(“¿De Nazaret puede salir algo de bueno?”

[Juan_1:46]). El Señor Jesús fue conocido como “el hijo del carpintero” (Mateo_13:55; Mar_6:3)



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miércoles, 30 de abril de 2014

Testimonio Pastor Ducasse Ex-Brujo De Haiti

Deu 18:9  Cuando entres a la tierra que Jehová tu Dios te da, no aprenderás a hacer según las abominaciones de aquellas naciones.

Deu 18:10  No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, 
Deu 18:11  ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos. 
Deu 18:12  Porque es abominación para con Jehová cualquiera que hace estas cosas, y por estas abominaciones Jehová tu Dios echa estas naciones de delante de ti. 
Deu 18:13  Perfecto serás delante de Jehová tu Dios. 
Deu 18:14  Porque estas naciones que vas a heredar, a agoreros y a adivinos oyen; mas a ti no te ha permitido esto Jehová tu Dios. 

lunes, 28 de abril de 2014

EL RAPTO DE CRISTO Y LAS SEÑALES DEL FIN

Luc 4:1  Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán, y fue llevado por el Espíritu al desierto

Luc 4:2  por cuarenta días, y era tentado por el diablo. Y no comió nada en aquellos días, pasados los cuales, tuvo hambre. 
Luc 4:3  Entonces el diablo le dijo: Si eres Hijo de Dios, dí a esta piedra que se convierta en pan. 
Luc 4:4  Jesús, respondiéndole, dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra de Dios. 

Aconsejando al Homosexual Miguel Núñez

ARREPENTIMIENTO

En el Antiguo Testamento “arrepentirse”, o algún equivalente, es invariablemente la traducción de dos términos: naµh(‘lamentar, cambiar de idea’) y sûuÆb_ (en el sentido de “volverse, retornar”).

Es infrecuente el uso de naµhpara el hombre (Éxo_13:17; Job_42:6; Jer_8:6; Jer_31:19), pero se aplica regularmente a Dios, cuando a menudo se dice que Dios “se arrepiente del mal” propuesto o iniciado. Este lenguaje vigoroso proviene de la comprensión israelita de la actitud de Dios hacia el hombre en función de una relación personal. Este lenguaje no significaba, naturalmente, que Dios fuera inconstante o arbitrario sino simplemente que la relación era cambiante. En particular, cuando el hombre se aleja voluntariamente de la dirección y el cuidado de Dios descubre que la consecuencia, determinada por Dios, de su mal proceder es un mal aun mayor (Gén_6:6s; 1 S. 15 Gén_11:35; 2Sa_24:16; Jer_18:10). Pero la persona que se arrepiente, aun a última hora, la persona que se vuelve (nuevamente) a Dios, encuentra a un Dios de misericordia y amor, y no de juicio (Jer_18:8; Jer_18:26 Gén_3:13, Gén_3:19; Jon_3:9s; en Éxo_32:12-14 y Am. 7 Gén_3:6 vemos destacada la importancia del intercesor dispuesto a presentarse delante de Dios en nombre de su pueblo). De modo que aunque no se pone en tela de juicio la firmeza del juicio de Dios en contra del *pecado (Núm_23:19; 1Sa_15:29; Sal_110:4; Jer_4:28; Eze_24:14; Zac_8:14), una y otra vez se ha mostrado como un Dios benevolente, fiel a su pueblo aun cuando este le haya sido infiel; un Dios, en otras palabras, “que se arrepiente del mal” (Éxo_32:14; Deu_32:36; Jue_2:18; 1Cr_21:5; Sal_106:45; Sal_135:14; Jer_42:10; Joe_2:13s; Jon_4:2).

El llamado al arrepentimiento es, en lo que respecta al hombre, un llamado para que vuelva (sûuÆb_) a colocarse bajo la dependencia de Dios, a la que se debe por su carácter de criatura (y por el compromiso del pacto). Estos llamados eran particularmente frecuentes en los profetas preexílicos. Amó_4:6-11 muestra claramente que el mal determinado por Dios como consecuencia del pecado de Israel no es rencoroso ni vengativo, sino que más bien está destinado a hacer que Israel se arrepienta. El que hace el mal se da con un mal mayor determinado por Dios. Pero el que se arrepiente de su maldad encuentra un Dios que también se arrepienee de su mal. Una de las súplicas más elocuentes tocante al arrepentimiento aparece en Ose_6:1-3 y 14.1-2: es de una súplica en la que alternan la esperanza y la desesperanza (3.5; 5.4; 7.10), siendo particularmente conmovedor 11.1-11. Igualmente conmovedoras son las esperanzas de Isaías expresadas en el nombre de su hijo Sear-jasub (“un remanente volverá”, 7.3; véase tamb.tamb. también 10.21s; 30.15; compárese 19.22) y las súplicas de Jeremías (3.1-4.4; 8.4-7; 14.1-22; 15.15-21); en ambos casos vemos una mezcla de presagios y desesperanza (Isa_6:10; Isa_9:13; Jer_13:23).

Otras expresiones vigorosas son Deu_30:1-10; 1Re_8:33-40, 1Re_8:46-53; 2Cr_7:14; Isa_55:6-7; Eze_18:21-24, Eze_18:30-32; Eze_33:11-16; Joe_2:12-14. Véase tamb.tamb. también esp.esp. especialmente 1Sa_7:3; 2Re_17:13; 2Cr_15:4; 2Cr_30:6-9; Neh_1:9; Sal_78:34; Eze_14:6; Dan_9:3; Zac_1:3s; Mal_3:7. El ejemplo clásico de arrepentimiento nacional fue el que encabezó Josías (2 R. 22-23; 2 Cr. 34-35).

En el Nuevo Testamentolas voces trad.trad. traductor, traducción, traducido “arrepentimiento” son metanoeoµ y metamelomai. En griego generalmente significan “cambiar de pensamiento” y también “lamentar, sentir remordimiento” (es decir acerca de lo que se sostenía anteriormente). Encontramos esta nota de remordimiento en la parábola del publicano (Luc_18:13), probablemente en Mt. 21 Gén_29:32; Luc_27:3 y Luc_17:4 (“Me arrepiento”), y más explícitamente en 2Co_7:8-10. Pero el uso neotestamentario se ve influido en mayor medida por la voz veterotestamentaria sûuÆb_; o sea que el arrepentirse no es simplemente lamentar o cambiar de pensamiento sino hacer un vuelco completo, producir una completa y total alteración de la motivación básica y la dirección de la vida del individuo. Por ello, la mejor trad.trad. traductor, traducción, traducido de metanoeoµ es a menudo “convertirse”, o sea “volverse” (* Conversión). También nos ayuda a explicar por qué Juan el Bautista exigía el *bautismo como expresión de este arrepentimiento, no sólo para los “pecadores” evidentes sino también para los judíos “justos”: el bautismo como acto decisivo de volverse de la antigua forma de vida y entregarse a la misericordia de aquel que ha de venir (Mt. 3 Gén_2:11; Mar_1:4; Lc. 3 Gén_3:8; Hch_13:24; Hch_19:4).

El llamado de Jesús al arrepentimiento poco se menciona explícitamente en Mr. (1.15; compárese 6.12) y Mt. (4.17; 11.20s; 12.41); mientras que Lc. se encarga de destacarlo (5.32; 10.13; 11.32; 13 Gén_3:5; 15 Gén_7:10; 16.30; 17.3s; compárese 24.47). Sin embargo, otros dichos e incidentes en los tres evangelios mencionados expresan muy claramente el carácter del arrepentimiento que exigió Jesús a lo largo de todo su ministerio. Su naturaleza radical, como un vuelco y un retorno completos, se pone de manifiesto en la parábola del hijo pródigo (Luc_15:11-24). Su carácter incondicional surge de la parábola del fariseo y el publicano; el arrepentimiento significa reconocer que uno no tiene absolutamente ningún derecho ante Dios, y entregarse sin excusas o intentos de justificación a la misericordia de Dios (Luc_18:13). El acto de dar las espaldas a los valores y el estilo de vida anteriores queda evidenciado en el encuentro con el joven rico (Mar_10:17-22) y con Zaqueo (Luc_19:8). Por sobre todas las cosas, Mat_18:3 aclara muy bien que convertirse significa llegar a ser como un niño, es decir, reconocer la propia inmadurez y la incapacidad de vivir alejado de Dios, y aceptar una total dependencia de él.

El llamado al arrepentimiento (y la promesa del perdón) es un rasgo constante del relato que hace Lucas de la predicación de los primeros cristianos (Hch_2:38; Hch_3:19; Hch_8:22; Hch_17:30; Hch_20:21; Hch_26:20). Aquí el término metanoeoµ se complementa con epistrefoµ (‘darse vuelta, retornar’, Hch_3:19; Hch_9:35; Hch_11:21; Hch_14:15; Hch_15:19; Hch_15:26 Gén_18:20; Hch_28:27) donde metanoeoµ significa más bien alejarse (del pecado), y epistrefoµ volverse hacia (Dios) (véase esp.esp. especialmente Hch_3:19; Hch_26:20), aunque los dos términos pueden incluir ambos sentidos (como en Hch_11:18; 1Ts_1:9).

Según Hch_5:31 y 11.18, resulta claro que no hubo dificultad en describir el arrepentimiento como un don de Dios y al mismo tiempo como responsabilidad del hombre. Al mismo tiempo se cita varias veces Isa_6:9-10 como explicación de la razón por la cual los hombres no se convierten (Mat_13:14s; Mar_4:12; Jua_12:40; Hch_28:26s).

El autor de la Carta a los Hebreos también indica la importancia del arrepentimiento inicial (6.1), pero si bien cuestiona la posibilidad de un segundo arrepentimiento (6.4-6; 12.17), otros son aun más categóricos en su creencia de que los cristianos pueden y necesitan arrepentirse (2Co_7:9s; 2Co_12:21; Stg_5:19s; 1 Jn. 1.5-2Jua_2:2; Ap. 2 Gén_5:16, Gén_5:21s; 3 Gén_3:19).

Hay pocas referencias adicionales al arrepentimiento en el Nuevo Testamento(Rom_2:4; 2Ti_2:25; 2Pe_3:9; Apo_9:20s; 16 Gén_9:11). No debemos dar por supuesto que el tema del arrepentimiento y el *perdón surgía invariablemente en la predicación primitiva. Pablo en particular raramente usa estos dos conceptos, y no aparecen para nada en el evangelio y las epístolas de Juan, mientras que ambos recalcan fuertemente que la vida cristiana comienza con una entrega decisiva en un acto de *fe.

Bibliografía. °J. Jeremias, Teología del Nuevo Testamento, 1974; °J.-J. von Allmen, Vocabulario bíblico, 1973; °G. Bornkamm, Jesús de Nazaret, 1975; J. Baillie, Regeneración y conversión, 1956; J. A. Soggin, “Volver”, °DTMAT°DTMAT este Jenni y C. Westermann (eds.), Diccionario teológico manual del Antiguo Testamento, trad. del alemán por J. A. Mugica, 1978, (véase THAT), tomo(s) II, cols. 1110-1118; F. Laubach, J. Goetzmann, L. Coenen, “Conversión, penitencia, arrepentimiento”, °L. Coenen, E. Beyreuther, H. Bietenhard, Diccionario teológico del Nuevo Testamento, en 4 tomos. (título original en alemán theologisches Regriffslexicon zum Neuen Testament, 1971), edición preparada por M. Sala y A. Herrera, 1980-85, tomo(s) I, página(s) 331-338; C. G. Kromminga, “Arrepentimiento”, °DT°DT Diccionario de teología (TELL), 1985, 1985, página(s) 65-66; L. Berkhof, Teología sistemática, 1972, página(s) 580ss; K. Rahner, “Arrepentimiento”, Sacrameatum mundi, 1976, tomo(s) I, cols. 413-420; W. Eichrodt, Teología del Antiguo Testamento, 1975, tomo(s) II, página(s) 460-469; K. H. Schelkle, Teología del Nuevo Testamento, 1975,t.III, página(s) 111-124.

G. Bertram, epistrephoµ, G. Kittel y G. Friedrich (eds.), Theologisches Wörterbuch zum Neuen Testament, 1932-74; trad. ing. Theological Dictionary of the New Testament, eds. G. W. Bromiley, 10 tomos, 1964-76 7, página(s) 722-729; G. Bornkamm, Jesus of Nazareth, 1960, página(s) 82-84; J. Jeremias, New Testament Theology, 1: The Proclamation of Jesus, 1971, página(s) 152-158; O. Michel, metamelomai, G. Kittel y G. Friedrich (eds.), Theologisches Wörterbuch zum Neuen Testament, 1932-74; trad. ing. Theological Dictionary of the New Testament, eds. G. W. Bromiley, 10 tomos, 1964-76 4, página(s) 626-629; J. P. Ramseyer, en J. J. von Allmen (eds.eds. edición, editor(es), editado), Vocabulary of the Bible, 1958, página(s) 357-359; A. Richardson, An Introduction to the Theology of the New Testament, 1958, página(s) 31-34; este Würthein y J. Behm, metanoeoµ, G. Kittel y G. Friedrich (eds.), Theologisches Wörterbuch zum Neuen Testament, 1932-74; trad. ing. Theological Dictionary of the New Testament, eds. G. W. Bromiley, 10 tomos, 1964-76 4, página(s) 975-1008; F. Laubach, J. Goetzmann, C. Brown (eds.), The New International Dictionary of New Testamento Theology, 3 tomos, 1975-8 1, página(s) 353-359.

J.D.G.D.J.D.G.D. J. D. G. Dunn, M.A., B.D., Ph.D., Profesor de Nuevo Testamento, Universidad de Nottingham, Inglaterra.

domingo, 27 de abril de 2014

CONOZCA LOS ESPIRITUS QUE ATACAN AL CREYENTE Y LA IGLESIA

EBEN-EZER


(Piedra de ayuda). Nombre de lugares del AT.

1.     Localidad cerca de •Afec donde los filisteos derrotaron a los israelitas en tiempos de •Elí, y tomaron el arca que había sido traída por éstos al campo de batalla. Allí murieron los hijos de Elí (1Sa_4:1-11).

.     Nombre que utilizó Samuel para designar una piedra conmemorativa de la derrota de los filisteos en sus días. Primeramente había animado a los israelitas al arrepentimiento. éstos “quitaron a los baales y a Astarot, y sirvieron sólo a Jehová”, por lo cual en el día de la batalla “Jehová tronó aquel día con gran estruendo sobre los filisteos”, que huyeron. Los israelitas los persiguieron “hasta abajo de Bet-car. Tomó luego Samuel una piedra y la puso entre Mizpa y Sen, y le puso por nombre E., diciendo: Hasta aquí nos ayudó Jehová” (1Sa_7:1-12).

Israel - Small but Outstanding

JACOB


(Suplantador, o el que toma el talón).

Patriarca. Hijo de Isaac y Rebeca. Era mellizo con Esaú, quien nació primero. J. salió del vientre de su madre “trabada su mano al calcañar de Esaú”. Se distinguió desde joven por ser “varón quieto, que habitaba en tiendas”, siendo el preferido de su madre (Gen_25:19-28). “Guisó J. un potaje” que apeteció Esaú, quien lo comió a cambio de los privilegios de su primogenitura. Llegado el momento de bendecir a sus hijos, Isaac pidió a Esaú que le trajera del campo alguna pieza y le hiciera un guisado como a él le gustaba. J., aconsejado por su madre, se disfrazó y engañó a su anciano padre haciéndose pasar por Esaú y recibió la bendición del primogénito. Cuando Esaú vino y lo supo “clamó con una muy grande y muy amarga exclamación”. Y aunque recibió otra bendición de su padre, “aborreció a J. por la bendición con que su padre le había bendecido”, y comentó: “Llegarán los días del luto de mi padre, y yo mataré a mi hermano Jacob”. Rebeca, oyendo esto, sugirió a J. que se fuera a vivir a casa de su hermano Labán y que se casara allí (Gen_27:1-46).

Isaac volvió a bendecir a J. cuando salió hacia Padam-aram. En el viaje, se detuvo a dormir en un lugar donde tuvo un sueño de “una escalera que estaba apoyada en tierra, y su extremo tocaba en el cielo; y he aquí ángeles de Dios que subían y descendían por ella”. En lo alto de la escalera estaba Jehová, quien le prometió bendecirle y estar con él. En aquel sitio J. hizo un pacto con Dios y realizó una libación sobre la piedra que había utilizado para dormir y le puso el nombre de Bet-el (Gen_28:1-22).

J. fue recibido por Labán y pidió por esposa a Raquel, su hija. Se llegó a un arreglo con Labán de que así sería, a cambio de que sirviera a Labán por siete años, los cuales cumplió. “Y le parecieron pocos días, porque la amaba”. Pero llegado el día de la boda Labán lo engañó, dándole a su otra hija, Lea. Jacob tuvo que trabajar por otros siete años por el privilegio de tener a Raquel como esposa también. Lea le dio a J. sus cuatro primeros hijos, que fueron •Rubén, •Simeón, •Leví y •Judá (Gen_29:1-35). Pero Raquel “no daba hijos a J.”. Lo cual le condujo a pedir a su esposo que se llegara a •Bilha, sierva de Raquel, la cual tuvo de J. sus hijos •Dan y •Neftalí. Viendo eso, •Lea pidió que se hiciese lo mismo con su sierva •Zilpa, quien tuvo dos hijos, que fueron llamados •Gad y •Aser. Más tarde, la misma Lea dio a luz a •Isacar y a •Zabulón y a una niña que llamó •Dina. También Raquel tuvo un hijo entonces, al cual llamó •José. J. quiso salir de la casa de Labán, pero éste le pidió que se quedara, diciéndole: “He experimentado que Jehová me ha bendecido por tu causa”. Así, acordaron distintos tipos de salario para J., pero Labán cambiaba lo estipulado porque veía que todo lo que J. hacía era bendecido y siempre pedía la parte que antes había dicho que sería para J. éste, por su parte, hacía arreglos para que el ganado creciera de una forma que beneficiara sus intereses. “Y se enriqueció el varón muchísimo, y tuvo muchas ovejas, y siervas y siervos, y camellos y asnos” (Gen_30:1-43).
los hijos de Labán comenzaron a murmurar, diciendo que la riqueza de J. realmente pertenecía a su padre. Dios le dice a J. que regrese a su tierra. Consulta con sus esposas y éstas consienten. Así “J. engañó a Labán arameo, no haciéndole saber que se iba. Huyó, pues, con todo lo que tenía”. Cuando Labán lo supo le persiguió y le alcanzó, pero Dios le dijo en sueños que no debía hablar descomedidamente a su yerno. Finalmente, Labán hizo un pacto con J. y le dejó ir (Gen_31:1-55).
el encuentro con su hermano Esaú, J. envió delante de él diversos regalos. Antes de ver a Esaú, sin embargo, tuvo la experiencia de luchar con “un varón hasta que rayaba el alba”. Este varón no se identificó a sí mismo, pero bendijo a J. y le dijo que a partir de aquel momento su nombre sería Israel “porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido”. Jacob interpretó que aquella experiencia había sido, en realidad, con Dios, porque dijo: “Vi a Dios cara a cara, y fue librada mi alma”. Llamó a aquel lugar •Peniel (Gen_32:1-32).
se encontraron J. y Esaú. Este último venía con 400 hombres, lo cual produjo cierto miedo en J., pero Esaú “corrió a su encuentro y le abrazó, y se echó sobre su cuello, y le besó; y lloraron...” J. se instaló primeramente en •Sucot y luego “llegó sano y salvo a la ciudad de •Siquem, que está en la tierra de Canaán”, donde “compró una parte del campo, donde plantó su tienda, de mano de los hijos de Hamor padre de Siquem, por cien monedas” (Gen_33:1-20).
allí, tuvo que sufrir la desgracia de ver a su hija Dina deshonrada y a sus hijos Simeón y Leví hacer una terrible venganza con los habitantes de Siquem para lavar la afrenta (Gen_34:1-31). Dios le dijo que se trasladara de aquel lugar a Bet-el, donde debía hacer “un altar al Dios que te apareció cuando huías de tu hermano Esaú”. Así lo hizo. En Bet-el “murió Débora, ama de Rebeca”. Dios se reveló a J. de nuevo, reconfirmándole la promesa de que daría aquella tierra a su descendencia. Al partir de Bet-el hacia Efrata, en Belén, Raquel tuvo un nuevo parto, pero ella murió. El niño fue llamado Benjamín. De allí pasaron a •Migdal-edar, donde tuvo J. la tristeza de saber que su hijo mayor Rubén había tenido relaciones sexuales “con Bilha la concubina de su padre”. Pasaron entonces a Hebrón, donde años después murió Isaac. “Y lo sepultaron Esaú y J. sus hijos” (Gen_35:1-29).

J. amó “a José más que a todos sus hijos, porque lo había tenido en su vejez”. Esto causó un problema en la familia, que vino a ser aumentado porque José daba cuenta a su padre de la mala fama de sus hermanos y, también, por unos sueños que tenía aquel joven, según los cuales se daba la apariencia de que él vendría a desarrollar un papel preponderante en la vida de todos ellos. Todo esto condujo a que los hijos de J. tomaran un día a José y lo vendieran como esclavo a unos madianitas que iban a Egipto. Dijeron a J. que habían encontrado la ropa destrozada de José, para dar la apariencia de que había sido muerto por alguna fiera. Por providencia de Dios, José llegó a ser el segundo hombre de poder en Egipto y, con el tiempo, salvaría a sus hermanos y a J. de una gran hambre que se produjo sobre la tierra. Así, J. con toda su familia vino a residir en Egipto (Gn. 38 al 47). Allí vivió en la tierra de Gosén, hasta el día de su muerte. Pero antes de morir, hizo que José le jurara que le sepultaría en Hebrón. Cuando estaba cerca el día de la muerte, J. bendijo a los hijos de José, •Manasés y •Efraín, dando preferencia al último a pesar de ser el menor. Llamó también a sus hijos y los bendijo con palabras que vinieron a significar también una verdadera profecía sobre el futuro de la descendencia de éstos. José llevó el cadáver de su padre a “la cueva del campo de Macpela, la que había comprado Abraham con el mismo campo, para heredad de sepultura, de Efrón el heteo, al oriente de Mamre” (Gn. 48 al 50).

martes, 22 de abril de 2014

Miguel Nuñez - No améis lo que Dios odia

ARREPENTIMIENTO

Dolor de corazón de haber pecado. Es algo esencial para el perdón de los pecados.

 - Según Dios, Hec_17:30.

 - Según Jesús, Mat_4:17, Mat_18:3, Mar_1:15.

 - Según el Bautista, Mat_3:2.

 - Según los Apóstoles, Hec_2:38, Hec_20:21.

 - Hay gozo en el cielo por cada pecador que se arrepiente, y Jesús vino a llamar a los pecadores al arrepentimiento, Luc_15:7-10, Mt:Luc_9:13.

 - Arrepiéntete "ahora". Ahora es el tiempo de la salvación, Heb_3:7, Heb_4:7, Heb_3:15, 2Co_6:2, Sal_95:7-8, Pro_29:1.

 - Los "malos" son los que no se arrepienten, no creyendo en Jesús, Mat_21:32.

 - No son movidos ni aun por los milagros, ni aun si ven resucitar a un muerto, Luc_16:31, Jua_11:53.

 - Dejan pasar el tiempo concedido para el arrepentimiento, Rev_2:21.

 - Reprobados por no haber creído viendo milagros, Mat_11:20-24, Rev_2:5-16.

 - Negado a los apóstatas. Heb_6:4-6.

 Perdón de los Pecados: Cinco condiciones.

 - Examen de Conciencia, por obra del Espíritu Santo, Jua_16:8-11.

 - Dolor de Corazón. Arrepentirse de haber cometido pecado, y de no creer y confiar en Cristo.

 (Sentirse muy apenado de no ir en el tren verdadero).

 - Enmendarse, cambiar de vida.

 (Coger el tren verdadero). Mat_18:3.

 - Confesar el pecado al sacerdote de Cristo, Jua_20:23, para que él dé la absolución, lo perdone, o no lo perdone, si no ve arrepentimiento y propósito de enmendarse. Es como pedir el billete del tren verdadero.

 - Cumplir la penitencia que mande el sacerdote: (es pagar el billete del nuevo tren que cogemos). Luc_13:3, Luc_13:5. Los ninos no necesitan arrepentirse, porque no pecaron voluntariamente. Con el bautismo se les perdona el "pecado original", de herencia, por los padres.Nunca jamás dice la Biblia que los ninos no puedan bautizarse, ni ser critianos, ante al contrario: Bautizad a todos, Mat_28:19, Hech. 16:Hec_156:33. Si en su iglesia no hay poder para bautizar a un nino, es que es una iglesia sin poder, no es la Iglesia de Cristo.



Diccionario Bíblico Cristiano
Dr. J. Dominguez

http://biblia.com/diccionario/

Que dice la biblia de los tatuajes.

Lev 17:11  porque la vida de la carne en la sangre está, y yo os la he dado para hacer expiación sobre el altar por vuestras almas, pues la misma sangre es la que hace expiación por la persona.[e]


sábado, 19 de abril de 2014

David Diamond - Masones-iluminatis abril 12, 2014

MASONERÍA
Sociedad secreta de confraternidad originada en Londres en 1717. Algunas logias proclaman no ser una religión, pero toda Masonería es religión naturalista, donde se acepta cualquier Dios, porque el único Dios para el masón que realmente sabe, es el dios-naturaleza, "el Gran Arquitecto del Universo", y todos sus rituales son expresión de esta religión naturalista, en contra de Dios.

 En los primeros grados, se acepta toda clase de religión, aparentemente, aunque cada ritual, es dirigido a la naturaleza, a encender la "Luz Oculta Natural", envuelto entre prácticas espiritistas y de reencarnación. pero ya desde el grado 30, el Masón tiene que adorar y vivir para la trilogía demoníaca, encabezada por Baal.

 Hay unos 6 millones de masones en el mundo, muchos nobles de Inglaterra y 13 Presidentes de los Estados Unidos de América.

 Aunque los 3 principios básicos, de amor fraternal, auxilio y verdad, parecen buenos, conduce contra el único Dios y la única verdad y amor de la Biblia.

 Ha sido condenada, con excomunión, por 8 Papas diferentes y 6 Concilios. El último, Juan Pablo II, en Noviembre de 1983, por medio de la Congregación de la Fe, contestando a algunas ambigüedades de ciertos círculos católicos. En ella dice que "la posición de la Iglesia en cuanto a la Masonería permanece la misma. Los católicos inscritos en la Masonería no pueden Comulgar, por estar en grave pecado. Los obispos locales no tienen autoridad para dispensar de esta prohibición".



Diccionario Bíblico Cristiano
Dr. J. Dominguez

http://biblia.com/diccionario/

viernes, 18 de abril de 2014

Los Martires del Señor

Hch 7:51  »¡Duros de cerviz![b] ¡Incircuncisos de corazón y de oídos![c] Vosotros resistís siempre al Espíritu Santo;[d] como vuestros padres, así también vosotros.
Hch 7:52  ¿A cuál de los profetas no persiguieron vuestros padres? Y mataron a los que anunciaron de antemano la venida del Justo,[e] a quien vosotros ahora habéis entregado y matado;[f]
Hch 7:53  vosotros que recibisteis la Ley por disposición de ángeles,[g] y no la guardasteis.

Hch 7:54  Oyendo estas cosas, se enfurecían en sus corazones y crujían los dientes[h] contra él.
Hch 7:55  Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo,[i] puestos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios y a Jesús que estaba a la diestra de Dios,
Hch 7:56  y dijo: «Veo los cielos abiertos, y al Hijo del hombre[j] que está a la diestra de Dios».

Hch 7:57  Entonces ellos, gritando, se taparon los oídos y arremetieron a una contra él.
Hch 7:58  Lo echaron fuera de la ciudad y lo apedrearon. Los testigos pusieron sus ropas[k] a los pies de un joven que se llamaba Saulo.[l],[m]

Hch 7:59  Mientras lo apedreaban, Esteban oraba y decía: «Señor Jesús, recibe mi espíritu».[n]
Hch 7:60  Y puesto de rodillas, clamó a gran voz: «Señor, no les tomes en cuenta este pecado».[ñ]
Habiendo dicho esto, durmió.

jueves, 17 de abril de 2014

Arnaldo Torres - A Estos Evita (Predica Completa)

Rom 1:16  Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego.
Rom 1:17  Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá.
Rom 1:18  Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad;
Rom 1:19  porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó.
Rom 1:20  Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa.
Rom 1:21  Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido.
Rom 1:22  Profesando ser sabios, se hicieron necios,
Rom 1:23  y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles.
Rom 1:24  Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos,
Rom 1:25  ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén.
Rom 1:26  Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza,
Rom 1:27  y de igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío.
Rom 1:28  Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen;
Rom 1:29  estando atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades;
Rom 1:30  murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes a los padres,
Rom 1:31  necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia;
Rom 1:32  quienes habiendo entendido el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también se complacen con los que las practican.

YIYE AVILA DESENMASCARA A LUIS PALAU Y A DANTE GEBEL POR LA PALABRA-ECUM...

2 Corintios 6:14 No estéis unidos en yugo
desigual con los incrédulos, pues ¿qué asociación tienen la justicia y
la iniquidad? ¿O qué comunión la luz con las tinieblas?

Antonio Bolainez: ECUMENISMO (Nuevo en la red)

2 Corintios 6:14 No estéis unidos en yugo desigual con los incrédulos, pues ¿qué asociación tienen la justicia y la iniquidad? ¿O qué comunión la luz con las tinieblas?

La Conspiracion Farmaceutica

Jua 11:17  Vino, pues, Jesús, y halló que hacía ya cuatro días que Lázaro estaba en el sepulcro.
Jua 11:18  Betania estaba cerca de Jerusalén, como a quince estadios;
Jua 11:19  y muchos de los judíos habían venido a Marta y a María, para consolarlas por su hermano.
Jua 11:20  Entonces Marta, cuando oyó que Jesús venía, salió a encontrarle; pero María se quedó en casa.
Jua 11:21  Y Marta dijo a Jesús: Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto.
Jua 11:22  Mas también sé ahora que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo dará.
Jua 11:23  Jesús le dijo: Tu hermano resucitará.
Jua 11:24  Marta le dijo: Yo sé que resucitará en la resurrección, en el día postrero.
Jua 11:25  Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.
Jua 11:26  Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?
Jua 11:27  Le dijo: Sí, Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo.
Jua 11:28  Habiendo dicho esto, fue y llamó a María su hermana, diciéndole en secreto: El Maestro está aquí y te llama.

miércoles, 16 de abril de 2014

TESTIMONIO DE UN EX SATANISTA Completo 1:05 en MPG.mpg

Jua 15:16  No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé.

Jua 15:17  Esto os mando: Que os améis unos a otros.

Jua 15:18  Si el mundo os aborrece, sabed que a mí me ha aborrecido antes que a vosotros.

Jua 15:19  Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece.

Jua 15:20  Acordaos de la palabra que yo os he dicho: El siervo no es mayor que su señor. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra.

Jua 15:21  Mas todo esto os harán por causa de mi nombre, porque no conocen al que me ha enviado.

Jua 15:22  Si yo no hubiera venido, ni les hubiera hablado, no tendrían pecado; pero ahora no tienen excusa por su pecado.

Jua 15:23  El que me aborrece a mí, también a mi Padre aborrece.

Jua 15:24  Si yo no hubiese hecho entre ellos obras que ningún otro ha hecho, no tendrían pecado; pero ahora han visto y han aborrecido a mí y a mi Padre.

Jua 15:25  Pero esto es para que se cumpla la palabra que está escrita en su ley: Sin causa me aborrecieron.

Jua 15:26  Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí.

Jua 15:27  Y vosotros daréis testimonio también, porque habéis estado conmigo desde el principio.


martes, 15 de abril de 2014

Un Ex-Homosexual y una Ex- Lesbiana Testifican del Poder de Dios

Rom 1:16  Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego.
Rom 1:17  Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá.

Pastor Javier Soto anuncia "ADVERTENCIA" a Presidenta Michelle Bachelet

Mat 24:37  Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre.
Mat 24:38  Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca,
Mat 24:39  y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre.
Mat 24:40  Entonces estarán dos en el campo; el uno será tomado, y el otro será dejado.

Pastor evangélico asegura que unión homosexual es "perversión e inmundicia"

viernes, 11 de abril de 2014

Pastor Corea Llamados y Enviados Por Cristo 1 Parte

Mar 16:15  Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.

Mar 16:16  El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado. 
Mar 16:17  Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; 
Mar 16:18  tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán. 
Mar 16:19  Y el Señor, después que les habló, fue recibido arriba en el cielo, y se sentó a la diestra de Dios. 
Mar 16:20  Y ellos, saliendo, predicaron en todas partes, ayudándoles el Señor y confirmando la palabra con las señales que la seguían. Amén. 

EL LLAMADO de Dios - Mensaje de Yiye Avila

Mar 16:15  Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.

Mar 16:16  El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado. 
Mar 16:17  Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; 
Mar 16:18  tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán. 
Mar 16:19  Y el Señor, después que les habló, fue recibido arriba en el cielo, y se sentó a la diestra de Dios. 
Mar 16:20  Y ellos, saliendo, predicaron en todas partes, ayudándoles el Señor y confirmando la palabra con las señales que la seguían. Amén. 

jueves, 10 de abril de 2014

Otra EX-MUSULMANA habla del odio de los musulmanes contra Israel y la ed...

Documental del engaño de la Nueva Era 2014 (Muy Interesante)

Deu 18:9  Cuando entres a la tierra que Jehová tu Dios te da, no aprenderás a hacer según las abominaciones de aquellas naciones.

Deu 18:10  No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, 
Deu 18:11  ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos. 
Deu 18:12  Porque es abominación para con Jehová cualquiera que hace estas cosas, y por estas abominaciones Jehová tu Dios echa estas naciones de delante de ti. 
Deu 18:13  Perfecto serás delante de Jehová tu Dios. 
Deu 18:14  Porque estas naciones que vas a heredar, a agoreros y a adivinos oyen; mas a ti no te ha permitido esto Jehová tu Dios. 

miércoles, 9 de abril de 2014

(Nuevo en la red) De la delincuencia a Cristo, Testimonio de Angélica de...

Dan 4:2  Conviene que yo declare las señales y milagros que el Dios Altísimo ha hecho conmigo.

Dan 4:3  ¡Cuán grandes son sus señales, y cuán potentes sus maravillas! Su reino, reino sempiterno, y su señorío de generación en generación. 

DAVID DIAMOND 2013 #1 ANGELES & DEMONIOS www.universobiblico.tv

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Satanás conquista la tierra
Gén_3:1-7

   COMO YA HEMOS DESCUBIERTO, Lucifer codició para sí la gloria que pertenecía al infinito y eterno Dios. A fin de obtener esa gloria, Satanás quiso colocar una hueste innumerable de ángeles bajo su autoridad. En Apo_12:4 leemos que cuando Satanás se rebeló contra Dios arrastró consigo la tercera parte de los seres angelicales creados. Pero Lucifer deseaba revestirse de la gloria de Dios extendiendo también su autoridad a la esfera terrenal de la creación. De este modo podría declararse independiente de Dios y reclamar una autoridad igual a la suya.
   Este deseo de gobernar la tierra lo llevó a poner un plan en marcha. En el primer capítulo del libro de Génesis, versículo 26, mientras creaba al hombre, el Señor dijo: «Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.» Cuando Dios creó al hombre y lo colocó sobre la tierra, le dio autoridad sobre ella. El hombre no era independiente de Dios. Su dependencia le hacía reconocer que Dios era soberano, que tenía el derecho de gobernar, y que era un Dios de gloria. Pero el hombre fue designado representante de Dios sobre la tierra para la administración de los asuntos de Dios y de su reino. El hombre gobernaba, pero por permiso divino. Y Satanás, en su deseo de obtener el dominio de esta tierra, atacó al hombre.
   En el tercer capítulo del Génesis observamos el primer asalto que Satanás dirigió en esta esfera terrenal contra el representante de Dios, el hombre. El relato de la tentación nos es muy conocido. Quienes creen en la Palabra de Dios creen que este incidente fue real y que no debe ser relegado a la categoría de mito. No es la personificación de alguna idea indefinida que surgió en las mentes humanas para explicar la presencia del pecado y que debe ser desechada como realidad. Esto sucedió. Lucifer entró al huerto del Edén, donde Dios había colocado al hombre en el momento de su creación, para apartar su corazón del camino de la obediencia a Dios.
   Cuando Dios puso a Adán en el huerto del Edén, el cual era un reflejo de la perfección del cielo, le dijo: «De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.» (Gén_2:16.) Este mandato restringía la libertad del hombre. El hombre no es libre cuando se halla totalmente independizado de toda autoridad. El hombre es verdaderamente libre cuando puede escoger a quien ha de servir como esclavo. Y Adán se hallaba libre en cuanto podía elegir obedecer a Dios, sometiendo su voluntad a la voluntad divina. Dios había impuesto esta prohibición a Adán: «Del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.» Ni el corazón ni la mente de Adán objetaron jamás esta restricción. Nunca se le ocurrió pensar que Dios le había negado celosamente algo que hubiera sido para su provecho o beneficio. Dios en su gracia infinita había proporcionado a su criatura todo lo que ella pudiera querer, necesitar o desear. Sin embargo, cuando Lucifer se acercó a tentar a Adán lo tentó en la misma esfera de la prohibición divina, la esfera que había hecho a Adán verdaderamente libre.
   En Gén_3:1 leemos que la serpiente era más astuta que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho. Debe observarse ante todo en nuestra comprensión de la metodología satánica que en la tierra Satanás no puede manifestar físicamente su cuerpo celestial. Para poder manifestarse en la tierra en cualquier forma visible, debe apropiarse un cuerpo físico por medio del cual pueda obrar. El Hijo eterno de Dios podía aparecer físicamente. En el Antiguo Testamento el Ángel de Jehová era una aparición preencarnada del Señor Jesucristo sobre la tierra. El Ángel de Jehová apareció en un cuerpo físico y caminó y habló con los hombres. Pero Satanás no tiene este poder. Más bien se ve precisado a posesionarse de un hombre, una mujer o algún animal para poder manifestar su presencia entre los hombres. Cuando Satanás fue al huerto del Edén a tentar a Adán y Eva para sujetarlos a su propia voluntad, eligió utilizar el cuerpo de una serpiente.
   No pensemos que aquel reptil haya concebido el plan, ni que se opusiera a la declaración de Dios, ni que le importaran las decisiones que tomaran Adán y Eva. Aquel reptil se limitó a facilitar el cuerpo que Satanás utilizó.  Se nos dice que la serpiente (ahora poseída por Satanás) era más astuta que todos los animales del campo. Ningún animal ha concebido jamás la idea de rebelarse contra Dios. La creación animal se halla en perfecta sujeción a Dios. Los evangelios relatan que cuando Cristo fue tentado en el desierto por Satanás, durante cuarenta días las fieras fueron su única compañía. ¿Qué tiene de significativo esto? Que toda la creación, salvo el hombre, reconoce que Dios es soberano. Las fieras que estaban allí con Jesucristo durante ese período de tentación se sometieron a su autoridad. La serpiente del Génesis no fue elegida porque fuera más astuta, sino porque era un medio adecuado por el cual Satanás podía acercarse a Eva. Y llegó a ser más astuta que todo animal del campo en cualquier época, ya que logró que Eva se rebelara contra la voluntad de Dios.
   Lo sutil fue que Satanás pudo acercarse a Eva sin revelar quién era ni cuál era realmente su propósito. Porque Satanás sabía que de haber ido a Eva y haberse revelado abiertamente como enemigo de Dios, invitándola a repudiar la voluntad divina, Eva y Adán hubieran respondido negativamente, repudiando su intento, y su deseo de gobernar este universo se hubiera visto frustrado. De modo que a Satanás le fue necesario transformarse en algo que no era. Si pasamos al Nuevo Testamento en 2Co_11:13-14, veremos que el Apóstol advierte cómo Satanás sigue utilizando el mismo método. Leemos: «Porque éstos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de Cristo. Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz.» También se menciona esta transformación en el capítulo doce del Apocalipsis cuando leemos en  el  versículo   nueve   con   relación   a   Satanás:
«Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero...»
   Ahora bien, diablo y Satanás son palabras significativas, porque significan «engañador» y «calumniador». Cuando Satanás vino para oponerse a la voluntad de Dios, se presentó como un engañador y denigró el carácter y el amor de Dios para poder desviar a Adán y a Eva de su voluntad. Tomemos debida nota de este principio: Satanás siempre obra denigrando la bondad y la santidad de Dios y engañando a los hombres con respecto a su relación para con Dios y la voluntad divina. La serpiente, sutilmente, por engaño, formuló una pregunta: «¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?» Esta pregunta tenía por objeto descubrir cuánto sabía Eva con respecto a lo que Dios había dicho. Para poder engañar a una persona, Satanás tiene que empezar por averiguar el grado de conocimiento que esa persona tiene. Este principio aún tiene vigencia. Si una persona ignora por completo la Palabra de Dios, de tal modo que no sabe nada acerca de la persona de Dios, de su carácter y de sus demandas, a Satanás le resulta fácil engañarla haciéndola creer que ella es completamente aceptable delante de Dios y que no es necesario en absoluto tratar el problema del pecado. Pero si una persona conoce la Palabra de Dios y la santidad de Dios y conoce su propia impiedad, le resulta mucho más difícil a Satanás mantenerla en tinieblas.
   Así que Satanás sondeó para descubrir cuánto sabía Eva de la Palabra de Dios. Para ello formuló esta pregunta: «¿Es cierto que Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?» Y Eva tuvo que confesar que Dios había impuesto una restricción sobre ella, ya que contestó correctamente: «Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis.» Observarás que Eva conocía la prohibición, como también la pena de la desobediencia. Demostró que se hallaba familiarizada con lo que Dios había dicho: El demandaba obediencia a su palabra y había fijado una pena para la desobediencia. Satanás entonces actuó en base a este conocimiento.
   Satanás respondió al conocimiento de Eva con una negativa lisa y llana. «Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis.» Esto constituye una negación categórica de lo que Dios había dicho. Y éste es el mayor insulto que una criatura haya hecho jamás a Dios, porque con ello la serpiente decía abiertamente que Dios era un mentiroso. Acusó a Dios de engaño. ¿No resulta acaso significativo que quien vino a engañar, cuya naturaleza es engañosa, acusara a un Dios santo y justo de aquello que constituía su propio carácter tergiversado y pervertido?
   Luego explicó en el versículo cinco la razón por la cual Dios había negado a Adán y Eva el fruto de este árbol: «Sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal.» Aclaremos este versículo para descubrir la intención de Satanás. La palabra traducida «Dios» es Eloim y es el nombre de Dios en el Antiguo Testamento. Adán y Eva nada sabían de las deidades falsas. Satanás les dijo que si comían de aquel árbol serían semejantes a Dios. ¿Recuerdas lo que el profeta Isaías describió como el deseo de Satanás? «Seré semejante al Altísimo.» Ahora bien, la tentación que presentó a Eva era que si ella tomaba del fruto  del árbol y lo comía,  en  desobediencia a Dios, se elevaría a tal posición que sería semejante al Altísimo. Satanás sabía que quien tiene el derecho de ser obedecido tiene el derecho de ser adorado, porque es soberano. También sabía que si lograba seducir a Eva para que desobedeciera a Dios, su desobediencia constituiría un acto de obediencia a él, y en consecuencia él tendría el derecho de ser adorado. Y si el hombre obedece a Satanás y lo adora, Satanás ha usurpado el lugar de Dios en la creación y ha llegado a ser semejante al Altísimo. En realidad lo que dijo fue: «Dios es celoso; quiere reservarse el derecho de gobernar. No quiere compartir su gloria con nadie. Dios sabe que si tomas este fruto y lo comes serás elevada a su trono y te hallarás en pie de igualdad con Dios. Dios te ha negado la única cosa que te hace menor que El. Si comes este fruto serás semejante a Dios.»
   En la mente de Eva nació un deseo de elevarse a una posición de igualdad con Dios, de revestirse de la gloria inherente al trono de Dios, de compartir la gloria de su trono. Eva alcanzó y tomó el fruto, lo comió y lo ofreció a Adán, el cual también lo comió. El resultado (versículo 7) fue que «fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos». Pero no estaban desnudos ante los ojos de su compañero ni ante la vista de los animales del huerto, ni siquiera ante la vista de Satanás. Estaban desnudos ante los ojos de Dios, porque no hay nada que pueda cubrir la desobediencia que ahora caracterizaba su vida y su andar. Nada podía cubrir el pecado y la maldad causada por su rebelión contra Dios.
   Para poder tomar el fruto que Eva le ofreció, Adán tuvo que renunciar al cetro que Dios le había dado cuando le dijo: «Sojuzgad la tierra.» Porque Adán no podía tener en su mano el cetro y el fruto prohibido al mismo tiempo. Adán sólo podía gobernar mientras fuera obediente. Y allí estaba Lucifer, para arrebatar el cetro que Adán dejó caer.
   En la carta a los Efesios, capítulo 2, versículo 2, el Apóstol nos dice: «En los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire.» Esta descripción —el príncipe de la potestad del aire— reconoce que Satanás ha usurpado el poder de Dios en el dominio angelical. En 2Co_4:4 descubrimos que Pablo reconoce que Satanás ha usurpado la autoridad en otro dominio: «En los cuales el dios de este siglo ("mundo" en la versión inglesa) cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios.» A Satanás se lo denomina allí el Dios de este mundo. En su rebelión contra Dios, llevó ángeles tras sí y se constituyó en un príncipe del dominio celestial. Pero al inducir a Adán y a Eva a la desobediencia, se transformó en el dios de este mundo. Mediante su usurpación de poder en estos dos dominios, Satanás ha tratado de revestirse de la gloria que le pertenece a Dios. Como cuenta con la obediencia de una hueste innumerable de ángeles caídos, se declara independiente de Dios e igual o superior a Dios. A causa de la obediencia que le prestan todos los hombres desde la caída de Adán, Satanás reclama la autoridad que pertenecía al Creador y pretende ser soberano en este dominio terrenal.
   Cuando consideramos la tentación en el huerto del Edén, nos llama la atención el hecho de que Eva tuviera un conocimiento de Dios. Conocía su mandato. Conocía su voluntad. Había andado en armonía y comunión con su amor en el huerto al aire del día. El pecado de Eva nació cuando ella reemplazó el conocimiento divino por el razonamiento humano. Cuando atendió al susurro de Satanás, quien ponía la Palabra de Dios en tela de juicio, ya había dado su primer paso hacia renunciar a la autoridad de Dios.
   La duda y el escepticismo sólo pueden comenzar en la mente. Cuando una persona se acerca a la Palabra de Dios con su propia mente natural, ya ha abierto la puerta al repudio de toda la revelación divina, porque está reemplazando la revelación divina con el razonamiento humano. El Apóstol señala en el primer capítulo de Romanos que el mundo no conoce a Dios. La sabiduría divina es desconocida para los sabios de este mundo. 1Co_1:18-25 lo explica muy claramente:
   «Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios. Pues está escrito: Destruiré la sabiduría de los sabios, y desecharé el entendimiento de los entendidos. ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el disputador de este siglo? ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo? Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación. Porque los judíos piden señales, y los griegos buscan sabiduría; pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura; mas para los llamados, así judíos como griegos, Cristo poder de Dios y sabiduría de Dios. Porque lo insensato de Dios es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres.»
   Y cuando el Apóstol fue a Corinto, se dijo: «No he venido a Corinto como un filósofo, porque la filosofía es razonamiento natural, una mente natural y oscurecida que trata de penetrar en las cosas de Dios por medio del razonamiento. He venido como un revelador. No he venido para emprender la búsqueda de la luz. He venido a traerla. Esa luz se halla en la palabra de Dios. Esa luz se halla en el Evangelio de Jesucristo.» En consecuencia, Pablo dijo: «Me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado.»
   Si confiamos hoy en la sabiduría natural, en el razonamiento natural, en la filosofía natural, nunca comprenderemos las cosas de Dios ni la persona de Dios, porque el hombre no puede conocer a Dios por medio de la filosofía. Nadie podrá conocerle a El hasta que renuncie a su propia sabiduría y acepte la revelación de Dios. Hasta tanto uno confíe mediante un acto de fe en lo que se halla revelado en la Palabra de Dios, seguirá permaneciendo en ignorancia con respecto a las cosas divinas, no importa cuantos títulos universitarios posea.
   Lucifer preguntó a Eva: «¿Cuánto sabes?» Su desmentida de lo que ella sabía produjo escepticismo en la mente de Eva, y ese escepticismo produjo la desobediencia. Como resultado de la desobediencia, el cetro que Dios había dado a Adán pasó a manos de Satanás. Eva fue vencida por las dudas con respecto a la verdad divina, y a causa de ello Satanás se revistió de la gloria de Dios, porque primero Eva y luego Adán se sometieron a él y le adoraron en vez de obedecer a Dios. Tú puedes repetir el mismo pecado. Hasta que te entregues completamente a la verdad de la Palabra de Dios y hagas de ella tu fundamento para la eternidad y tu norma para la vida actual, puedes ser alucinado, engañado y conducido por un sendero de tinieblas. El deseo de Satanás es mantenerte bajo su autoridad, bajo su control, y sometido a su gobierno. No habrá liberación alguna de este reino de tinieblas ni liberación del dios de este mundo hasta que aceptes por la fe a Jesucristo como tu Salvador. No serás partícipe con Dios de la vida eterna hasta que recibas a Jesucristo. Dios te ofrece un Salvador que es sabiduría de Dios, poder de Dios y justicia de Dios, el Único que puede quebrantar el dominio de Satanás sobre tu vida.
 
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DAVID DIAMOND 2013 #1 ANGELES & DEMONIOS www.universobiblico.tv

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Satanás conquista la tierra
Gén_3:1-7

   COMO YA HEMOS DESCUBIERTO, Lucifer codició para sí la gloria que pertenecía al infinito y eterno Dios. A fin de obtener esa gloria, Satanás quiso colocar una hueste innumerable de ángeles bajo su autoridad. En Apo_12:4 leemos que cuando Satanás se rebeló contra Dios arrastró consigo la tercera parte de los seres angelicales creados. Pero Lucifer deseaba revestirse de la gloria de Dios extendiendo también su autoridad a la esfera terrenal de la creación. De este modo podría declararse independiente de Dios y reclamar una autoridad igual a la suya.
   Este deseo de gobernar la tierra lo llevó a poner un plan en marcha. En el primer capítulo del libro de Génesis, versículo 26, mientras creaba al hombre, el Señor dijo: «Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.» Cuando Dios creó al hombre y lo colocó sobre la tierra, le dio autoridad sobre ella. El hombre no era independiente de Dios. Su dependencia le hacía reconocer que Dios era soberano, que tenía el derecho de gobernar, y que era un Dios de gloria. Pero el hombre fue designado representante de Dios sobre la tierra para la administración de los asuntos de Dios y de su reino. El hombre gobernaba, pero por permiso divino. Y Satanás, en su deseo de obtener el dominio de esta tierra, atacó al hombre.
   En el tercer capítulo del Génesis observamos el primer asalto que Satanás dirigió en esta esfera terrenal contra el representante de Dios, el hombre. El relato de la tentación nos es muy conocido. Quienes creen en la Palabra de Dios creen que este incidente fue real y que no debe ser relegado a la categoría de mito. No es la personificación de alguna idea indefinida que surgió en las mentes humanas para explicar la presencia del pecado y que debe ser desechada como realidad. Esto sucedió. Lucifer entró al huerto del Edén, donde Dios había colocado al hombre en el momento de su creación, para apartar su corazón del camino de la obediencia a Dios.
   Cuando Dios puso a Adán en el huerto del Edén, el cual era un reflejo de la perfección del cielo, le dijo: «De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.» (Gén_2:16.) Este mandato restringía la libertad del hombre. El hombre no es libre cuando se halla totalmente independizado de toda autoridad. El hombre es verdaderamente libre cuando puede escoger a quien ha de servir como esclavo. Y Adán se hallaba libre en cuanto podía elegir obedecer a Dios, sometiendo su voluntad a la voluntad divina. Dios había impuesto esta prohibición a Adán: «Del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.» Ni el corazón ni la mente de Adán objetaron jamás esta restricción. Nunca se le ocurrió pensar que Dios le había negado celosamente algo que hubiera sido para su provecho o beneficio. Dios en su gracia infinita había proporcionado a su criatura todo lo que ella pudiera querer, necesitar o desear. Sin embargo, cuando Lucifer se acercó a tentar a Adán lo tentó en la misma esfera de la prohibición divina, la esfera que había hecho a Adán verdaderamente libre.
   En Gén_3:1 leemos que la serpiente era más astuta que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho. Debe observarse ante todo en nuestra comprensión de la metodología satánica que en la tierra Satanás no puede manifestar físicamente su cuerpo celestial. Para poder manifestarse en la tierra en cualquier forma visible, debe apropiarse un cuerpo físico por medio del cual pueda obrar. El Hijo eterno de Dios podía aparecer físicamente. En el Antiguo Testamento el Ángel de Jehová era una aparición preencarnada del Señor Jesucristo sobre la tierra. El Ángel de Jehová apareció en un cuerpo físico y caminó y habló con los hombres. Pero Satanás no tiene este poder. Más bien se ve precisado a posesionarse de un hombre, una mujer o algún animal para poder manifestar su presencia entre los hombres. Cuando Satanás fue al huerto del Edén a tentar a Adán y Eva para sujetarlos a su propia voluntad, eligió utilizar el cuerpo de una serpiente.
   No pensemos que aquel reptil haya concebido el plan, ni que se opusiera a la declaración de Dios, ni que le importaran las decisiones que tomaran Adán y Eva. Aquel reptil se limitó a facilitar el cuerpo que Satanás utilizó.  Se nos dice que la serpiente (ahora poseída por Satanás) era más astuta que todos los animales del campo. Ningún animal ha concebido jamás la idea de rebelarse contra Dios. La creación animal se halla en perfecta sujeción a Dios. Los evangelios relatan que cuando Cristo fue tentado en el desierto por Satanás, durante cuarenta días las fieras fueron su única compañía. ¿Qué tiene de significativo esto? Que toda la creación, salvo el hombre, reconoce que Dios es soberano. Las fieras que estaban allí con Jesucristo durante ese período de tentación se sometieron a su autoridad. La serpiente del Génesis no fue elegida porque fuera más astuta, sino porque era un medio adecuado por el cual Satanás podía acercarse a Eva. Y llegó a ser más astuta que todo animal del campo en cualquier época, ya que logró que Eva se rebelara contra la voluntad de Dios.
   Lo sutil fue que Satanás pudo acercarse a Eva sin revelar quién era ni cuál era realmente su propósito. Porque Satanás sabía que de haber ido a Eva y haberse revelado abiertamente como enemigo de Dios, invitándola a repudiar la voluntad divina, Eva y Adán hubieran respondido negativamente, repudiando su intento, y su deseo de gobernar este universo se hubiera visto frustrado. De modo que a Satanás le fue necesario transformarse en algo que no era. Si pasamos al Nuevo Testamento en 2Co_11:13-14, veremos que el Apóstol advierte cómo Satanás sigue utilizando el mismo método. Leemos: «Porque éstos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de Cristo. Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz.» También se menciona esta transformación en el capítulo doce del Apocalipsis cuando leemos en  el  versículo   nueve   con   relación   a   Satanás:
«Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero...»
   Ahora bien, diablo y Satanás son palabras significativas, porque significan «engañador» y «calumniador». Cuando Satanás vino para oponerse a la voluntad de Dios, se presentó como un engañador y denigró el carácter y el amor de Dios para poder desviar a Adán y a Eva de su voluntad. Tomemos debida nota de este principio: Satanás siempre obra denigrando la bondad y la santidad de Dios y engañando a los hombres con respecto a su relación para con Dios y la voluntad divina. La serpiente, sutilmente, por engaño, formuló una pregunta: «¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?» Esta pregunta tenía por objeto descubrir cuánto sabía Eva con respecto a lo que Dios había dicho. Para poder engañar a una persona, Satanás tiene que empezar por averiguar el grado de conocimiento que esa persona tiene. Este principio aún tiene vigencia. Si una persona ignora por completo la Palabra de Dios, de tal modo que no sabe nada acerca de la persona de Dios, de su carácter y de sus demandas, a Satanás le resulta fácil engañarla haciéndola creer que ella es completamente aceptable delante de Dios y que no es necesario en absoluto tratar el problema del pecado. Pero si una persona conoce la Palabra de Dios y la santidad de Dios y conoce su propia impiedad, le resulta mucho más difícil a Satanás mantenerla en tinieblas.
   Así que Satanás sondeó para descubrir cuánto sabía Eva de la Palabra de Dios. Para ello formuló esta pregunta: «¿Es cierto que Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?» Y Eva tuvo que confesar que Dios había impuesto una restricción sobre ella, ya que contestó correctamente: «Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis.» Observarás que Eva conocía la prohibición, como también la pena de la desobediencia. Demostró que se hallaba familiarizada con lo que Dios había dicho: El demandaba obediencia a su palabra y había fijado una pena para la desobediencia. Satanás entonces actuó en base a este conocimiento.
   Satanás respondió al conocimiento de Eva con una negativa lisa y llana. «Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis.» Esto constituye una negación categórica de lo que Dios había dicho. Y éste es el mayor insulto que una criatura haya hecho jamás a Dios, porque con ello la serpiente decía abiertamente que Dios era un mentiroso. Acusó a Dios de engaño. ¿No resulta acaso significativo que quien vino a engañar, cuya naturaleza es engañosa, acusara a un Dios santo y justo de aquello que constituía su propio carácter tergiversado y pervertido?
   Luego explicó en el versículo cinco la razón por la cual Dios había negado a Adán y Eva el fruto de este árbol: «Sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal.» Aclaremos este versículo para descubrir la intención de Satanás. La palabra traducida «Dios» es Eloim y es el nombre de Dios en el Antiguo Testamento. Adán y Eva nada sabían de las deidades falsas. Satanás les dijo que si comían de aquel árbol serían semejantes a Dios. ¿Recuerdas lo que el profeta Isaías describió como el deseo de Satanás? «Seré semejante al Altísimo.» Ahora bien, la tentación que presentó a Eva era que si ella tomaba del fruto  del árbol y lo comía,  en  desobediencia a Dios, se elevaría a tal posición que sería semejante al Altísimo. Satanás sabía que quien tiene el derecho de ser obedecido tiene el derecho de ser adorado, porque es soberano. También sabía que si lograba seducir a Eva para que desobedeciera a Dios, su desobediencia constituiría un acto de obediencia a él, y en consecuencia él tendría el derecho de ser adorado. Y si el hombre obedece a Satanás y lo adora, Satanás ha usurpado el lugar de Dios en la creación y ha llegado a ser semejante al Altísimo. En realidad lo que dijo fue: «Dios es celoso; quiere reservarse el derecho de gobernar. No quiere compartir su gloria con nadie. Dios sabe que si tomas este fruto y lo comes serás elevada a su trono y te hallarás en pie de igualdad con Dios. Dios te ha negado la única cosa que te hace menor que El. Si comes este fruto serás semejante a Dios.»
   En la mente de Eva nació un deseo de elevarse a una posición de igualdad con Dios, de revestirse de la gloria inherente al trono de Dios, de compartir la gloria de su trono. Eva alcanzó y tomó el fruto, lo comió y lo ofreció a Adán, el cual también lo comió. El resultado (versículo 7) fue que «fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos». Pero no estaban desnudos ante los ojos de su compañero ni ante la vista de los animales del huerto, ni siquiera ante la vista de Satanás. Estaban desnudos ante los ojos de Dios, porque no hay nada que pueda cubrir la desobediencia que ahora caracterizaba su vida y su andar. Nada podía cubrir el pecado y la maldad causada por su rebelión contra Dios.
   Para poder tomar el fruto que Eva le ofreció, Adán tuvo que renunciar al cetro que Dios le había dado cuando le dijo: «Sojuzgad la tierra.» Porque Adán no podía tener en su mano el cetro y el fruto prohibido al mismo tiempo. Adán sólo podía gobernar mientras fuera obediente. Y allí estaba Lucifer, para arrebatar el cetro que Adán dejó caer.
   En la carta a los Efesios, capítulo 2, versículo 2, el Apóstol nos dice: «En los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire.» Esta descripción —el príncipe de la potestad del aire— reconoce que Satanás ha usurpado el poder de Dios en el dominio angelical. En 2Co_4:4 descubrimos que Pablo reconoce que Satanás ha usurpado la autoridad en otro dominio: «En los cuales el dios de este siglo ("mundo" en la versión inglesa) cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios.» A Satanás se lo denomina allí el Dios de este mundo. En su rebelión contra Dios, llevó ángeles tras sí y se constituyó en un príncipe del dominio celestial. Pero al inducir a Adán y a Eva a la desobediencia, se transformó en el dios de este mundo. Mediante su usurpación de poder en estos dos dominios, Satanás ha tratado de revestirse de la gloria que le pertenece a Dios. Como cuenta con la obediencia de una hueste innumerable de ángeles caídos, se declara independiente de Dios e igual o superior a Dios. A causa de la obediencia que le prestan todos los hombres desde la caída de Adán, Satanás reclama la autoridad que pertenecía al Creador y pretende ser soberano en este dominio terrenal.
   Cuando consideramos la tentación en el huerto del Edén, nos llama la atención el hecho de que Eva tuviera un conocimiento de Dios. Conocía su mandato. Conocía su voluntad. Había andado en armonía y comunión con su amor en el huerto al aire del día. El pecado de Eva nació cuando ella reemplazó el conocimiento divino por el razonamiento humano. Cuando atendió al susurro de Satanás, quien ponía la Palabra de Dios en tela de juicio, ya había dado su primer paso hacia renunciar a la autoridad de Dios.
   La duda y el escepticismo sólo pueden comenzar en la mente. Cuando una persona se acerca a la Palabra de Dios con su propia mente natural, ya ha abierto la puerta al repudio de toda la revelación divina, porque está reemplazando la revelación divina con el razonamiento humano. El Apóstol señala en el primer capítulo de Romanos que el mundo no conoce a Dios. La sabiduría divina es desconocida para los sabios de este mundo. 1Co_1:18-25 lo explica muy claramente:
   «Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios. Pues está escrito: Destruiré la sabiduría de los sabios, y desecharé el entendimiento de los entendidos. ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el disputador de este siglo? ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo? Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación. Porque los judíos piden señales, y los griegos buscan sabiduría; pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura; mas para los llamados, así judíos como griegos, Cristo poder de Dios y sabiduría de Dios. Porque lo insensato de Dios es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres.»
   Y cuando el Apóstol fue a Corinto, se dijo: «No he venido a Corinto como un filósofo, porque la filosofía es razonamiento natural, una mente natural y oscurecida que trata de penetrar en las cosas de Dios por medio del razonamiento. He venido como un revelador. No he venido para emprender la búsqueda de la luz. He venido a traerla. Esa luz se halla en la palabra de Dios. Esa luz se halla en el Evangelio de Jesucristo.» En consecuencia, Pablo dijo: «Me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado.»
   Si confiamos hoy en la sabiduría natural, en el razonamiento natural, en la filosofía natural, nunca comprenderemos las cosas de Dios ni la persona de Dios, porque el hombre no puede conocer a Dios por medio de la filosofía. Nadie podrá conocerle a El hasta que renuncie a su propia sabiduría y acepte la revelación de Dios. Hasta tanto uno confíe mediante un acto de fe en lo que se halla revelado en la Palabra de Dios, seguirá permaneciendo en ignorancia con respecto a las cosas divinas, no importa cuantos títulos universitarios posea.
   Lucifer preguntó a Eva: «¿Cuánto sabes?» Su desmentida de lo que ella sabía produjo escepticismo en la mente de Eva, y ese escepticismo produjo la desobediencia. Como resultado de la desobediencia, el cetro que Dios había dado a Adán pasó a manos de Satanás. Eva fue vencida por las dudas con respecto a la verdad divina, y a causa de ello Satanás se revistió de la gloria de Dios, porque primero Eva y luego Adán se sometieron a él y le adoraron en vez de obedecer a Dios. Tú puedes repetir el mismo pecado. Hasta que te entregues completamente a la verdad de la Palabra de Dios y hagas de ella tu fundamento para la eternidad y tu norma para la vida actual, puedes ser alucinado, engañado y conducido por un sendero de tinieblas. El deseo de Satanás es mantenerte bajo su autoridad, bajo su control, y sometido a su gobierno. No habrá liberación alguna de este reino de tinieblas ni liberación del dios de este mundo hasta que aceptes por la fe a Jesucristo como tu Salvador. No serás partícipe con Dios de la vida eterna hasta que recibas a Jesucristo. Dios te ofrece un Salvador que es sabiduría de Dios, poder de Dios y justicia de Dios, el Único que puede quebrantar el dominio de Satanás sobre tu vida.
 
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DAVID DIAMOND 2013 #1 ANGELES & DEMONIOS www.universobiblico.tv

4

Satanás conquista la tierra
Gén_3:1-7

   COMO YA HEMOS DESCUBIERTO, Lucifer codició para sí la gloria que pertenecía al infinito y eterno Dios. A fin de obtener esa gloria, Satanás quiso colocar una hueste innumerable de ángeles bajo su autoridad. En Apo_12:4 leemos que cuando Satanás se rebeló contra Dios arrastró consigo la tercera parte de los seres angelicales creados. Pero Lucifer deseaba revestirse de la gloria de Dios extendiendo también su autoridad a la esfera terrenal de la creación. De este modo podría declararse independiente de Dios y reclamar una autoridad igual a la suya.
   Este deseo de gobernar la tierra lo llevó a poner un plan en marcha. En el primer capítulo del libro de Génesis, versículo 26, mientras creaba al hombre, el Señor dijo: «Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.» Cuando Dios creó al hombre y lo colocó sobre la tierra, le dio autoridad sobre ella. El hombre no era independiente de Dios. Su dependencia le hacía reconocer que Dios era soberano, que tenía el derecho de gobernar, y que era un Dios de gloria. Pero el hombre fue designado representante de Dios sobre la tierra para la administración de los asuntos de Dios y de su reino. El hombre gobernaba, pero por permiso divino. Y Satanás, en su deseo de obtener el dominio de esta tierra, atacó al hombre.
   En el tercer capítulo del Génesis observamos el primer asalto que Satanás dirigió en esta esfera terrenal contra el representante de Dios, el hombre. El relato de la tentación nos es muy conocido. Quienes creen en la Palabra de Dios creen que este incidente fue real y que no debe ser relegado a la categoría de mito. No es la personificación de alguna idea indefinida que surgió en las mentes humanas para explicar la presencia del pecado y que debe ser desechada como realidad. Esto sucedió. Lucifer entró al huerto del Edén, donde Dios había colocado al hombre en el momento de su creación, para apartar su corazón del camino de la obediencia a Dios.
   Cuando Dios puso a Adán en el huerto del Edén, el cual era un reflejo de la perfección del cielo, le dijo: «De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.» (Gén_2:16.) Este mandato restringía la libertad del hombre. El hombre no es libre cuando se halla totalmente independizado de toda autoridad. El hombre es verdaderamente libre cuando puede escoger a quien ha de servir como esclavo. Y Adán se hallaba libre en cuanto podía elegir obedecer a Dios, sometiendo su voluntad a la voluntad divina. Dios había impuesto esta prohibición a Adán: «Del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.» Ni el corazón ni la mente de Adán objetaron jamás esta restricción. Nunca se le ocurrió pensar que Dios le había negado celosamente algo que hubiera sido para su provecho o beneficio. Dios en su gracia infinita había proporcionado a su criatura todo lo que ella pudiera querer, necesitar o desear. Sin embargo, cuando Lucifer se acercó a tentar a Adán lo tentó en la misma esfera de la prohibición divina, la esfera que había hecho a Adán verdaderamente libre.
   En Gén_3:1 leemos que la serpiente era más astuta que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho. Debe observarse ante todo en nuestra comprensión de la metodología satánica que en la tierra Satanás no puede manifestar físicamente su cuerpo celestial. Para poder manifestarse en la tierra en cualquier forma visible, debe apropiarse un cuerpo físico por medio del cual pueda obrar. El Hijo eterno de Dios podía aparecer físicamente. En el Antiguo Testamento el Ángel de Jehová era una aparición preencarnada del Señor Jesucristo sobre la tierra. El Ángel de Jehová apareció en un cuerpo físico y caminó y habló con los hombres. Pero Satanás no tiene este poder. Más bien se ve precisado a posesionarse de un hombre, una mujer o algún animal para poder manifestar su presencia entre los hombres. Cuando Satanás fue al huerto del Edén a tentar a Adán y Eva para sujetarlos a su propia voluntad, eligió utilizar el cuerpo de una serpiente.
   No pensemos que aquel reptil haya concebido el plan, ni que se opusiera a la declaración de Dios, ni que le importaran las decisiones que tomaran Adán y Eva. Aquel reptil se limitó a facilitar el cuerpo que Satanás utilizó.  Se nos dice que la serpiente (ahora poseída por Satanás) era más astuta que todos los animales del campo. Ningún animal ha concebido jamás la idea de rebelarse contra Dios. La creación animal se halla en perfecta sujeción a Dios. Los evangelios relatan que cuando Cristo fue tentado en el desierto por Satanás, durante cuarenta días las fieras fueron su única compañía. ¿Qué tiene de significativo esto? Que toda la creación, salvo el hombre, reconoce que Dios es soberano. Las fieras que estaban allí con Jesucristo durante ese período de tentación se sometieron a su autoridad. La serpiente del Génesis no fue elegida porque fuera más astuta, sino porque era un medio adecuado por el cual Satanás podía acercarse a Eva. Y llegó a ser más astuta que todo animal del campo en cualquier época, ya que logró que Eva se rebelara contra la voluntad de Dios.
   Lo sutil fue que Satanás pudo acercarse a Eva sin revelar quién era ni cuál era realmente su propósito. Porque Satanás sabía que de haber ido a Eva y haberse revelado abiertamente como enemigo de Dios, invitándola a repudiar la voluntad divina, Eva y Adán hubieran respondido negativamente, repudiando su intento, y su deseo de gobernar este universo se hubiera visto frustrado. De modo que a Satanás le fue necesario transformarse en algo que no era. Si pasamos al Nuevo Testamento en 2Co_11:13-14, veremos que el Apóstol advierte cómo Satanás sigue utilizando el mismo método. Leemos: «Porque éstos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de Cristo. Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz.» También se menciona esta transformación en el capítulo doce del Apocalipsis cuando leemos en  el  versículo   nueve   con   relación   a   Satanás:
«Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero...»
   Ahora bien, diablo y Satanás son palabras significativas, porque significan «engañador» y «calumniador». Cuando Satanás vino para oponerse a la voluntad de Dios, se presentó como un engañador y denigró el carácter y el amor de Dios para poder desviar a Adán y a Eva de su voluntad. Tomemos debida nota de este principio: Satanás siempre obra denigrando la bondad y la santidad de Dios y engañando a los hombres con respecto a su relación para con Dios y la voluntad divina. La serpiente, sutilmente, por engaño, formuló una pregunta: «¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?» Esta pregunta tenía por objeto descubrir cuánto sabía Eva con respecto a lo que Dios había dicho. Para poder engañar a una persona, Satanás tiene que empezar por averiguar el grado de conocimiento que esa persona tiene. Este principio aún tiene vigencia. Si una persona ignora por completo la Palabra de Dios, de tal modo que no sabe nada acerca de la persona de Dios, de su carácter y de sus demandas, a Satanás le resulta fácil engañarla haciéndola creer que ella es completamente aceptable delante de Dios y que no es necesario en absoluto tratar el problema del pecado. Pero si una persona conoce la Palabra de Dios y la santidad de Dios y conoce su propia impiedad, le resulta mucho más difícil a Satanás mantenerla en tinieblas.
   Así que Satanás sondeó para descubrir cuánto sabía Eva de la Palabra de Dios. Para ello formuló esta pregunta: «¿Es cierto que Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?» Y Eva tuvo que confesar que Dios había impuesto una restricción sobre ella, ya que contestó correctamente: «Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis.» Observarás que Eva conocía la prohibición, como también la pena de la desobediencia. Demostró que se hallaba familiarizada con lo que Dios había dicho: El demandaba obediencia a su palabra y había fijado una pena para la desobediencia. Satanás entonces actuó en base a este conocimiento.
   Satanás respondió al conocimiento de Eva con una negativa lisa y llana. «Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis.» Esto constituye una negación categórica de lo que Dios había dicho. Y éste es el mayor insulto que una criatura haya hecho jamás a Dios, porque con ello la serpiente decía abiertamente que Dios era un mentiroso. Acusó a Dios de engaño. ¿No resulta acaso significativo que quien vino a engañar, cuya naturaleza es engañosa, acusara a un Dios santo y justo de aquello que constituía su propio carácter tergiversado y pervertido?
   Luego explicó en el versículo cinco la razón por la cual Dios había negado a Adán y Eva el fruto de este árbol: «Sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal.» Aclaremos este versículo para descubrir la intención de Satanás. La palabra traducida «Dios» es Eloim y es el nombre de Dios en el Antiguo Testamento. Adán y Eva nada sabían de las deidades falsas. Satanás les dijo que si comían de aquel árbol serían semejantes a Dios. ¿Recuerdas lo que el profeta Isaías describió como el deseo de Satanás? «Seré semejante al Altísimo.» Ahora bien, la tentación que presentó a Eva era que si ella tomaba del fruto  del árbol y lo comía,  en  desobediencia a Dios, se elevaría a tal posición que sería semejante al Altísimo. Satanás sabía que quien tiene el derecho de ser obedecido tiene el derecho de ser adorado, porque es soberano. También sabía que si lograba seducir a Eva para que desobedeciera a Dios, su desobediencia constituiría un acto de obediencia a él, y en consecuencia él tendría el derecho de ser adorado. Y si el hombre obedece a Satanás y lo adora, Satanás ha usurpado el lugar de Dios en la creación y ha llegado a ser semejante al Altísimo. En realidad lo que dijo fue: «Dios es celoso; quiere reservarse el derecho de gobernar. No quiere compartir su gloria con nadie. Dios sabe que si tomas este fruto y lo comes serás elevada a su trono y te hallarás en pie de igualdad con Dios. Dios te ha negado la única cosa que te hace menor que El. Si comes este fruto serás semejante a Dios.»
   En la mente de Eva nació un deseo de elevarse a una posición de igualdad con Dios, de revestirse de la gloria inherente al trono de Dios, de compartir la gloria de su trono. Eva alcanzó y tomó el fruto, lo comió y lo ofreció a Adán, el cual también lo comió. El resultado (versículo 7) fue que «fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos». Pero no estaban desnudos ante los ojos de su compañero ni ante la vista de los animales del huerto, ni siquiera ante la vista de Satanás. Estaban desnudos ante los ojos de Dios, porque no hay nada que pueda cubrir la desobediencia que ahora caracterizaba su vida y su andar. Nada podía cubrir el pecado y la maldad causada por su rebelión contra Dios.
   Para poder tomar el fruto que Eva le ofreció, Adán tuvo que renunciar al cetro que Dios le había dado cuando le dijo: «Sojuzgad la tierra.» Porque Adán no podía tener en su mano el cetro y el fruto prohibido al mismo tiempo. Adán sólo podía gobernar mientras fuera obediente. Y allí estaba Lucifer, para arrebatar el cetro que Adán dejó caer.
   En la carta a los Efesios, capítulo 2, versículo 2, el Apóstol nos dice: «En los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire.» Esta descripción —el príncipe de la potestad del aire— reconoce que Satanás ha usurpado el poder de Dios en el dominio angelical. En 2Co_4:4 descubrimos que Pablo reconoce que Satanás ha usurpado la autoridad en otro dominio: «En los cuales el dios de este siglo ("mundo" en la versión inglesa) cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios.» A Satanás se lo denomina allí el Dios de este mundo. En su rebelión contra Dios, llevó ángeles tras sí y se constituyó en un príncipe del dominio celestial. Pero al inducir a Adán y a Eva a la desobediencia, se transformó en el dios de este mundo. Mediante su usurpación de poder en estos dos dominios, Satanás ha tratado de revestirse de la gloria que le pertenece a Dios. Como cuenta con la obediencia de una hueste innumerable de ángeles caídos, se declara independiente de Dios e igual o superior a Dios. A causa de la obediencia que le prestan todos los hombres desde la caída de Adán, Satanás reclama la autoridad que pertenecía al Creador y pretende ser soberano en este dominio terrenal.
   Cuando consideramos la tentación en el huerto del Edén, nos llama la atención el hecho de que Eva tuviera un conocimiento de Dios. Conocía su mandato. Conocía su voluntad. Había andado en armonía y comunión con su amor en el huerto al aire del día. El pecado de Eva nació cuando ella reemplazó el conocimiento divino por el razonamiento humano. Cuando atendió al susurro de Satanás, quien ponía la Palabra de Dios en tela de juicio, ya había dado su primer paso hacia renunciar a la autoridad de Dios.
   La duda y el escepticismo sólo pueden comenzar en la mente. Cuando una persona se acerca a la Palabra de Dios con su propia mente natural, ya ha abierto la puerta al repudio de toda la revelación divina, porque está reemplazando la revelación divina con el razonamiento humano. El Apóstol señala en el primer capítulo de Romanos que el mundo no conoce a Dios. La sabiduría divina es desconocida para los sabios de este mundo. 1Co_1:18-25 lo explica muy claramente:
   «Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios. Pues está escrito: Destruiré la sabiduría de los sabios, y desecharé el entendimiento de los entendidos. ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el disputador de este siglo? ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo? Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación. Porque los judíos piden señales, y los griegos buscan sabiduría; pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura; mas para los llamados, así judíos como griegos, Cristo poder de Dios y sabiduría de Dios. Porque lo insensato de Dios es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres.»
   Y cuando el Apóstol fue a Corinto, se dijo: «No he venido a Corinto como un filósofo, porque la filosofía es razonamiento natural, una mente natural y oscurecida que trata de penetrar en las cosas de Dios por medio del razonamiento. He venido como un revelador. No he venido para emprender la búsqueda de la luz. He venido a traerla. Esa luz se halla en la palabra de Dios. Esa luz se halla en el Evangelio de Jesucristo.» En consecuencia, Pablo dijo: «Me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado.»
   Si confiamos hoy en la sabiduría natural, en el razonamiento natural, en la filosofía natural, nunca comprenderemos las cosas de Dios ni la persona de Dios, porque el hombre no puede conocer a Dios por medio de la filosofía. Nadie podrá conocerle a El hasta que renuncie a su propia sabiduría y acepte la revelación de Dios. Hasta tanto uno confíe mediante un acto de fe en lo que se halla revelado en la Palabra de Dios, seguirá permaneciendo en ignorancia con respecto a las cosas divinas, no importa cuantos títulos universitarios posea.
   Lucifer preguntó a Eva: «¿Cuánto sabes?» Su desmentida de lo que ella sabía produjo escepticismo en la mente de Eva, y ese escepticismo produjo la desobediencia. Como resultado de la desobediencia, el cetro que Dios había dado a Adán pasó a manos de Satanás. Eva fue vencida por las dudas con respecto a la verdad divina, y a causa de ello Satanás se revistió de la gloria de Dios, porque primero Eva y luego Adán se sometieron a él y le adoraron en vez de obedecer a Dios. Tú puedes repetir el mismo pecado. Hasta que te entregues completamente a la verdad de la Palabra de Dios y hagas de ella tu fundamento para la eternidad y tu norma para la vida actual, puedes ser alucinado, engañado y conducido por un sendero de tinieblas. El deseo de Satanás es mantenerte bajo su autoridad, bajo su control, y sometido a su gobierno. No habrá liberación alguna de este reino de tinieblas ni liberación del dios de este mundo hasta que aceptes por la fe a Jesucristo como tu Salvador. No serás partícipe con Dios de la vida eterna hasta que recibas a Jesucristo. Dios te ofrece un Salvador que es sabiduría de Dios, poder de Dios y justicia de Dios, el Único que puede quebrantar el dominio de Satanás sobre tu vida.
 
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DAVID DIAMOND 2013 #1 ANGELES & DEMONIOS www.universobiblico.tv

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Satanás conquista la tierra
Gén_3:1-7

   COMO YA HEMOS DESCUBIERTO, Lucifer codició para sí la gloria que pertenecía al infinito y eterno Dios. A fin de obtener esa gloria, Satanás quiso colocar una hueste innumerable de ángeles bajo su autoridad. En Apo_12:4 leemos que cuando Satanás se rebeló contra Dios arrastró consigo la tercera parte de los seres angelicales creados. Pero Lucifer deseaba revestirse de la gloria de Dios extendiendo también su autoridad a la esfera terrenal de la creación. De este modo podría declararse independiente de Dios y reclamar una autoridad igual a la suya.
   Este deseo de gobernar la tierra lo llevó a poner un plan en marcha. En el primer capítulo del libro de Génesis, versículo 26, mientras creaba al hombre, el Señor dijo: «Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.» Cuando Dios creó al hombre y lo colocó sobre la tierra, le dio autoridad sobre ella. El hombre no era independiente de Dios. Su dependencia le hacía reconocer que Dios era soberano, que tenía el derecho de gobernar, y que era un Dios de gloria. Pero el hombre fue designado representante de Dios sobre la tierra para la administración de los asuntos de Dios y de su reino. El hombre gobernaba, pero por permiso divino. Y Satanás, en su deseo de obtener el dominio de esta tierra, atacó al hombre.
   En el tercer capítulo del Génesis observamos el primer asalto que Satanás dirigió en esta esfera terrenal contra el representante de Dios, el hombre. El relato de la tentación nos es muy conocido. Quienes creen en la Palabra de Dios creen que este incidente fue real y que no debe ser relegado a la categoría de mito. No es la personificación de alguna idea indefinida que surgió en las mentes humanas para explicar la presencia del pecado y que debe ser desechada como realidad. Esto sucedió. Lucifer entró al huerto del Edén, donde Dios había colocado al hombre en el momento de su creación, para apartar su corazón del camino de la obediencia a Dios.
   Cuando Dios puso a Adán en el huerto del Edén, el cual era un reflejo de la perfección del cielo, le dijo: «De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.» (Gén_2:16.) Este mandato restringía la libertad del hombre. El hombre no es libre cuando se halla totalmente independizado de toda autoridad. El hombre es verdaderamente libre cuando puede escoger a quien ha de servir como esclavo. Y Adán se hallaba libre en cuanto podía elegir obedecer a Dios, sometiendo su voluntad a la voluntad divina. Dios había impuesto esta prohibición a Adán: «Del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.» Ni el corazón ni la mente de Adán objetaron jamás esta restricción. Nunca se le ocurrió pensar que Dios le había negado celosamente algo que hubiera sido para su provecho o beneficio. Dios en su gracia infinita había proporcionado a su criatura todo lo que ella pudiera querer, necesitar o desear. Sin embargo, cuando Lucifer se acercó a tentar a Adán lo tentó en la misma esfera de la prohibición divina, la esfera que había hecho a Adán verdaderamente libre.
   En Gén_3:1 leemos que la serpiente era más astuta que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho. Debe observarse ante todo en nuestra comprensión de la metodología satánica que en la tierra Satanás no puede manifestar físicamente su cuerpo celestial. Para poder manifestarse en la tierra en cualquier forma visible, debe apropiarse un cuerpo físico por medio del cual pueda obrar. El Hijo eterno de Dios podía aparecer físicamente. En el Antiguo Testamento el Ángel de Jehová era una aparición preencarnada del Señor Jesucristo sobre la tierra. El Ángel de Jehová apareció en un cuerpo físico y caminó y habló con los hombres. Pero Satanás no tiene este poder. Más bien se ve precisado a posesionarse de un hombre, una mujer o algún animal para poder manifestar su presencia entre los hombres. Cuando Satanás fue al huerto del Edén a tentar a Adán y Eva para sujetarlos a su propia voluntad, eligió utilizar el cuerpo de una serpiente.
   No pensemos que aquel reptil haya concebido el plan, ni que se opusiera a la declaración de Dios, ni que le importaran las decisiones que tomaran Adán y Eva. Aquel reptil se limitó a facilitar el cuerpo que Satanás utilizó.  Se nos dice que la serpiente (ahora poseída por Satanás) era más astuta que todos los animales del campo. Ningún animal ha concebido jamás la idea de rebelarse contra Dios. La creación animal se halla en perfecta sujeción a Dios. Los evangelios relatan que cuando Cristo fue tentado en el desierto por Satanás, durante cuarenta días las fieras fueron su única compañía. ¿Qué tiene de significativo esto? Que toda la creación, salvo el hombre, reconoce que Dios es soberano. Las fieras que estaban allí con Jesucristo durante ese período de tentación se sometieron a su autoridad. La serpiente del Génesis no fue elegida porque fuera más astuta, sino porque era un medio adecuado por el cual Satanás podía acercarse a Eva. Y llegó a ser más astuta que todo animal del campo en cualquier época, ya que logró que Eva se rebelara contra la voluntad de Dios.
   Lo sutil fue que Satanás pudo acercarse a Eva sin revelar quién era ni cuál era realmente su propósito. Porque Satanás sabía que de haber ido a Eva y haberse revelado abiertamente como enemigo de Dios, invitándola a repudiar la voluntad divina, Eva y Adán hubieran respondido negativamente, repudiando su intento, y su deseo de gobernar este universo se hubiera visto frustrado. De modo que a Satanás le fue necesario transformarse en algo que no era. Si pasamos al Nuevo Testamento en 2Co_11:13-14, veremos que el Apóstol advierte cómo Satanás sigue utilizando el mismo método. Leemos: «Porque éstos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de Cristo. Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz.» También se menciona esta transformación en el capítulo doce del Apocalipsis cuando leemos en  el  versículo   nueve   con   relación   a   Satanás:
«Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero...»
   Ahora bien, diablo y Satanás son palabras significativas, porque significan «engañador» y «calumniador». Cuando Satanás vino para oponerse a la voluntad de Dios, se presentó como un engañador y denigró el carácter y el amor de Dios para poder desviar a Adán y a Eva de su voluntad. Tomemos debida nota de este principio: Satanás siempre obra denigrando la bondad y la santidad de Dios y engañando a los hombres con respecto a su relación para con Dios y la voluntad divina. La serpiente, sutilmente, por engaño, formuló una pregunta: «¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?» Esta pregunta tenía por objeto descubrir cuánto sabía Eva con respecto a lo que Dios había dicho. Para poder engañar a una persona, Satanás tiene que empezar por averiguar el grado de conocimiento que esa persona tiene. Este principio aún tiene vigencia. Si una persona ignora por completo la Palabra de Dios, de tal modo que no sabe nada acerca de la persona de Dios, de su carácter y de sus demandas, a Satanás le resulta fácil engañarla haciéndola creer que ella es completamente aceptable delante de Dios y que no es necesario en absoluto tratar el problema del pecado. Pero si una persona conoce la Palabra de Dios y la santidad de Dios y conoce su propia impiedad, le resulta mucho más difícil a Satanás mantenerla en tinieblas.
   Así que Satanás sondeó para descubrir cuánto sabía Eva de la Palabra de Dios. Para ello formuló esta pregunta: «¿Es cierto que Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?» Y Eva tuvo que confesar que Dios había impuesto una restricción sobre ella, ya que contestó correctamente: «Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis.» Observarás que Eva conocía la prohibición, como también la pena de la desobediencia. Demostró que se hallaba familiarizada con lo que Dios había dicho: El demandaba obediencia a su palabra y había fijado una pena para la desobediencia. Satanás entonces actuó en base a este conocimiento.
   Satanás respondió al conocimiento de Eva con una negativa lisa y llana. «Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis.» Esto constituye una negación categórica de lo que Dios había dicho. Y éste es el mayor insulto que una criatura haya hecho jamás a Dios, porque con ello la serpiente decía abiertamente que Dios era un mentiroso. Acusó a Dios de engaño. ¿No resulta acaso significativo que quien vino a engañar, cuya naturaleza es engañosa, acusara a un Dios santo y justo de aquello que constituía su propio carácter tergiversado y pervertido?
   Luego explicó en el versículo cinco la razón por la cual Dios había negado a Adán y Eva el fruto de este árbol: «Sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal.» Aclaremos este versículo para descubrir la intención de Satanás. La palabra traducida «Dios» es Eloim y es el nombre de Dios en el Antiguo Testamento. Adán y Eva nada sabían de las deidades falsas. Satanás les dijo que si comían de aquel árbol serían semejantes a Dios. ¿Recuerdas lo que el profeta Isaías describió como el deseo de Satanás? «Seré semejante al Altísimo.» Ahora bien, la tentación que presentó a Eva era que si ella tomaba del fruto  del árbol y lo comía,  en  desobediencia a Dios, se elevaría a tal posición que sería semejante al Altísimo. Satanás sabía que quien tiene el derecho de ser obedecido tiene el derecho de ser adorado, porque es soberano. También sabía que si lograba seducir a Eva para que desobedeciera a Dios, su desobediencia constituiría un acto de obediencia a él, y en consecuencia él tendría el derecho de ser adorado. Y si el hombre obedece a Satanás y lo adora, Satanás ha usurpado el lugar de Dios en la creación y ha llegado a ser semejante al Altísimo. En realidad lo que dijo fue: «Dios es celoso; quiere reservarse el derecho de gobernar. No quiere compartir su gloria con nadie. Dios sabe que si tomas este fruto y lo comes serás elevada a su trono y te hallarás en pie de igualdad con Dios. Dios te ha negado la única cosa que te hace menor que El. Si comes este fruto serás semejante a Dios.»
   En la mente de Eva nació un deseo de elevarse a una posición de igualdad con Dios, de revestirse de la gloria inherente al trono de Dios, de compartir la gloria de su trono. Eva alcanzó y tomó el fruto, lo comió y lo ofreció a Adán, el cual también lo comió. El resultado (versículo 7) fue que «fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos». Pero no estaban desnudos ante los ojos de su compañero ni ante la vista de los animales del huerto, ni siquiera ante la vista de Satanás. Estaban desnudos ante los ojos de Dios, porque no hay nada que pueda cubrir la desobediencia que ahora caracterizaba su vida y su andar. Nada podía cubrir el pecado y la maldad causada por su rebelión contra Dios.
   Para poder tomar el fruto que Eva le ofreció, Adán tuvo que renunciar al cetro que Dios le había dado cuando le dijo: «Sojuzgad la tierra.» Porque Adán no podía tener en su mano el cetro y el fruto prohibido al mismo tiempo. Adán sólo podía gobernar mientras fuera obediente. Y allí estaba Lucifer, para arrebatar el cetro que Adán dejó caer.
   En la carta a los Efesios, capítulo 2, versículo 2, el Apóstol nos dice: «En los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire.» Esta descripción —el príncipe de la potestad del aire— reconoce que Satanás ha usurpado el poder de Dios en el dominio angelical. En 2Co_4:4 descubrimos que Pablo reconoce que Satanás ha usurpado la autoridad en otro dominio: «En los cuales el dios de este siglo ("mundo" en la versión inglesa) cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios.» A Satanás se lo denomina allí el Dios de este mundo. En su rebelión contra Dios, llevó ángeles tras sí y se constituyó en un príncipe del dominio celestial. Pero al inducir a Adán y a Eva a la desobediencia, se transformó en el dios de este mundo. Mediante su usurpación de poder en estos dos dominios, Satanás ha tratado de revestirse de la gloria que le pertenece a Dios. Como cuenta con la obediencia de una hueste innumerable de ángeles caídos, se declara independiente de Dios e igual o superior a Dios. A causa de la obediencia que le prestan todos los hombres desde la caída de Adán, Satanás reclama la autoridad que pertenecía al Creador y pretende ser soberano en este dominio terrenal.
   Cuando consideramos la tentación en el huerto del Edén, nos llama la atención el hecho de que Eva tuviera un conocimiento de Dios. Conocía su mandato. Conocía su voluntad. Había andado en armonía y comunión con su amor en el huerto al aire del día. El pecado de Eva nació cuando ella reemplazó el conocimiento divino por el razonamiento humano. Cuando atendió al susurro de Satanás, quien ponía la Palabra de Dios en tela de juicio, ya había dado su primer paso hacia renunciar a la autoridad de Dios.
   La duda y el escepticismo sólo pueden comenzar en la mente. Cuando una persona se acerca a la Palabra de Dios con su propia mente natural, ya ha abierto la puerta al repudio de toda la revelación divina, porque está reemplazando la revelación divina con el razonamiento humano. El Apóstol señala en el primer capítulo de Romanos que el mundo no conoce a Dios. La sabiduría divina es desconocida para los sabios de este mundo. 1Co_1:18-25 lo explica muy claramente:
   «Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios. Pues está escrito: Destruiré la sabiduría de los sabios, y desecharé el entendimiento de los entendidos. ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el disputador de este siglo? ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo? Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación. Porque los judíos piden señales, y los griegos buscan sabiduría; pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura; mas para los llamados, así judíos como griegos, Cristo poder de Dios y sabiduría de Dios. Porque lo insensato de Dios es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres.»
   Y cuando el Apóstol fue a Corinto, se dijo: «No he venido a Corinto como un filósofo, porque la filosofía es razonamiento natural, una mente natural y oscurecida que trata de penetrar en las cosas de Dios por medio del razonamiento. He venido como un revelador. No he venido para emprender la búsqueda de la luz. He venido a traerla. Esa luz se halla en la palabra de Dios. Esa luz se halla en el Evangelio de Jesucristo.» En consecuencia, Pablo dijo: «Me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado.»
   Si confiamos hoy en la sabiduría natural, en el razonamiento natural, en la filosofía natural, nunca comprenderemos las cosas de Dios ni la persona de Dios, porque el hombre no puede conocer a Dios por medio de la filosofía. Nadie podrá conocerle a El hasta que renuncie a su propia sabiduría y acepte la revelación de Dios. Hasta tanto uno confíe mediante un acto de fe en lo que se halla revelado en la Palabra de Dios, seguirá permaneciendo en ignorancia con respecto a las cosas divinas, no importa cuantos títulos universitarios posea.
   Lucifer preguntó a Eva: «¿Cuánto sabes?» Su desmentida de lo que ella sabía produjo escepticismo en la mente de Eva, y ese escepticismo produjo la desobediencia. Como resultado de la desobediencia, el cetro que Dios había dado a Adán pasó a manos de Satanás. Eva fue vencida por las dudas con respecto a la verdad divina, y a causa de ello Satanás se revistió de la gloria de Dios, porque primero Eva y luego Adán se sometieron a él y le adoraron en vez de obedecer a Dios. Tú puedes repetir el mismo pecado. Hasta que te entregues completamente a la verdad de la Palabra de Dios y hagas de ella tu fundamento para la eternidad y tu norma para la vida actual, puedes ser alucinado, engañado y conducido por un sendero de tinieblas. El deseo de Satanás es mantenerte bajo su autoridad, bajo su control, y sometido a su gobierno. No habrá liberación alguna de este reino de tinieblas ni liberación del dios de este mundo hasta que aceptes por la fe a Jesucristo como tu Salvador. No serás partícipe con Dios de la vida eterna hasta que recibas a Jesucristo. Dios te ofrece un Salvador que es sabiduría de Dios, poder de Dios y justicia de Dios, el Único que puede quebrantar el dominio de Satanás sobre tu vida.
 
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