaso no soy yo, el SEÑOR? Éxo 4:12 ¡Ahora ve! Yo estaré contigo cuando hables y te enseñaré lo que debes decir. Éxo 4:13 Pero Moisés suplicó de nuevo: —¡Te lo ruego, Señor! Envía a cualquier otro. Éxo 4:14 Entonces el SEÑOR se enojó con Moisés y le dijo: —De acuerdo, ¿qué te parece tu hermano Aarón, el levita? Sé que él habla muy bien. ¡Mira! Ya viene en camino para encontrarte y estará encantado de verte. Éxo 4:15 Habla con él y pon las palabras en su boca. Yo estaré con los dos cuando hablen y les enseñaré lo que tienen que hacer. Éxo 4:16 Aarón será tu vocero ante el pueblo. Él será tu portavoz, y tú tomarás el lugar de Dios ante él al decirle lo que tiene que hablar. Éxo 4:17 Lleva contigo tu vara de pastor y úsala para realizar las señales milagrosas que te mostré. Éxo 4:18 Luego Moisés volvió a la casa de Jetro, su suegro, y le dijo: —Por favor, permíteme volver a Egipto para visitar a mis parientes. Ni siquiera sé si todavía viven. —Ve en paz —le respondió Jetro. Éxo 4:19 Antes de que Moisés saliera de Madián, el SEÑOR le dijo: «Regresa a Egipto, porque ya han muerto todos los que querían matarte». Éxo 4:20 Así que Moisés tomó a su esposa y a sus hijos, los montó en un burro, y regresó a la tierra de Egipto. En la mano llevaba la vara de Dios. Éxo 4:21 El SEÑOR le dijo a Moisés: «Cuando llegues a Egipto, preséntate ante el faraón y haz todos los milagros que te he dado el poder de realizar. Pero yo le endureceré el corazón, y él se negará a dejar salir al pueblo. Éxo 4:22 Entonces le dirás: “Esto dice el SEÑOR: ‘Israel es mi primer hijo varón. Éxo 4:23 Te ordené: deja salir a mi hijo para que pueda adorarme, pero como te has negado, ¡ahora mataré a tu primer hijo varón!’ ”». Éxo 4:24 Rumbo a Egipto, en un lugar donde Moisés se detuvo con su familia para pasar la noche, el SEÑOR enfrentó a Moisés y estuvo a punto de matarlo. Éxo 4:25 Pero Séfora, la esposa de Moisés, tomó un cuchillo de piedra y circuncidó a su hijo. Con el prepucio, tocó los pies* de Moisés y le dijo: «Ahora tú eres un esposo de sangre para mí». Éxo 4:26 (Cuando dijo «un esposo de sangre», se refirió a la circuncisión). Después de ese incidente, el SEÑOR lo dejó en paz. Éxo 4:27 Ahora bien, el SEÑOR le había dicho a Aarón: «Ve al desierto para encontrarte con Moisés». Así que Aarón fue a encontrarse con Moisés en el monte de Dios y lo abrazó. Éxo 4:28 Moisés le contó todo lo que el SEÑOR le había ordenado que dijera y también le contó acerca de las señales milagrosas que el SEÑOR lo mandó a realizar. Éxo 4:29 Luego Moisés y Aarón regresaron a Egipto y convocaron a todos los ancianos de Israel. Éxo 4:30 Aarón les dijo todo lo que el SEÑOR le había dicho a Moisés, y Moisés realizó las señales milagrosas a la vista de ellos. Éxo 4:31 Entonces el pueblo de Israel quedó convencido de que el SEÑOR había enviado a Moisés y a Aarón. Cuando supieron que el SEÑOR se preocupaba por ellos y que había visto su sufrimiento, se inclinaron y adoraron.Benny Hinn Ministries - The Master's Healing Touch - Instrumental Reflec...

Gén 1:1 En el principio, Dios creó los cielos y la tierra.* Gén 1:2 La tierra no tenía forma y estaba vacía, y la oscuridad cubría las aguas profundas; y el Espíritu de Dios se movía en el aire sobre la superficie de las aguas. Gén 1:3 Entonces Dios dijo: «Que haya luz»; y hubo luz. Gén 1:4 Y Dios vio que la luz era buena. Luego separó la luz de la oscuridad. Gén 1:5 Dios llamó a la luz «día» y a la oscuridad «noche». Y pasó la tarde y llegó la mañana, así se cumplió el primer día. Gén 1:6 Entonces Dios dijo: «Que haya un espacio entre las aguas, para separar las aguas de los cielos de las aguas de la tierra»; Gén 1:7 y eso fue lo que sucedió. Dios formó ese espacio para separar las aguas de la tierra de las aguas de los cielos Gén 1:8 y Dios llamó al espacio «cielo». Y pasó la tarde y llegó la mañana, así se cumplió el segundo día. Gén 1:9 Entonces Dios dijo: «Que las aguas debajo del cielo se junten en un solo lugar, para que aparezca la tierra seca»; y eso fue lo que sucedió. Gén 1:10 Dios llamó a lo seco «tierra» y a las aguas «mares». Y Dios vio que esto era bueno. Gén 1:11 Después Dios dijo: «Que de la tierra brote vegetación: toda clase de plantas con semillas y árboles que den frutos con semillas. Estas semillas producirán, a su vez, las mismas clases de plantas y árboles de los que provinieron»; y eso fue lo que sucedió. Gén 1:12 La tierra produjo vegetación: toda clase de plantas con semillas y árboles que dan frutos con semillas. Las semillas produjeron plantas y árboles de la misma clase. Y Dios vio que esto era bueno. Gén 1:13 Y pasó la tarde y llegó la mañana, así se cumplió el tercer día. Gén 1:14 Entonces Dios dijo: «Que aparezcan luces en el cielo para separar el día de la noche; que sean señales para que marquen las estaciones, los días y los años. Gén 1:15 Que esas luces en el cielo brillen sobre la tierra»; y eso fue lo que sucedió. Gén 1:16 Dios hizo dos grandes luces: la más grande para que gobernara el día, y la más pequeña para que gobernara la noche. También hizo las estrellas. Gén 1:17 Dios puso esas luces en el cielo para iluminar la tierra, Gén 1:18 para que gobernaran el día y la noche, y para separar la luz de la oscuridad. Y Dios vio que esto era bueno. Gén 1:19 Y pasó la tarde y llegó la mañana, así se cumplió el cuarto día. Gén 1:20 Entonces Dios dijo: «Que las aguas se colmen de peces y de otras formas de vida. Que los cielos se llenen de aves de toda clase». Gén 1:21 Así que Dios creó grandes criaturas marinas y todos los seres vivientes que se mueven y se agitan en el agua y aves de todo tipo, cada uno produciendo crías de la misma especie. Y Dios vio que esto era bueno. Gén 1:22 Entonces Dios los bendijo con las siguientes palabras: «Sean fructíferos y multiplíquense. Que los peces llenen los mares y las aves se multipliquen sobre la tierra». Gén 1:23 Y pasó la tarde y llegó la mañana, así se cumplió el quinto día. Gén 1:24 Entonces Dios dijo: «Que la tierra produzca toda clase de animales, que cada uno produzca crías de la misma especie: animales domésticos, animales pequeños que corran por el suelo y animales salvajes»; y eso fue lo que sucedió. Gén 1:25 Dios hizo toda clase de animales salvajes, animales domésticos y animales pequeños; cada uno con la capacidad de producir crías de la misma especie. Y Dios vio que esto era bueno. Gén 1:26 Entonces Dios dijo: «Hagamos a los seres humanos* a nuestra imagen, para que sean como nosotros. Ellos reinarán sobre los peces del mar, las aves del cielo, los animales domésticos, todos los animales salvajes de la tierra y los animales pequeños que corren por el suelo». Gén 1:27 Así que Dios creó a los seres humanos* a su propia imagen. A imagen de Dios los creó; hombre y mujer los creó. Gén 1:28 Luego Dios los bendijo con las siguientes palabras: «Sean fructíferos y multiplíquense. Llenen la tierra y gobiernen sobre ella. Reinen sobre los peces del mar, las aves del cielo y todos los animales que corren por el suelo». Gén 1:29 Entonces Dios dijo: «¡Miren! Les he dado todas las plantas con semilla que hay sobre la tierra y todos los árboles frutales para que les sirvan de alimento. Gén 1:30 Y he dado toda planta verde como alimento para todos los animales salvajes, para las aves del cielo y para los animales pequeños que corren por el suelo, es decir, para todo lo que tiene vida»; y eso fue lo que sucedió. Gén 1:31 Entonces Dios miró todo lo que había hecho, ¡y vio que era muy bueno! Y pasó la tarde y llegó la mañana, así se cumplió el sexto día.Susan Boyle - Perfect Day

1Re 8:1 Entonces Salomón mandó llamar a los ancianos de Israel y a todos los jefes de las tribus —los líderes de las familias patriarcales de los israelitas— para que fueran a Jerusalén. Ellos debían trasladar el arca del pacto del SEÑOR desde su sitio en la Ciudad de David, también conocida como Sión, hasta el templo. 1Re 8:2 Así que todos los hombres de Israel se reunieron ante el rey Salomón durante el Festival de las Enramadas, que se celebra anualmente a comienzos del otoño, en el mes de etanim .* 1Re 8:3 Una vez que estaban presentes todos los ancianos de Israel, los sacerdotes levantaron el arca. 1Re 8:4 Los sacerdotes y los levitas trasladaron el arca del SEÑOR, junto con la carpa especial* y todos los objetos sagrados que había en ella. 1Re 8:5 Delante del arca, el rey Salomón y toda la comunidad de Israel sacrificaron ovejas, cabras y ganado, ¡en tal cantidad que fue imposible llevar la cuenta! 1Re 8:6 Luego los sacerdotes llevaron el arca del pacto del SEÑOR al santuario interior del templo —el Lugar Santísimo— y la colocaron bajo las alas de los querubines. 1Re 8:7 Los querubines extendían sus alas por encima del arca y formaban una especie de cubierta sobre el arca y las varas para transportarla. 1Re 8:8 Estas varas eran tan largas que los extremos podían verse desde el salón principal del templo —el Lugar Santo— que está delante del Lugar Santísimo, pero no podían verse desde afuera; y allí permanecen hasta el día de hoy. 1Re 8:9 Lo único que había dentro del arca eran las dos tablas de piedra que Moisés había colocado en ella en el monte Sinaí,* donde el SEÑOR hizo un pacto con los israelitas cuando partieron de la tierra de Egipto. 1Re 8:10 Al salir los sacerdotes del Lugar Santo, una densa nube llenó el templo del SEÑOR. 1Re 8:11 Los sacerdotes no pudieron seguir con la celebración a causa de la nube, porque la gloriosa presencia del SEÑOR llenaba el templo. 1Re 8:12 Entonces Salomón oró: «Oh SEÑOR, tú dijiste que habitarías en una densa nube de oscuridad. 1Re 8:13 Ahora te he construido un templo glorioso, ¡un lugar donde podrás habitar para siempre!* ». 1Re 8:14 Luego el rey se dio vuelta hacia toda la comunidad de Israel, que estaba de pie ante él, y después de bendecir al pueblo, dijo: 1Re 8:15 «Alabado sea el SEÑOR, Dios de Israel, quien cumplió la promesa que le hizo a mi padre David; pues le dijo a mi padre: 1Re 8:16 “Desde el día en que saqué de Egipto a mi pueblo Israel, nunca escogí una ciudad de ninguna de las tribus de Israel como el sitio donde se construyera un templo para honrar mi nombre; pero he elegido a David para que sea rey de mi pueblo Israel”». 1Re 8:17 Después Salomón dijo: «Mi padre David quería construir este templo para honrar el nombre del SEÑOR, Dios de Israel; 1Re 8:18 pero el SEÑOR le dijo: “Tú querías construir el templo para honrar mi nombre; tu intención es buena, 1Re 8:19 pero no serás tú quien lo haga. Será uno de tus hijos quien construirá el templo para honrarme”. 1Re 8:20 »Ahora el SEÑOR ha cumplido la promesa que hizo, porque he llegado a ser rey en lugar de mi padre y ocupo el trono de Israel, tal como el SEÑOR lo prometió. He construido este templo para honrar el nombre del SEÑOR, Dios de Israel. 1Re 8:21 Además he preparado un lugar allí para el arca, la cual contiene el pacto que el SEÑOR hizo con nuestros antepasados cuando los sacó de Egipto». 1Re 8:22 Luego Salomón, de pie ante el altar del SEÑOR y frente a toda la comunidad de Israel, levantó las manos al cielo 1Re 8:23 y oró: «Oh SEÑOR, Dios de Israel, no hay Dios como tú arriba en el cielo ni abajo en la tierra. Tú cumples tu pacto y muestras amor inagotable a quienes andan delante de ti de todo corazón. 1Re 8:24 Has cumplido tu promesa a tu siervo David, mi padre. Pronunciaste esa promesa con tu boca y hoy la has cumplido con tus propias manos. 1Re 8:25 »Ahora, oh SEÑOR, Dios de Israel, lleva a cabo la otra promesa que le hiciste a tu siervo David, mi padre, cuando le dijiste: “Si tus descendientes cuidan su comportamiento y me siguen con fidelidad, así como tú lo has hecho, siempre habrá uno de ellos sentado en el trono de Israel”. 1Re 8:26 Ahora, oh Dios de Israel, cumple esta promesa que le hiciste a tu siervo David, mi padre. 1Re 8:27 »¿Pero es realmente posible que Dios habite en la tierra? Ni siquiera los cielos más altos pueden contenerte, ¡mucho menos este templo que he construido! 1Re 8:28 Sin embargo, escucha mi oración y mi súplica, oh SEÑOR mi Dios. Oye el clamor y la oración que tu siervo te eleva hoy. 1Re 8:29 Que noche y día tus ojos estén sobre este templo, este lugar del cual tú has dicho: “Mi nombre estará allí”. Que siempre oigas las oraciones que elevo hacia este lugar. 1Re 8:30 Que atiendas las peticiones humildes y fervientes de mi parte y de tu pueblo Israel cuando oremos hacia este lugar. Sí, óyenos desde el cielo donde tú vives y, cuando nos escuches, perdona. 1Re 8:31 »Si alguien agravia a otra persona y se le exige que haga juramento de inocencia ante tu altar en este templo, 1Re 8:32 oye entonces desde el cielo y juzga entre tus siervos, entre el acusador y el acusado. Castiga al culpable según su merecido y absuelve al inocente debido a su inocencia. 1Re 8:33 »Si tu pueblo Israel cae derrotado ante sus enemigos por haber pecado contra ti, pero luego vuelve a ti y reconoce tu nombre y eleva oraciones a ti en este templo, 1Re 8:34 oye entonces desde el cielo y perdona el pecado de tu pueblo Israel, y hazlo volver a esta tierra que diste a sus antepasados. 1Re 8:35 »Si los cielos se cierran y no hay lluvia porque tu pueblo ha pecado contra ti, y si luego ellos oran hacia este templo y reconocen tu nombre y se apartan de sus pecados, porque tú lo has castigado, 1Re 8:36 oye entonces desde el cielo y perdona los pecados de tus siervos, tu pueblo Israel. Enséñales a seguir el camino correcto y envía lluvia sobre tu tierra, la tierra que diste a tu pueblo como su preciada posesión. 1Re 8:37 »Si hay hambre en la tierra, o pestes, o plagas en los cultivos, o ataques de langostas u orugas, o si los enemigos de tu pueblo invaden el territorio y sitian las ciudades —cualquiera sea el desastre o la enfermedad que ocurra—; 1Re 8:38 si luego tu pueblo Israel ora por sus dificultades con las manos levantadas hacia este templo, 1Re 8:39 oye entonces desde el cielo donde vives y perdona. Haz con tu pueblo según merecen sus acciones, porque sólo tú conoces el corazón de cada ser humano. 1Re 8:40 Entonces ellos te temerán mientras vivan en la tierra que diste a nuestros antepasados. 1Re 8:41 »En el futuro, los extranjeros que no pertenezcan a tu pueblo Israel oirán de ti. Vendrán de tierras lejanas a causa de tu nombre, 1Re 8:42 porque oirán de tu gran nombre, de tu mano fuerte y de tu brazo poderoso. Cuando ellos oren en dirección a este templo, 1Re 8:43 oye entonces desde el cielo donde vives y concédeles lo que te pidan. De esa forma, todos los habitantes de la tierra llegarán a conocerte y a temerte, igual que tu pueblo Israel. También sabrán que este templo que he construido honra tu nombre. 1Re 8:44 »Si tu pueblo sale a donde tú lo envías a luchar contra sus enemigos, y si ora al SEÑOR en dirección a esta ciudad que has escogido y hacia este templo que yo he construido para honrar tu nombre, 1Re 8:45 oye entonces desde el cielo sus oraciones y defiende su causa. 1Re 8:46 »Si ellos pecan contra ti (¿y quién nunca ha pecado?), tal vez te enojes con ellos y permitas que sus enemigos los conquisten y los lleven cautivos a su tierra, ya sea cerca o lejos. 1Re 8:47 Sin embargo, tal vez en esa tierra, donde estén desterrados, se vuelvan a ti arrepentidos y oren así: “Hemos pecado, hemos hecho lo malo y hemos actuado de manera perversa”. 1Re 8:48 Si ellos se vuelven a ti con todo el corazón y con toda el alma en tierra de sus enemigos, y oran en dirección a la tierra que diste a sus antepasados —hacia esta ciudad que escogiste y hacia este templo que he construido para honrar tu nombre—, 1Re 8:49 oye entonces sus oraciones y su petición desde el cielo donde vives, y defiende su causa. 1Re 8:50 Perdona a tu pueblo que ha pecado contra ti. Perdona todas las ofensas que haya cometido en tu contra. Haz que sus captores le tengan compasión, 1Re 8:51 porque es tu pueblo —tu posesión más preciada— que sacaste de Egipto, ese horno para fundir hierro. 1Re 8:52 »Que tus ojos estén abiertos a mis peticiones y a las peticiones de tu pueblo Israel. Que los oigas y les respondas cada vez que clamen a ti. 1Re 8:53 Pues cuando sacaste a nuestros antepasados de Egipto, oh Soberano SEÑOR, le dijiste a tu siervo Moisés que habías apartado a Israel de todas las demás naciones de la tierra, para que fuera tu posesión más preciada». 1Re 8:54 Cuando Salomón terminó de elevar estas oraciones y peticiones al SEÑOR, se puso de pie frente al altar del SEÑOR, donde estaba arrodillado con las manos levantadas al cielo. 1Re 8:55 De pie bendijo en voz alta a toda la congregación de Israel diciendo: 1Re 8:56 «Alabado sea el SEÑOR, quien ha dado descanso a su pueblo Israel, tal como lo prometió. No ha faltado ni una sola palabra de todas las promesas maravillosas que hizo mediante su siervo Moisés. 1Re 8:57 Que el SEÑOR nuestro Dios esté con nosotros como estuvo con nuestros antepasados; que nunca nos deje ni nos abandone. 1Re 8:58 Que ponga en nosotros el deseo de hacer su voluntad en todo y de obedecer todos los mandatos, los decretos y las ordenanzas que dio a nuestros antepasados. 1Re 8:59 Y que esta oración que hice en la presencia del SEÑOR esté delante de él continuamente, de día y de noche, para que el SEÑOR nuestro Dios haga justicia conmigo y con su pueblo Israel, según las necesidades de cada día. 1Re 8:60 Entonces gente de todo el mundo sabrá que el SEÑOR es el único Dios y que no hay otro. 1Re 8:61 Que ustedes sean totalmente fieles al SEÑOR nuestro Dios; que siempre obedezcan sus decretos y mandatos, tal como lo están haciendo hoy». 1Re 8:62 Luego el rey y todo Israel junto con él ofrecieron sacrificios al SEÑOR. 1Re 8:63 Salomón presentó al SEÑOR una ofrenda de paz de veintidós mil cabezas de ganado y ciento veinte mil ovejas y cabras. Así el rey y todo el pueblo de Israel dedicaron el templo del SEÑOR. 1Re 8:64 Ese mismo día, el rey consagró la parte central del atrio que está delante del templo del SEÑOR. Allí presentó las ofrendas quemadas,* las ofrendas de grano y la grasa de las ofrendas de paz, porque el altar de bronce que está en la presencia del SEÑOR era demasiado pequeño para tantas ofrendas quemadas, ofrendas de grano y la grasa de las ofrendas de paz. 1Re 8:65 Entonces Salomón y todo Israel celebraron el Festival de las Enramadas* en presencia del SEÑOR nuestro Dios. Se había reunido una gran multitud desde lugares tan lejanos como Lebo-hamat, en el norte, y el arroyo de Egipto, en el sur. La celebración continuó catorce días en total: siete días para la dedicación del altar y siete días para el Festival de las Enramadas.* 1Re 8:66 Una vez terminado el festival,* Salomón despidió al pueblo. Ellos bendijeron al rey y regresaron a sus casas llenos de alegría y muy contentos, porque el SEÑOR había sido bueno con su siervo David y con su pueblo Israel.Susan Boyle Subtitulado en español (Les Miserables - Episode 1 - Britain...

Hallelujah

Jua 3:16 “Porque de tal manera amó Elohim al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo el que crea en él no se pierda, sino que tenga vida eterna.
Jua 3:17 Porque Yahweh no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.
Jua 3:18 El que cree en él no se condena; pero el que no cree ya se ha condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Yahweh.
Jua 3:19 Y ésta es la condenación: que la luz ha venido al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas.
Jua 3:20 Porque todo aquel que practica lo malo aborrece la luz, y no viene a la luz, para que no se le censuren sus obras.
Jua 3:21 Pero el que practica la verdad viene a la luz para que se vean sus obras, porque se han hecho en [armonía con] Elohim”.
Jua 3:22 Después de esto, Yahoshúa fue con sus discípulos a la tierra de Yahudah; allí pasaba un tiempo con ellos y sumergía.
Jua 3:23 Yojanán también estaba sumergiendo en Enáyim, junto a Shalem, porque allí había mucha agua; y muchos venían y se sumergían,
Jua 3:24 ya que a Yojanán todavía no lo habían encarcelado.
Jua 3:25 Entonces surgió una discusión entre los discípulos de Yojanán y un yahudita acerca de la purificación.
Jua 3:26 Fueron a Yojanán y le dijeron: “Rabí, el que estaba contigo al otro lado del Yardén, de quien tú has dado testimonio, ¡mira, él está bautizando, y todos van a él!”
Jua 3:27 Yojanán respondió: “Un hombre no puede apropiarse de nada si el Cielo no se lo permite.
Jua 3:28 Ustedes mismos me son testigos de que dije que yo no soy el Mashíaj, sino que me han enviado delante de él.
Jua 3:29 El que tiene a la novia es el novio; pero el amigo del novio, que ha estado presente, cuando lo escucha, se alegra mucho de oír la voz del novio. Por eso este gozo mío ya es completo.
Jua 3:30 A él le conviene crecer, y a mí menguar.
Jua 3:31 “El que viene de arriba está por encima de todos. El que procede de la tierra es terrenal, y su habla procede de la tierra. El que viene del cielo está por encima de todos.
Jua 3:32 Testifica de lo que ha visto y oído, sin embargo nadie recibe su testimonio.
Jua 3:33 El que recibe su testimonio atestigua que Elohim es veraz.
Jua 3:34 Porque el enviado de Yahweh habla las palabras de Elohim, pues Yahweh no da el espíritu por medida.
Jua 3:35 “El Padre ama al Hijo y ha puesto todas las cosas en su mano.
Jua 3:36 El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que desobedece al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Elohim permanece sobre él.