(“¿De Nazaret puede salir algo de bueno?”

[Juan_1:46]). El Señor Jesús fue conocido como “el hijo del carpintero” (Mateo_13:55; Mar_6:3)



Free Shoutcast HostingRadio Stream Hosting

domingo, 27 de abril de 2014

CONOZCA LOS ESPIRITUS QUE ATACAN AL CREYENTE Y LA IGLESIA

EBEN-EZER


(Piedra de ayuda). Nombre de lugares del AT.

1.     Localidad cerca de •Afec donde los filisteos derrotaron a los israelitas en tiempos de •Elí, y tomaron el arca que había sido traída por éstos al campo de batalla. Allí murieron los hijos de Elí (1Sa_4:1-11).

.     Nombre que utilizó Samuel para designar una piedra conmemorativa de la derrota de los filisteos en sus días. Primeramente había animado a los israelitas al arrepentimiento. éstos “quitaron a los baales y a Astarot, y sirvieron sólo a Jehová”, por lo cual en el día de la batalla “Jehová tronó aquel día con gran estruendo sobre los filisteos”, que huyeron. Los israelitas los persiguieron “hasta abajo de Bet-car. Tomó luego Samuel una piedra y la puso entre Mizpa y Sen, y le puso por nombre E., diciendo: Hasta aquí nos ayudó Jehová” (1Sa_7:1-12).

Israel - Small but Outstanding

JACOB


(Suplantador, o el que toma el talón).

Patriarca. Hijo de Isaac y Rebeca. Era mellizo con Esaú, quien nació primero. J. salió del vientre de su madre “trabada su mano al calcañar de Esaú”. Se distinguió desde joven por ser “varón quieto, que habitaba en tiendas”, siendo el preferido de su madre (Gen_25:19-28). “Guisó J. un potaje” que apeteció Esaú, quien lo comió a cambio de los privilegios de su primogenitura. Llegado el momento de bendecir a sus hijos, Isaac pidió a Esaú que le trajera del campo alguna pieza y le hiciera un guisado como a él le gustaba. J., aconsejado por su madre, se disfrazó y engañó a su anciano padre haciéndose pasar por Esaú y recibió la bendición del primogénito. Cuando Esaú vino y lo supo “clamó con una muy grande y muy amarga exclamación”. Y aunque recibió otra bendición de su padre, “aborreció a J. por la bendición con que su padre le había bendecido”, y comentó: “Llegarán los días del luto de mi padre, y yo mataré a mi hermano Jacob”. Rebeca, oyendo esto, sugirió a J. que se fuera a vivir a casa de su hermano Labán y que se casara allí (Gen_27:1-46).

Isaac volvió a bendecir a J. cuando salió hacia Padam-aram. En el viaje, se detuvo a dormir en un lugar donde tuvo un sueño de “una escalera que estaba apoyada en tierra, y su extremo tocaba en el cielo; y he aquí ángeles de Dios que subían y descendían por ella”. En lo alto de la escalera estaba Jehová, quien le prometió bendecirle y estar con él. En aquel sitio J. hizo un pacto con Dios y realizó una libación sobre la piedra que había utilizado para dormir y le puso el nombre de Bet-el (Gen_28:1-22).

J. fue recibido por Labán y pidió por esposa a Raquel, su hija. Se llegó a un arreglo con Labán de que así sería, a cambio de que sirviera a Labán por siete años, los cuales cumplió. “Y le parecieron pocos días, porque la amaba”. Pero llegado el día de la boda Labán lo engañó, dándole a su otra hija, Lea. Jacob tuvo que trabajar por otros siete años por el privilegio de tener a Raquel como esposa también. Lea le dio a J. sus cuatro primeros hijos, que fueron •Rubén, •Simeón, •Leví y •Judá (Gen_29:1-35). Pero Raquel “no daba hijos a J.”. Lo cual le condujo a pedir a su esposo que se llegara a •Bilha, sierva de Raquel, la cual tuvo de J. sus hijos •Dan y •Neftalí. Viendo eso, •Lea pidió que se hiciese lo mismo con su sierva •Zilpa, quien tuvo dos hijos, que fueron llamados •Gad y •Aser. Más tarde, la misma Lea dio a luz a •Isacar y a •Zabulón y a una niña que llamó •Dina. También Raquel tuvo un hijo entonces, al cual llamó •José. J. quiso salir de la casa de Labán, pero éste le pidió que se quedara, diciéndole: “He experimentado que Jehová me ha bendecido por tu causa”. Así, acordaron distintos tipos de salario para J., pero Labán cambiaba lo estipulado porque veía que todo lo que J. hacía era bendecido y siempre pedía la parte que antes había dicho que sería para J. éste, por su parte, hacía arreglos para que el ganado creciera de una forma que beneficiara sus intereses. “Y se enriqueció el varón muchísimo, y tuvo muchas ovejas, y siervas y siervos, y camellos y asnos” (Gen_30:1-43).
los hijos de Labán comenzaron a murmurar, diciendo que la riqueza de J. realmente pertenecía a su padre. Dios le dice a J. que regrese a su tierra. Consulta con sus esposas y éstas consienten. Así “J. engañó a Labán arameo, no haciéndole saber que se iba. Huyó, pues, con todo lo que tenía”. Cuando Labán lo supo le persiguió y le alcanzó, pero Dios le dijo en sueños que no debía hablar descomedidamente a su yerno. Finalmente, Labán hizo un pacto con J. y le dejó ir (Gen_31:1-55).
el encuentro con su hermano Esaú, J. envió delante de él diversos regalos. Antes de ver a Esaú, sin embargo, tuvo la experiencia de luchar con “un varón hasta que rayaba el alba”. Este varón no se identificó a sí mismo, pero bendijo a J. y le dijo que a partir de aquel momento su nombre sería Israel “porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido”. Jacob interpretó que aquella experiencia había sido, en realidad, con Dios, porque dijo: “Vi a Dios cara a cara, y fue librada mi alma”. Llamó a aquel lugar •Peniel (Gen_32:1-32).
se encontraron J. y Esaú. Este último venía con 400 hombres, lo cual produjo cierto miedo en J., pero Esaú “corrió a su encuentro y le abrazó, y se echó sobre su cuello, y le besó; y lloraron...” J. se instaló primeramente en •Sucot y luego “llegó sano y salvo a la ciudad de •Siquem, que está en la tierra de Canaán”, donde “compró una parte del campo, donde plantó su tienda, de mano de los hijos de Hamor padre de Siquem, por cien monedas” (Gen_33:1-20).
allí, tuvo que sufrir la desgracia de ver a su hija Dina deshonrada y a sus hijos Simeón y Leví hacer una terrible venganza con los habitantes de Siquem para lavar la afrenta (Gen_34:1-31). Dios le dijo que se trasladara de aquel lugar a Bet-el, donde debía hacer “un altar al Dios que te apareció cuando huías de tu hermano Esaú”. Así lo hizo. En Bet-el “murió Débora, ama de Rebeca”. Dios se reveló a J. de nuevo, reconfirmándole la promesa de que daría aquella tierra a su descendencia. Al partir de Bet-el hacia Efrata, en Belén, Raquel tuvo un nuevo parto, pero ella murió. El niño fue llamado Benjamín. De allí pasaron a •Migdal-edar, donde tuvo J. la tristeza de saber que su hijo mayor Rubén había tenido relaciones sexuales “con Bilha la concubina de su padre”. Pasaron entonces a Hebrón, donde años después murió Isaac. “Y lo sepultaron Esaú y J. sus hijos” (Gen_35:1-29).

J. amó “a José más que a todos sus hijos, porque lo había tenido en su vejez”. Esto causó un problema en la familia, que vino a ser aumentado porque José daba cuenta a su padre de la mala fama de sus hermanos y, también, por unos sueños que tenía aquel joven, según los cuales se daba la apariencia de que él vendría a desarrollar un papel preponderante en la vida de todos ellos. Todo esto condujo a que los hijos de J. tomaran un día a José y lo vendieran como esclavo a unos madianitas que iban a Egipto. Dijeron a J. que habían encontrado la ropa destrozada de José, para dar la apariencia de que había sido muerto por alguna fiera. Por providencia de Dios, José llegó a ser el segundo hombre de poder en Egipto y, con el tiempo, salvaría a sus hermanos y a J. de una gran hambre que se produjo sobre la tierra. Así, J. con toda su familia vino a residir en Egipto (Gn. 38 al 47). Allí vivió en la tierra de Gosén, hasta el día de su muerte. Pero antes de morir, hizo que José le jurara que le sepultaría en Hebrón. Cuando estaba cerca el día de la muerte, J. bendijo a los hijos de José, •Manasés y •Efraín, dando preferencia al último a pesar de ser el menor. Llamó también a sus hijos y los bendijo con palabras que vinieron a significar también una verdadera profecía sobre el futuro de la descendencia de éstos. José llevó el cadáver de su padre a “la cueva del campo de Macpela, la que había comprado Abraham con el mismo campo, para heredad de sepultura, de Efrón el heteo, al oriente de Mamre” (Gn. 48 al 50).