(“¿De Nazaret puede salir algo de bueno?”

[Juan_1:46]). El Señor Jesús fue conocido como “el hijo del carpintero” (Mateo_13:55; Mar_6:3)




lunes, 21 de enero de 2013

Miguel Sanchez Avila-El pecado de la homosexualidad.

Apo 21:8  Pero en cuanto a los cobardes, los incrédulos, los odiosos, los asesinos, los que cometen inmoralidades sexuales, los que practican la brujería, los que adoran ídolos, y todos los mentirosos,[q] a ellos les tocará ir al lago de azufre ardiente, que es la segunda muerte.”[r]
 

La perspectiva del género y sus amenazas hacia la iglesia. Miguel Sánche...

ABANDONAR
1. apothesis (ἀπόθεσις, G595), dejar de lado. Se utiliza metafóricamente en 1Pe_3:21, y se traduce como «quitar», esto es, purificar las inmundicias de la carne; en 2Pe_1:14 se dice de dejar el cuerpo, lit: «pronto es el abandono de mi tienda, o tabernáculo».¶

2. apoleipo (ἀπολείπω, G620), dejar atrás [apo, de (partitivo)]. Se utiliza: (a) en la voz activa, de dejar atrás un capote (2Ti_4:13); una persona (2Ti_4:20; Jud_1:6); (b) en la voz pasiva, ser reservado, quedar (Heb_4:6, Heb_4:9; Heb_10:26). Véanse DEJAR, QUEDAR.¶ En los papiros se utiliza como término técnico en los testamentos (Moulton y Milligan, Vocabulary).

3. apostrefo (ἀποστρέφω, G654), alejarse, quitar, volver. Significa abandonar en 2Ti_1:15. Véanse APARTAR, CONVERTIR, DESECHAR, DEVOLVER, PERTURBAR, REHUSAR, VOLVER.

4. afiemi (ἀφίημι, G863), tiene en algunas ocasiones el significado de abandonar o dejar. Concretamente, se traduce abandonar en 1Co_7:11-12, 1Co_7:13. En otros pasajes tiene el sentido de dejar. Véanse CONSENTIR, DEJAR, DESPEDIR, ENTREGAR, PERDONAR, PERMITIR, QUEDAR, REMITIR, SALIR.

5. epididomi (ἐπιδίδωμι, G1929), significa dar la mano (epi, sobre) (p.ej., Mat_7:9-10). En Hch_27:15 se utiliza como «abandonarse» al viento; lit: «nos dimos al viento». Véanse DAR, ENTREGAR. 

Ecl 2:1 Dije yo en mi corazón: Ven ahora, te probaré con alegría, y gozarás de bienes. Mas he aquí esto también era vanidad. Ecl 2:2 A la risa dije: Enloqueces; y al placer: ¿De qué sirve esto? Ecl 2:3 Propuse en mi corazón agasajar mi carne con vino, y que anduviese mi corazón en sabiduría, con retención de la necedad, hasta ver cuál fuese el bien de los hijos de los hombres, en el cual se ocuparan debajo del cielo todos los días de su vida. Ecl 2:4 Engrandecí mis obras, edifiqué para mí casas, planté para mí viñas; Ecl 2:5 me hice huertos y jardines, y planté en ellos árboles de todo fruto. Ecl 2:6 Me hice estanques de aguas, para regar de ellos el bosque donde crecían los árboles. Ecl 2:7 Compré siervos y siervas, y tuve siervos nacidos en casa; también tuve posesión grande de vacas y de ovejas, más que todos los que fueron antes de mí en Jerusalén. Ecl 2:8 Me amontoné también plata y oro, y tesoros preciados de reyes y de provincias; me hice de cantores y cantoras, de los deleites de los hijos de los hombres, y de toda clase de instrumentos de música. Ecl 2:9 Y fui engrandecido y aumentado más que todos los que fueron antes de mí en Jerusalén; a más de esto, conservé conmigo mi sabiduría. Ecl 2:10 No negué a mis ojos ninguna cosa que desearan, ni aparté mi corazón de placer alguno, porque mi corazón gozó de todo mi trabajo; y esta fue mi parte de toda mi faena. Ecl 2:11 Miré yo luego todas las obras que habían hecho mis manos, y el trabajo que tomé para hacerlas; y he aquí, todo era vanidad y aflicción de espíritu, y sin provecho debajo del sol. Ecl 2:12 Después volví yo a mirar para ver la sabiduría y los desvaríos y la necedad; porque ¿qué podrá hacer el hombre que venga después del rey? Nada, sino lo que ya ha sido hecho. Ecl 2:13 Y he visto que la sabiduría sobrepasa a la necedad, como la luz a las tinieblas. Ecl 2:14 El sabio tiene sus ojos en su cabeza, mas el necio anda en tinieblas; pero también entendí yo que un mismo suceso acontecerá al uno como al otro. Ecl 2:15 Entonces dije yo en mi corazón: Como sucederá al necio, me sucederá también a mí. ¿Para qué, pues, he trabajado hasta ahora por hacerme más sabio? Y dije en mi corazón, que también esto era vanidad. Ecl 2:16 Porque ni del sabio ni del necio habrá memoria para siempre; pues en los días venideros ya todo será olvidado, y también morirá el sabio como el necio. Ecl 2:17 Aborrecí, por tanto, la vida, porque la obra que se hace debajo del sol me era fastidiosa; por cuanto todo es vanidad y aflicción de espíritu. Ecl 2:18 Asimismo aborrecí todo mi trabajo que había hecho debajo del sol, el cual tendré que dejar a otro que vendrá después de mí. Ecl 2:19 Y ¿quién sabe si será sabio o necio el que se enseñoreará de todo mi trabajo en que yo me afané y en que ocupé debajo del sol mi sabiduría? Esto también es vanidad. Ecl 2:20 Volvió, por tanto, a desesperanzarse mi corazón acerca de todo el trabajo en que me afané, y en que había ocupado debajo del sol mi sabiduría. Ecl 2:21 ¡Que el hombre trabaje con sabiduría, y con ciencia y con rectitud, y que haya de dar su hacienda a hombre que nunca trabajó en ello! También es esto vanidad y mal grande. Ecl 2:22 Porque ¿qué tiene el hombre de todo su trabajo, y de la fatiga de su corazón, con que se afana debajo del sol? Ecl 2:23 Porque todos sus días no son sino dolores, y sus trabajos molestias; aun de noche su corazón no reposa. Esto también es vanidad. Ecl 2:24 No hay cosa mejor para el hombre sino que coma y beba, y que su alma se alegre en su trabajo. También he visto que esto es de la mano de Dios. Ecl 2:25 Porque ¿quién comerá, y quién se cuidará, mejor que yo? Ecl 2:26 Porque al hombre que le agrada, Dios le da sabiduría, ciencia y gozo; mas al pecador da el trabajo de recoger y amontonar, para darlo al que agrada a Dios. También esto es vanidad y aflicción de espíritu. PASTOR. MARTIN CAPELES. PREDICANDO DESDE NUEVA YORK.

Dios no te preguntara

domingo, 20 de enero de 2013

Sal 119:1 *Alef. Felices son los íntegros, los que siguen las enseñanzas del SEÑOR. Sal 119:2 Felices son los que obedecen sus leyes y lo buscan con todo el corazón. Sal 119:3 No negocian con el mal y andan sólo en los caminos del SEÑOR.YIYE ÁVILA - Jonas (Part1) Capitulo 1-4

Éxo 4:1 Sin embargo Moisés protestó de nuevo: —¿Qué hago si no me creen o no me hacen caso? ¿Qué hago si me dicen: “El SEÑOR nunca se te apareció”? Éxo 4:2 Entonces el SEÑOR le preguntó: —¿Qué es lo que tienes en la mano? —Una vara de pastor —contestó Moisés. Éxo 4:3 —Arrójala al suelo —le dijo el SEÑOR. Así que Moisés la tiró al suelo, ¡y la vara se convirtió en una serpiente! Entonces Moisés saltó hacia atrás. Éxo 4:4 Pero el SEÑOR le dijo: —Extiende la mano y agárrala de la cola. Entonces Moisés extendió la mano y la agarró, y la serpiente volvió a ser una vara de pastor. Éxo 4:5 —Realiza esta señal —le dijo el SEÑOR—, y ellos creerán que el SEÑOR, el Dios de sus antepasados, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob, de veras se te apareció. Éxo 4:6 Luego el SEÑOR le dijo a Moisés: —Ahora mete la mano dentro de tu manto. Entonces Moisés metió la mano dentro de su manto, y cuando la sacó, la mano estaba blanca como la nieve, afectada por una grave enfermedad de la piel.* Éxo 4:7 —Ahora vuelve a meter la mano dentro de tu manto —le dijo el SEÑOR. Así que Moisés metió la mano de nuevo, y cuando la sacó, estaba tan sana como el resto de su cuerpo. Éxo 4:8 El SEÑOR le dijo a Moisés: —Si no te creen ni se convencen con la primera señal milagrosa, se convencerán con la segunda. Éxo 4:9 Y si no te creen ni te escuchan aun después de estas dos señales, entonces recoge un poco de agua del río Nilo y derrámala sobre el suelo seco. En cuanto lo hagas, el agua del Nilo se convertirá en sangre sobre el suelo. Éxo 4:10 Pero Moisés rogó al SEÑOR: —Oh Señor, no tengo facilidad de palabra; nunca la tuve, ni siquiera ahora que tú me has hablado. Se me traba la lengua y se me enredan las palabras. Éxo 4:11 Entonces el SEÑOR le preguntó: —¿Quién forma la boca de una persona? ¿Quién decide que una persona hable o no hable, que oiga o no oiga, que vea o no vea? ¿Acaso no soy yo, el SEÑOR? Éxo 4:12 ¡Ahora ve! Yo estaré contigo cuando hables y te enseñaré lo que debes decir. Éxo 4:13 Pero Moisés suplicó de nuevo: —¡Te lo ruego, Señor! Envía a cualquier otro. Éxo 4:14 Entonces el SEÑOR se enojó con Moisés y le dijo: —De acuerdo, ¿qué te parece tu hermano Aarón, el levita? Sé que él habla muy bien. ¡Mira! Ya viene en camino para encontrarte y estará encantado de verte. Éxo 4:15 Habla con él y pon las palabras en su boca. Yo estaré con los dos cuando hablen y les enseñaré lo que tienen que hacer. Éxo 4:16 Aarón será tu vocero ante el pueblo. Él será tu portavoz, y tú tomarás el lugar de Dios ante él al decirle lo que tiene que hablar. Éxo 4:17 Lleva contigo tu vara de pastor y úsala para realizar las señales milagrosas que te mostré. Éxo 4:18 Luego Moisés volvió a la casa de Jetro, su suegro, y le dijo: —Por favor, permíteme volver a Egipto para visitar a mis parientes. Ni siquiera sé si todavía viven. —Ve en paz —le respondió Jetro. Éxo 4:19 Antes de que Moisés saliera de Madián, el SEÑOR le dijo: «Regresa a Egipto, porque ya han muerto todos los que querían matarte». Éxo 4:20 Así que Moisés tomó a su esposa y a sus hijos, los montó en un burro, y regresó a la tierra de Egipto. En la mano llevaba la vara de Dios. Éxo 4:21 El SEÑOR le dijo a Moisés: «Cuando llegues a Egipto, preséntate ante el faraón y haz todos los milagros que te he dado el poder de realizar. Pero yo le endureceré el corazón, y él se negará a dejar salir al pueblo. Éxo 4:22 Entonces le dirás: “Esto dice el SEÑOR: ‘Israel es mi primer hijo varón. Éxo 4:23 Te ordené: deja salir a mi hijo para que pueda adorarme, pero como te has negado, ¡ahora mataré a tu primer hijo varón!’ ”». Éxo 4:24 Rumbo a Egipto, en un lugar donde Moisés se detuvo con su familia para pasar la noche, el SEÑOR enfrentó a Moisés y estuvo a punto de matarlo. Éxo 4:25 Pero Séfora, la esposa de Moisés, tomó un cuchillo de piedra y circuncidó a su hijo. Con el prepucio, tocó los pies* de Moisés y le dijo: «Ahora tú eres un esposo de sangre para mí». Éxo 4:26 (Cuando dijo «un esposo de sangre», se refirió a la circuncisión). Después de ese incidente, el SEÑOR lo dejó en paz. Éxo 4:27 Ahora bien, el SEÑOR le había dicho a Aarón: «Ve al desierto para encontrarte con Moisés». Así que Aarón fue a encontrarse con Moisés en el monte de Dios y lo abrazó. Éxo 4:28 Moisés le contó todo lo que el SEÑOR le había ordenado que dijera y también le contó acerca de las señales milagrosas que el SEÑOR lo mandó a realizar. Éxo 4:29 Luego Moisés y Aarón regresaron a Egipto y convocaron a todos los ancianos de Israel. Éxo 4:30 Aarón les dijo todo lo que el SEÑOR le había dicho a Moisés, y Moisés realizó las señales milagrosas a la vista de ellos. Éxo 4:31 Entonces el pueblo de Israel quedó convencido de que el SEÑOR había enviado a Moisés y a Aarón. Cuando supieron que el SEÑOR se preocupaba por ellos y que había visto su sufrimiento, se inclinaron y adoraron.Benny Hinn Ministries - The Master's Healing Touch - Instrumental Reflec...

Gén 1:1 En el principio, Dios creó los cielos y la tierra.* Gén 1:2 La tierra no tenía forma y estaba vacía, y la oscuridad cubría las aguas profundas; y el Espíritu de Dios se movía en el aire sobre la superficie de las aguas. Gén 1:3 Entonces Dios dijo: «Que haya luz»; y hubo luz. Gén 1:4 Y Dios vio que la luz era buena. Luego separó la luz de la oscuridad. Gén 1:5 Dios llamó a la luz «día» y a la oscuridad «noche». Y pasó la tarde y llegó la mañana, así se cumplió el primer día. Gén 1:6 Entonces Dios dijo: «Que haya un espacio entre las aguas, para separar las aguas de los cielos de las aguas de la tierra»; Gén 1:7 y eso fue lo que sucedió. Dios formó ese espacio para separar las aguas de la tierra de las aguas de los cielos Gén 1:8 y Dios llamó al espacio «cielo». Y pasó la tarde y llegó la mañana, así se cumplió el segundo día. Gén 1:9 Entonces Dios dijo: «Que las aguas debajo del cielo se junten en un solo lugar, para que aparezca la tierra seca»; y eso fue lo que sucedió. Gén 1:10 Dios llamó a lo seco «tierra» y a las aguas «mares». Y Dios vio que esto era bueno. Gén 1:11 Después Dios dijo: «Que de la tierra brote vegetación: toda clase de plantas con semillas y árboles que den frutos con semillas. Estas semillas producirán, a su vez, las mismas clases de plantas y árboles de los que provinieron»; y eso fue lo que sucedió. Gén 1:12 La tierra produjo vegetación: toda clase de plantas con semillas y árboles que dan frutos con semillas. Las semillas produjeron plantas y árboles de la misma clase. Y Dios vio que esto era bueno. Gén 1:13 Y pasó la tarde y llegó la mañana, así se cumplió el tercer día. Gén 1:14 Entonces Dios dijo: «Que aparezcan luces en el cielo para separar el día de la noche; que sean señales para que marquen las estaciones, los días y los años. Gén 1:15 Que esas luces en el cielo brillen sobre la tierra»; y eso fue lo que sucedió. Gén 1:16 Dios hizo dos grandes luces: la más grande para que gobernara el día, y la más pequeña para que gobernara la noche. También hizo las estrellas. Gén 1:17 Dios puso esas luces en el cielo para iluminar la tierra, Gén 1:18 para que gobernaran el día y la noche, y para separar la luz de la oscuridad. Y Dios vio que esto era bueno. Gén 1:19 Y pasó la tarde y llegó la mañana, así se cumplió el cuarto día. Gén 1:20 Entonces Dios dijo: «Que las aguas se colmen de peces y de otras formas de vida. Que los cielos se llenen de aves de toda clase». Gén 1:21 Así que Dios creó grandes criaturas marinas y todos los seres vivientes que se mueven y se agitan en el agua y aves de todo tipo, cada uno produciendo crías de la misma especie. Y Dios vio que esto era bueno. Gén 1:22 Entonces Dios los bendijo con las siguientes palabras: «Sean fructíferos y multiplíquense. Que los peces llenen los mares y las aves se multipliquen sobre la tierra». Gén 1:23 Y pasó la tarde y llegó la mañana, así se cumplió el quinto día. Gén 1:24 Entonces Dios dijo: «Que la tierra produzca toda clase de animales, que cada uno produzca crías de la misma especie: animales domésticos, animales pequeños que corran por el suelo y animales salvajes»; y eso fue lo que sucedió. Gén 1:25 Dios hizo toda clase de animales salvajes, animales domésticos y animales pequeños; cada uno con la capacidad de producir crías de la misma especie. Y Dios vio que esto era bueno. Gén 1:26 Entonces Dios dijo: «Hagamos a los seres humanos* a nuestra imagen, para que sean como nosotros. Ellos reinarán sobre los peces del mar, las aves del cielo, los animales domésticos, todos los animales salvajes de la tierra y los animales pequeños que corren por el suelo». Gén 1:27 Así que Dios creó a los seres humanos* a su propia imagen. A imagen de Dios los creó; hombre y mujer los creó. Gén 1:28 Luego Dios los bendijo con las siguientes palabras: «Sean fructíferos y multiplíquense. Llenen la tierra y gobiernen sobre ella. Reinen sobre los peces del mar, las aves del cielo y todos los animales que corren por el suelo». Gén 1:29 Entonces Dios dijo: «¡Miren! Les he dado todas las plantas con semilla que hay sobre la tierra y todos los árboles frutales para que les sirvan de alimento. Gén 1:30 Y he dado toda planta verde como alimento para todos los animales salvajes, para las aves del cielo y para los animales pequeños que corren por el suelo, es decir, para todo lo que tiene vida»; y eso fue lo que sucedió. Gén 1:31 Entonces Dios miró todo lo que había hecho, ¡y vio que era muy bueno! Y pasó la tarde y llegó la mañana, así se cumplió el sexto día.Susan Boyle - Perfect Day

1Re 8:1 Entonces Salomón mandó llamar a los ancianos de Israel y a todos los jefes de las tribus —los líderes de las familias patriarcales de los israelitas— para que fueran a Jerusalén. Ellos debían trasladar el arca del pacto del SEÑOR desde su sitio en la Ciudad de David, también conocida como Sión, hasta el templo. 1Re 8:2 Así que todos los hombres de Israel se reunieron ante el rey Salomón durante el Festival de las Enramadas, que se celebra anualmente a comienzos del otoño, en el mes de etanim .* 1Re 8:3 Una vez que estaban presentes todos los ancianos de Israel, los sacerdotes levantaron el arca. 1Re 8:4 Los sacerdotes y los levitas trasladaron el arca del SEÑOR, junto con la carpa especial* y todos los objetos sagrados que había en ella. 1Re 8:5 Delante del arca, el rey Salomón y toda la comunidad de Israel sacrificaron ovejas, cabras y ganado, ¡en tal cantidad que fue imposible llevar la cuenta! 1Re 8:6 Luego los sacerdotes llevaron el arca del pacto del SEÑOR al santuario interior del templo —el Lugar Santísimo— y la colocaron bajo las alas de los querubines. 1Re 8:7 Los querubines extendían sus alas por encima del arca y formaban una especie de cubierta sobre el arca y las varas para transportarla. 1Re 8:8 Estas varas eran tan largas que los extremos podían verse desde el salón principal del templo —el Lugar Santo— que está delante del Lugar Santísimo, pero no podían verse desde afuera; y allí permanecen hasta el día de hoy. 1Re 8:9 Lo único que había dentro del arca eran las dos tablas de piedra que Moisés había colocado en ella en el monte Sinaí,* donde el SEÑOR hizo un pacto con los israelitas cuando partieron de la tierra de Egipto. 1Re 8:10 Al salir los sacerdotes del Lugar Santo, una densa nube llenó el templo del SEÑOR. 1Re 8:11 Los sacerdotes no pudieron seguir con la celebración a causa de la nube, porque la gloriosa presencia del SEÑOR llenaba el templo. 1Re 8:12 Entonces Salomón oró: «Oh SEÑOR, tú dijiste que habitarías en una densa nube de oscuridad. 1Re 8:13 Ahora te he construido un templo glorioso, ¡un lugar donde podrás habitar para siempre!* ». 1Re 8:14 Luego el rey se dio vuelta hacia toda la comunidad de Israel, que estaba de pie ante él, y después de bendecir al pueblo, dijo: 1Re 8:15 «Alabado sea el SEÑOR, Dios de Israel, quien cumplió la promesa que le hizo a mi padre David; pues le dijo a mi padre: 1Re 8:16 “Desde el día en que saqué de Egipto a mi pueblo Israel, nunca escogí una ciudad de ninguna de las tribus de Israel como el sitio donde se construyera un templo para honrar mi nombre; pero he elegido a David para que sea rey de mi pueblo Israel”». 1Re 8:17 Después Salomón dijo: «Mi padre David quería construir este templo para honrar el nombre del SEÑOR, Dios de Israel; 1Re 8:18 pero el SEÑOR le dijo: “Tú querías construir el templo para honrar mi nombre; tu intención es buena, 1Re 8:19 pero no serás tú quien lo haga. Será uno de tus hijos quien construirá el templo para honrarme”. 1Re 8:20 »Ahora el SEÑOR ha cumplido la promesa que hizo, porque he llegado a ser rey en lugar de mi padre y ocupo el trono de Israel, tal como el SEÑOR lo prometió. He construido este templo para honrar el nombre del SEÑOR, Dios de Israel. 1Re 8:21 Además he preparado un lugar allí para el arca, la cual contiene el pacto que el SEÑOR hizo con nuestros antepasados cuando los sacó de Egipto». 1Re 8:22 Luego Salomón, de pie ante el altar del SEÑOR y frente a toda la comunidad de Israel, levantó las manos al cielo 1Re 8:23 y oró: «Oh SEÑOR, Dios de Israel, no hay Dios como tú arriba en el cielo ni abajo en la tierra. Tú cumples tu pacto y muestras amor inagotable a quienes andan delante de ti de todo corazón. 1Re 8:24 Has cumplido tu promesa a tu siervo David, mi padre. Pronunciaste esa promesa con tu boca y hoy la has cumplido con tus propias manos. 1Re 8:25 »Ahora, oh SEÑOR, Dios de Israel, lleva a cabo la otra promesa que le hiciste a tu siervo David, mi padre, cuando le dijiste: “Si tus descendientes cuidan su comportamiento y me siguen con fidelidad, así como tú lo has hecho, siempre habrá uno de ellos sentado en el trono de Israel”. 1Re 8:26 Ahora, oh Dios de Israel, cumple esta promesa que le hiciste a tu siervo David, mi padre. 1Re 8:27 »¿Pero es realmente posible que Dios habite en la tierra? Ni siquiera los cielos más altos pueden contenerte, ¡mucho menos este templo que he construido! 1Re 8:28 Sin embargo, escucha mi oración y mi súplica, oh SEÑOR mi Dios. Oye el clamor y la oración que tu siervo te eleva hoy. 1Re 8:29 Que noche y día tus ojos estén sobre este templo, este lugar del cual tú has dicho: “Mi nombre estará allí”. Que siempre oigas las oraciones que elevo hacia este lugar. 1Re 8:30 Que atiendas las peticiones humildes y fervientes de mi parte y de tu pueblo Israel cuando oremos hacia este lugar. Sí, óyenos desde el cielo donde tú vives y, cuando nos escuches, perdona. 1Re 8:31 »Si alguien agravia a otra persona y se le exige que haga juramento de inocencia ante tu altar en este templo, 1Re 8:32 oye entonces desde el cielo y juzga entre tus siervos, entre el acusador y el acusado. Castiga al culpable según su merecido y absuelve al inocente debido a su inocencia. 1Re 8:33 »Si tu pueblo Israel cae derrotado ante sus enemigos por haber pecado contra ti, pero luego vuelve a ti y reconoce tu nombre y eleva oraciones a ti en este templo, 1Re 8:34 oye entonces desde el cielo y perdona el pecado de tu pueblo Israel, y hazlo volver a esta tierra que diste a sus antepasados. 1Re 8:35 »Si los cielos se cierran y no hay lluvia porque tu pueblo ha pecado contra ti, y si luego ellos oran hacia este templo y reconocen tu nombre y se apartan de sus pecados, porque tú lo has castigado, 1Re 8:36 oye entonces desde el cielo y perdona los pecados de tus siervos, tu pueblo Israel. Enséñales a seguir el camino correcto y envía lluvia sobre tu tierra, la tierra que diste a tu pueblo como su preciada posesión. 1Re 8:37 »Si hay hambre en la tierra, o pestes, o plagas en los cultivos, o ataques de langostas u orugas, o si los enemigos de tu pueblo invaden el territorio y sitian las ciudades —cualquiera sea el desastre o la enfermedad que ocurra—; 1Re 8:38 si luego tu pueblo Israel ora por sus dificultades con las manos levantadas hacia este templo, 1Re 8:39 oye entonces desde el cielo donde vives y perdona. Haz con tu pueblo según merecen sus acciones, porque sólo tú conoces el corazón de cada ser humano. 1Re 8:40 Entonces ellos te temerán mientras vivan en la tierra que diste a nuestros antepasados. 1Re 8:41 »En el futuro, los extranjeros que no pertenezcan a tu pueblo Israel oirán de ti. Vendrán de tierras lejanas a causa de tu nombre, 1Re 8:42 porque oirán de tu gran nombre, de tu mano fuerte y de tu brazo poderoso. Cuando ellos oren en dirección a este templo, 1Re 8:43 oye entonces desde el cielo donde vives y concédeles lo que te pidan. De esa forma, todos los habitantes de la tierra llegarán a conocerte y a temerte, igual que tu pueblo Israel. También sabrán que este templo que he construido honra tu nombre. 1Re 8:44 »Si tu pueblo sale a donde tú lo envías a luchar contra sus enemigos, y si ora al SEÑOR en dirección a esta ciudad que has escogido y hacia este templo que yo he construido para honrar tu nombre, 1Re 8:45 oye entonces desde el cielo sus oraciones y defiende su causa. 1Re 8:46 »Si ellos pecan contra ti (¿y quién nunca ha pecado?), tal vez te enojes con ellos y permitas que sus enemigos los conquisten y los lleven cautivos a su tierra, ya sea cerca o lejos. 1Re 8:47 Sin embargo, tal vez en esa tierra, donde estén desterrados, se vuelvan a ti arrepentidos y oren así: “Hemos pecado, hemos hecho lo malo y hemos actuado de manera perversa”. 1Re 8:48 Si ellos se vuelven a ti con todo el corazón y con toda el alma en tierra de sus enemigos, y oran en dirección a la tierra que diste a sus antepasados —hacia esta ciudad que escogiste y hacia este templo que he construido para honrar tu nombre—, 1Re 8:49 oye entonces sus oraciones y su petición desde el cielo donde vives, y defiende su causa. 1Re 8:50 Perdona a tu pueblo que ha pecado contra ti. Perdona todas las ofensas que haya cometido en tu contra. Haz que sus captores le tengan compasión, 1Re 8:51 porque es tu pueblo —tu posesión más preciada— que sacaste de Egipto, ese horno para fundir hierro. 1Re 8:52 »Que tus ojos estén abiertos a mis peticiones y a las peticiones de tu pueblo Israel. Que los oigas y les respondas cada vez que clamen a ti. 1Re 8:53 Pues cuando sacaste a nuestros antepasados de Egipto, oh Soberano SEÑOR, le dijiste a tu siervo Moisés que habías apartado a Israel de todas las demás naciones de la tierra, para que fuera tu posesión más preciada». 1Re 8:54 Cuando Salomón terminó de elevar estas oraciones y peticiones al SEÑOR, se puso de pie frente al altar del SEÑOR, donde estaba arrodillado con las manos levantadas al cielo. 1Re 8:55 De pie bendijo en voz alta a toda la congregación de Israel diciendo: 1Re 8:56 «Alabado sea el SEÑOR, quien ha dado descanso a su pueblo Israel, tal como lo prometió. No ha faltado ni una sola palabra de todas las promesas maravillosas que hizo mediante su siervo Moisés. 1Re 8:57 Que el SEÑOR nuestro Dios esté con nosotros como estuvo con nuestros antepasados; que nunca nos deje ni nos abandone. 1Re 8:58 Que ponga en nosotros el deseo de hacer su voluntad en todo y de obedecer todos los mandatos, los decretos y las ordenanzas que dio a nuestros antepasados. 1Re 8:59 Y que esta oración que hice en la presencia del SEÑOR esté delante de él continuamente, de día y de noche, para que el SEÑOR nuestro Dios haga justicia conmigo y con su pueblo Israel, según las necesidades de cada día. 1Re 8:60 Entonces gente de todo el mundo sabrá que el SEÑOR es el único Dios y que no hay otro. 1Re 8:61 Que ustedes sean totalmente fieles al SEÑOR nuestro Dios; que siempre obedezcan sus decretos y mandatos, tal como lo están haciendo hoy». 1Re 8:62 Luego el rey y todo Israel junto con él ofrecieron sacrificios al SEÑOR. 1Re 8:63 Salomón presentó al SEÑOR una ofrenda de paz de veintidós mil cabezas de ganado y ciento veinte mil ovejas y cabras. Así el rey y todo el pueblo de Israel dedicaron el templo del SEÑOR. 1Re 8:64 Ese mismo día, el rey consagró la parte central del atrio que está delante del templo del SEÑOR. Allí presentó las ofrendas quemadas,* las ofrendas de grano y la grasa de las ofrendas de paz, porque el altar de bronce que está en la presencia del SEÑOR era demasiado pequeño para tantas ofrendas quemadas, ofrendas de grano y la grasa de las ofrendas de paz. 1Re 8:65 Entonces Salomón y todo Israel celebraron el Festival de las Enramadas* en presencia del SEÑOR nuestro Dios. Se había reunido una gran multitud desde lugares tan lejanos como Lebo-hamat, en el norte, y el arroyo de Egipto, en el sur. La celebración continuó catorce días en total: siete días para la dedicación del altar y siete días para el Festival de las Enramadas.* 1Re 8:66 Una vez terminado el festival,* Salomón despidió al pueblo. Ellos bendijeron al rey y regresaron a sus casas llenos de alegría y muy contentos, porque el SEÑOR había sido bueno con su siervo David y con su pueblo Israel.Susan Boyle Subtitulado en español (Les Miserables - Episode 1 - Britain...

Hallelujah

Jua 3:16 “Porque de tal manera amó Elohim al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo el que crea en él no se pierda, sino que tenga vida eterna.
Jua 3:17 Porque Yahweh no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.
Jua 3:18 El que cree en él no se condena; pero el que no cree ya se ha condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Yahweh.
Jua 3:19 Y ésta es la condenación: que la luz ha venido al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas.
Jua 3:20 Porque todo aquel que practica lo malo aborrece la luz, y no viene a la luz, para que no se le censuren sus obras.
Jua 3:21 Pero el que practica la verdad viene a la luz para que se vean sus obras, porque se han hecho en [armonía con] Elohim”.
Jua 3:22 Después de esto, Yahoshúa fue con sus discípulos a la tierra de Yahudah; allí pasaba un tiempo con ellos y sumergía.
Jua 3:23 Yojanán también estaba sumergiendo en Enáyim, junto a Shalem, porque allí había mucha agua; y muchos venían y se sumergían,
Jua 3:24 ya que a Yojanán todavía no lo habían encarcelado.
Jua 3:25 Entonces surgió una discusión entre los discípulos de Yojanán y un yahudita acerca de la purificación.
Jua 3:26 Fueron a Yojanán y le dijeron: “Rabí, el que estaba contigo al otro lado del Yardén, de quien tú has dado testimonio, ¡mira, él está bautizando, y todos van a él!”
Jua 3:27 Yojanán respondió: “Un hombre no puede apropiarse de nada si el Cielo no se lo permite.
Jua 3:28 Ustedes mismos me son testigos de que dije que yo no soy el Mashíaj, sino que me han enviado delante de él.
Jua 3:29 El que tiene a la novia es el novio; pero el amigo del novio, que ha estado presente, cuando lo escucha, se alegra mucho de oír la voz del novio. Por eso este gozo mío ya es completo.
Jua 3:30 A él le conviene crecer, y a mí menguar.
Jua 3:31 “El que viene de arriba está por encima de todos. El que procede de la tierra es terrenal, y su habla procede de la tierra. El que viene del cielo está por encima de todos.
Jua 3:32 Testifica de lo que ha visto y oído, sin embargo nadie recibe su testimonio.
Jua 3:33 El que recibe su testimonio atestigua que Elohim es veraz.
Jua 3:34 Porque el enviado de Yahweh habla las palabras de Elohim, pues Yahweh no da el espíritu por medida.
Jua 3:35 “El Padre ama al Hijo y ha puesto todas las cosas en su mano.
Jua 3:36 El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que desobedece al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Elohim permanece sobre él.

sábado, 19 de enero de 2013

09 Who is the Antichrist? - ¿Quién es el Anticristo? (with subtitles, su...

1Ma 1:1
1. Introducción (1.1-64)
Alejandro y sus sucesores[a]
Alejandro de Macedonia, hijo de Filipo, partió de su país[b] y derrotó a Darío, rey de los persas y los medos, y reinó en lugar de él; primeramente fue rey de Grecia.
1Ma 1:2  Emprendió muchas guerras, se apoderó de ciudades fortificadas, mató a varios reyes de la región,
1Ma 1:3  llegó hasta los lugares más apartados de la tierra[c] y saqueó muchas naciones. Después, toda la tierra quedó en paz bajo su dominio, y Alejandro se llenó de orgullo y soberbia.
1Ma 1:4  Luego de haber reunido un poderosísimo ejército, sometió provincias, naciones y gobernantes, y los obligó a pagarle tributo.
1Ma 1:5  Pero al fin cayó enfermo; y presintiendo que iba a morir,
1Ma 1:6  llamó a sus generales más ilustres, que se habían educado con él desde jóvenes, y antes de morir les repartió su reino.[d]
1Ma 1:7  Después de un reinado de doce años, Alejandro murió.[e]
1Ma 1:8  Entonces sus generales tomaron el poder, cada uno en su propia región,
1Ma 1:9  y tras la muerte de Alejandro fueron coronados como reyes, lo mismo que sus descendientes después de ellos, durante muchos años, y así llenaron de calamidades la tierra.
1Ma 1:10
Antíoco IV Epífanes. Se introducen costumbres paganas en Israel
(2 Mac 4.7–17)
De esa raíz salió un retoño, el malvado Antíoco Epífanes,[f] hijo del rey Antíoco, que había estado como rehén en Roma y empezó a reinar el año ciento treinta y siete de la dominación griega.[g]

1Ma 1:11  Por aquel tiempo aparecieron en Israel renegados que engañaron a muchos diciéndoles: “Hagamos un pacto con las naciones que nos rodean, porque desde que nos separamos de ellas nos han venido muchas calamidades.”[h]
1Ma 1:12  A algunos del pueblo les gustó esto,
1Ma 1:13  y se animaron a ir al rey, y este les dio autorización para seguir las costumbres paganas.
1Ma 1:14  Construyeron un gimnasio en Jerusalén, como acostumbran los paganos;[i]
1Ma 1:15  se hicieron operaciones para ocultar la circuncisión, renegando así de la alianza sagrada;[j] se unieron a los paganos[k] y se vendieron para practicar el mal.
1Ma 1:16
Campaña de Egipto y saqueo del templo de Jerusalén
(2 Mac 5.11–20)
Al ver Antíoco que su reino estaba firme, decidió apoderarse de Egipto para ser rey de los dos países.
1Ma 1:17  Así pues, invadió a Egipto con un poderoso ejército, con carros, elefantes[l] y una gran flota,
1Ma 1:18  y atacó al rey Tolomeo, el cual retrocedió ante él y huyó dejando muchos muertos en el campo.
1Ma 1:19  Antíoco ocupó las ciudades fortificadas de Egipto y saqueó el país.[m]

1Ma 1:20  Después de esta victoria sobre Egipto, en el año ciento cuarenta y tres,[n] Antíoco se puso en marcha con un poderoso ejército contra Israel, y llegó a Jerusalén.
1Ma 1:21  Entró con arrogancia en el santuario y se apoderó del altar de oro, del candelabro con todos sus accesorios,
1Ma 1:22  de la mesa para los panes sagrados, de las copas, las tazas, los cucharones de oro, el velo y las coronas, y arrancó todo el enchapado de oro que adornaba la fachada del templo.[ñ]
1Ma 1:23  Se apoderó también de la plata, el oro, los utensilios preciosos y los tesoros escondidos,[o] los cuales logró encontrar.
1Ma 1:24  Con todas esas cosas se fue a su país. También mató a mucha gente y habló con grandísima insolencia.[p]

1Ma 1:25  En todo Israel hubo una gran tristeza;

1Ma 1:26  los jefes y los ancianos lanzaban ayes de dolor,
las muchachas y los jóvenes perdieron su vigor,
desapareció la belleza de las mujeres.

1Ma 1:27  Los recién casados entonaban lamentaciones,
las novias guardaban luto, sentadas en sus alcobas.

1Ma 1:28  La tierra entera se conmovió
al ver la suerte de sus habitantes;
todo el pueblo de Jacob se vio cubierto de deshonra.
1Ma 1:29
Destrucción de Jerusalén
(2 Mac 5.21–26)
Dos años más tarde,[q] el rey envió a las ciudades de Judea a un funcionario[r] encargado de cobrar los impuestos, el cual llegó a Jerusalén con un poderoso ejército;
1Ma 1:30  con intención de engañar a los habitantes les habló en son de paz, y ellos le creyeron. Pero de repente se lanzó sobre la ciudad, descargó sobre ella un terrible golpe, matando a muchos israelitas,
1Ma 1:31  y después de saquearla la incendió y destruyó las casas y la muralla que la rodeaba.
1Ma 1:32  Sus hombres se llevaron cautivos a las mujeres y a los niños, y se apoderaron del ganado.
1Ma 1:33  Alrededor de la Ciudad de David construyeron una muralla alta y fuerte, con torres fortificadas, y la convirtieron en ciudadela.[s]
1Ma 1:34  Pusieron en ella a paganos impíos y a judíos renegados, que se fortificaron allí.
1Ma 1:35  Almacenaron armas y provisiones, y guardaron allí las cosas que habían robado en Jerusalén. Allí se pusieron al acecho.

1Ma 1:36  Fue un peligro para el santuario
y una constante amenaza[t] para Israel.

1Ma 1:37  Derramaron sangre inocente
alrededor del santuario, y lo profanaron.[u]

1Ma 1:38  Por temor a ellos huyeron los habitantes de Jerusalén;
la ciudad se convirtió en residencia de extranjeros,
sus propios hijos llegaron a ser extraños en ella
y tuvieron que abandonarla.

1Ma 1:39  El templo quedó en ruinas y desierto,
las fiestas se volvieron días de tristeza,
los sábados fueron causa de vergüenza,
y el honor de la ciudad se convirtió en ignominia.

1Ma 1:40  Como fue de grande su gloria,
así de grande fue su humillación.
Su altivez quedó convertida en tristeza.[v]
1Ma 1:41
Antíoco IV introduce cultos paganos
(2 Mac 6.1–11)
El rey publicó entonces en todo su reino un decreto que ordenaba a todos formar un solo pueblo,
1Ma 1:42  abandonando cada uno sus costumbres propias.[w] Todas las otras naciones obedecieron la orden del rey,
1Ma 1:43  y aun muchos israelitas aceptaron la religión del rey,[x] ofrecieron sacrificios a los ídolos y profanaron el sábado.
1Ma 1:44  Por medio de mensajeros, el rey envió a Jerusalén y demás ciudades de Judea decretos que obligaban a seguir costumbres extrañas en el país
1Ma 1:45  y que prohibían ofrecer holocaustos, sacrificios y ofrendas en el santuario, que hacían profanar el sábado, las fiestas,
1Ma 1:46  el santuario y todo lo que era sagrado;
1Ma 1:47  que mandaban construir altares, templos y capillas para el culto idolátrico, así como sacrificar cerdos y otros animales impuros,
1Ma 1:48  dejar sin circuncidar a los niños y mancharse con toda clase de cosas impuras y profanas,
1Ma 1:49  olvidando la ley y cambiando todos los mandamientos.
1Ma 1:50  Aquel que no obedeciera las órdenes del rey, sería condenado a muerte.

1Ma 1:51  Esta orden fue enviada por escrito a todo su reino; además, el rey nombró inspectores para todo el pueblo, y dio orden de que en cada una de las ciudades de Judea se ofrecieran sacrificios.
1Ma 1:52  Muchos judíos, traicionando la ley, acudieron a cumplir estas órdenes; con su perversa manera de proceder
1Ma 1:53  obligaron a los verdaderos israelitas a esconderse en toda clase de refugios.

1Ma 1:54  El día quince del mes de Quisleu del año ciento cuarenta y cinco,[y] el rey cometió un horrible sacrilegio,[z] pues construyó un altar pagano encima del altar de los holocaustos. Igualmente, se construyeron altares en las demás ciudades de Judea.
1Ma 1:55  En las puertas de las casas y en las calles se ofrecía incienso.
1Ma 1:56  Destrozaron y quemaron los libros de la ley que encontraron,
1Ma 1:57  y si a alguien se le encontraba un libro de la alianza de Dios,[a] o alguno simpatizaba con la ley, se le condenaba a muerte, según el decreto del rey.
1Ma 1:58  Así, usando de la fuerza, procedía esa gente mes tras mes contra los israelitas que encontraban en las diversas ciudades.

1Ma 1:59  El día veinticinco de cada mes[b] se ofrecían sacrificios en el altar pagano que estaba sobre el altar de los holocaustos.
1Ma 1:60  De acuerdo con el decreto, a las mujeres que habían hecho circuncidar a sus hijos, las mataron
1Ma 1:61  con sus niños colgados del cuello, y mataron también a sus familiares y a los que habían hecho la circuncisión.
1Ma 1:62  Sin embargo, hubo muchos israelitas que tuvieron la fuerza y el valor para negarse a comer alimentos impuros.
1Ma 1:63  Prefirieron morir antes que profanarse comiendo tales alimentos y violar la alianza sagrada;[c] y, en efecto, murieron.
1Ma 1:64  Fueron días de terribles calamidades para Israel.

09 Who is the Antichrist? - ¿Quién es el Anticristo? (with subtitles, su...

1Ma 1:1
1. Introducción (1.1-64)
Alejandro y sus sucesores[a]
Alejandro de Macedonia, hijo de Filipo, partió de su país[b] y derrotó a Darío, rey de los persas y los medos, y reinó en lugar de él; primeramente fue rey de Grecia.
1Ma 1:2  Emprendió muchas guerras, se apoderó de ciudades fortificadas, mató a varios reyes de la región,
1Ma 1:3  llegó hasta los lugares más apartados de la tierra[c] y saqueó muchas naciones. Después, toda la tierra quedó en paz bajo su dominio, y Alejandro se llenó de orgullo y soberbia.
1Ma 1:4  Luego de haber reunido un poderosísimo ejército, sometió provincias, naciones y gobernantes, y los obligó a pagarle tributo.
1Ma 1:5  Pero al fin cayó enfermo; y presintiendo que iba a morir,
1Ma 1:6  llamó a sus generales más ilustres, que se habían educado con él desde jóvenes, y antes de morir les repartió su reino.[d]
1Ma 1:7  Después de un reinado de doce años, Alejandro murió.[e]
1Ma 1:8  Entonces sus generales tomaron el poder, cada uno en su propia región,
1Ma 1:9  y tras la muerte de Alejandro fueron coronados como reyes, lo mismo que sus descendientes después de ellos, durante muchos años, y así llenaron de calamidades la tierra.
1Ma 1:10
Antíoco IV Epífanes. Se introducen costumbres paganas en Israel
(2 Mac 4.7–17)
De esa raíz salió un retoño, el malvado Antíoco Epífanes,[f] hijo del rey Antíoco, que había estado como rehén en Roma y empezó a reinar el año ciento treinta y siete de la dominación griega.[g]

1Ma 1:11  Por aquel tiempo aparecieron en Israel renegados que engañaron a muchos diciéndoles: “Hagamos un pacto con las naciones que nos rodean, porque desde que nos separamos de ellas nos han venido muchas calamidades.”[h]
1Ma 1:12  A algunos del pueblo les gustó esto,
1Ma 1:13  y se animaron a ir al rey, y este les dio autorización para seguir las costumbres paganas.
1Ma 1:14  Construyeron un gimnasio en Jerusalén, como acostumbran los paganos;[i]
1Ma 1:15  se hicieron operaciones para ocultar la circuncisión, renegando así de la alianza sagrada;[j] se unieron a los paganos[k] y se vendieron para practicar el mal.
1Ma 1:16
Campaña de Egipto y saqueo del templo de Jerusalén
(2 Mac 5.11–20)
Al ver Antíoco que su reino estaba firme, decidió apoderarse de Egipto para ser rey de los dos países.
1Ma 1:17  Así pues, invadió a Egipto con un poderoso ejército, con carros, elefantes[l] y una gran flota,
1Ma 1:18  y atacó al rey Tolomeo, el cual retrocedió ante él y huyó dejando muchos muertos en el campo.
1Ma 1:19  Antíoco ocupó las ciudades fortificadas de Egipto y saqueó el país.[m]

1Ma 1:20  Después de esta victoria sobre Egipto, en el año ciento cuarenta y tres,[n] Antíoco se puso en marcha con un poderoso ejército contra Israel, y llegó a Jerusalén.
1Ma 1:21  Entró con arrogancia en el santuario y se apoderó del altar de oro, del candelabro con todos sus accesorios,
1Ma 1:22  de la mesa para los panes sagrados, de las copas, las tazas, los cucharones de oro, el velo y las coronas, y arrancó todo el enchapado de oro que adornaba la fachada del templo.[ñ]
1Ma 1:23  Se apoderó también de la plata, el oro, los utensilios preciosos y los tesoros escondidos,[o] los cuales logró encontrar.
1Ma 1:24  Con todas esas cosas se fue a su país. También mató a mucha gente y habló con grandísima insolencia.[p]

1Ma 1:25  En todo Israel hubo una gran tristeza;

1Ma 1:26  los jefes y los ancianos lanzaban ayes de dolor,
las muchachas y los jóvenes perdieron su vigor,
desapareció la belleza de las mujeres.

1Ma 1:27  Los recién casados entonaban lamentaciones,
las novias guardaban luto, sentadas en sus alcobas.

1Ma 1:28  La tierra entera se conmovió
al ver la suerte de sus habitantes;
todo el pueblo de Jacob se vio cubierto de deshonra.
1Ma 1:29
Destrucción de Jerusalén
(2 Mac 5.21–26)
Dos años más tarde,[q] el rey envió a las ciudades de Judea a un funcionario[r] encargado de cobrar los impuestos, el cual llegó a Jerusalén con un poderoso ejército;
1Ma 1:30  con intención de engañar a los habitantes les habló en son de paz, y ellos le creyeron. Pero de repente se lanzó sobre la ciudad, descargó sobre ella un terrible golpe, matando a muchos israelitas,
1Ma 1:31  y después de saquearla la incendió y destruyó las casas y la muralla que la rodeaba.
1Ma 1:32  Sus hombres se llevaron cautivos a las mujeres y a los niños, y se apoderaron del ganado.
1Ma 1:33  Alrededor de la Ciudad de David construyeron una muralla alta y fuerte, con torres fortificadas, y la convirtieron en ciudadela.[s]
1Ma 1:34  Pusieron en ella a paganos impíos y a judíos renegados, que se fortificaron allí.
1Ma 1:35  Almacenaron armas y provisiones, y guardaron allí las cosas que habían robado en Jerusalén. Allí se pusieron al acecho.

1Ma 1:36  Fue un peligro para el santuario
y una constante amenaza[t] para Israel.

1Ma 1:37  Derramaron sangre inocente
alrededor del santuario, y lo profanaron.[u]

1Ma 1:38  Por temor a ellos huyeron los habitantes de Jerusalén;
la ciudad se convirtió en residencia de extranjeros,
sus propios hijos llegaron a ser extraños en ella
y tuvieron que abandonarla.

1Ma 1:39  El templo quedó en ruinas y desierto,
las fiestas se volvieron días de tristeza,
los sábados fueron causa de vergüenza,
y el honor de la ciudad se convirtió en ignominia.

1Ma 1:40  Como fue de grande su gloria,
así de grande fue su humillación.
Su altivez quedó convertida en tristeza.[v]
1Ma 1:41
Antíoco IV introduce cultos paganos
(2 Mac 6.1–11)
El rey publicó entonces en todo su reino un decreto que ordenaba a todos formar un solo pueblo,
1Ma 1:42  abandonando cada uno sus costumbres propias.[w] Todas las otras naciones obedecieron la orden del rey,
1Ma 1:43  y aun muchos israelitas aceptaron la religión del rey,[x] ofrecieron sacrificios a los ídolos y profanaron el sábado.
1Ma 1:44  Por medio de mensajeros, el rey envió a Jerusalén y demás ciudades de Judea decretos que obligaban a seguir costumbres extrañas en el país
1Ma 1:45  y que prohibían ofrecer holocaustos, sacrificios y ofrendas en el santuario, que hacían profanar el sábado, las fiestas,
1Ma 1:46  el santuario y todo lo que era sagrado;
1Ma 1:47  que mandaban construir altares, templos y capillas para el culto idolátrico, así como sacrificar cerdos y otros animales impuros,
1Ma 1:48  dejar sin circuncidar a los niños y mancharse con toda clase de cosas impuras y profanas,
1Ma 1:49  olvidando la ley y cambiando todos los mandamientos.
1Ma 1:50  Aquel que no obedeciera las órdenes del rey, sería condenado a muerte.

1Ma 1:51  Esta orden fue enviada por escrito a todo su reino; además, el rey nombró inspectores para todo el pueblo, y dio orden de que en cada una de las ciudades de Judea se ofrecieran sacrificios.
1Ma 1:52  Muchos judíos, traicionando la ley, acudieron a cumplir estas órdenes; con su perversa manera de proceder
1Ma 1:53  obligaron a los verdaderos israelitas a esconderse en toda clase de refugios.

1Ma 1:54  El día quince del mes de Quisleu del año ciento cuarenta y cinco,[y] el rey cometió un horrible sacrilegio,[z] pues construyó un altar pagano encima del altar de los holocaustos. Igualmente, se construyeron altares en las demás ciudades de Judea.
1Ma 1:55  En las puertas de las casas y en las calles se ofrecía incienso.
1Ma 1:56  Destrozaron y quemaron los libros de la ley que encontraron,
1Ma 1:57  y si a alguien se le encontraba un libro de la alianza de Dios,[a] o alguno simpatizaba con la ley, se le condenaba a muerte, según el decreto del rey.
1Ma 1:58  Así, usando de la fuerza, procedía esa gente mes tras mes contra los israelitas que encontraban en las diversas ciudades.

1Ma 1:59  El día veinticinco de cada mes[b] se ofrecían sacrificios en el altar pagano que estaba sobre el altar de los holocaustos.
1Ma 1:60  De acuerdo con el decreto, a las mujeres que habían hecho circuncidar a sus hijos, las mataron
1Ma 1:61  con sus niños colgados del cuello, y mataron también a sus familiares y a los que habían hecho la circuncisión.
1Ma 1:62  Sin embargo, hubo muchos israelitas que tuvieron la fuerza y el valor para negarse a comer alimentos impuros.
1Ma 1:63  Prefirieron morir antes que profanarse comiendo tales alimentos y violar la alianza sagrada;[c] y, en efecto, murieron.
1Ma 1:64  Fueron días de terribles calamidades para Israel.

Famosos Satanicos Masones Argentinos

Isa 33:1 ¡Ay, destructor, tú sin ser destruido! °
¡Ay, traidor, tú sin ser traicionado! °
Cuando ceses de destruir, tú serás destruido;
cuando te canses de traicionar, ellos te traicionará a ti. [162]
Isa 33:2  YAHWEH, muéstranos misericordia; °
hemos esperado por ti.
Sé Tú el brazo de ellos todas las mañanas,
y nuestra salvación en tiempo de aflicción. °
Isa 33:3 Al sonido del tumulto, los pueblos divagaron; °
cuando Tú te exultas, los Goyim son esparcidos.
Isa 33:4 Tu botín es recogido como si despojados por orugas; °
ellos corren sobre él como enjambre de langostas, así se burlarán de ti.
Isa 33:5  YAHWEH es exaltado, pues El habita en lo alto; °
El ha llenado a Tziyon con justicia y rectitud.[163] °
Isa 33:6 El será estabilidad en el tiempo de ustedes,
una riqueza de salvación, sabiduría y conocimiento, °
y de temor a YAHWEH, quien es su tesoro. °
Isa 33:7 ¡Oigan a sus hombres fuertes clamando por ayuda!
Los embajadores de Shalom se lamentan amargamente. °
Isa 33:8 Las carreteras están desiertas, no hay viajeros.
El ha roto su Pacto, despreciado a las ciudades;
No tiene consideración por la vida humana.
Isa 33:9 La Tierra está de luto y debilitándose.
El Levanon se está marchitando con vergüenza.
El Sharon se ha vuelto como el Aravah.
Bashan y Karmel han sido sacudidos hasta desnudarlos.
Isa 33:10 "Ahora me levantaré," dice YAHWEH,
"Ahora seré glorificado; ahora seré exaltado. °
Isa 33:11 Ustedes conciben paja y dan a luz rastrojo,
tu aliento es fuego devorándote.
Isa 33:12 Las naciones serán quemadas en,
como espinos cortados para arder en el fuego.
Isa 33:13 ¡Ustedes que viven lejos, oigan lo que he hecho! °
¡Ustedes que están cerca, reconocerán mi poder![164] °
Isa 33:14 Los pecadores en Tziyon están temerosos, °
el temblor se ha apoderado de los impíos. °
"¿Quién de nosotros puede vivir con el fuego devorador? °
¿Quién de nosotros puede vivir con el fuego eterno? °
Isa 33:15 Aquel cuya vida es justa y sus palabras rectas, °
aquel que aborrece la transgresión y la iniquidad, °
aquel que sacude sus manos y las libra de soborno, °
tapa sus oídos contra palabras de sangre °
y cierra sus ojos para no mirar al mal.
Isa 33:16 Tal persona habitará en las alturas; °
su refugio, una fortaleza entre los riscos,
su alimento y bebida en provisión continua. °
Isa 33:17 Tus ojos verán al Rey en su hermosura, °
ellos contemplarán la tierra extendida en la distancia. °
Isa 33:18 Tu alma meditará en el terror:
"¿Dónde está el escriba?
¿Dónde está el recibidor de tributo?
¿Dónde está el hombre que enumeró las torres?
Isa 33:19 No verás al pueblo intransigente,
ese pueblo cuya lengua es tan oscura,
que balbucea una lengua que no puedes entender.
Isa 33:20 Contempla a Tziyon, la ciudad de nuestras festividades; °
tus ojos verán a Yerushalayim, una morada segura, °
las sukkot que no serán removidas, °
cuyas estacas nunca serán arrancadas
ni sus cuerdas tirantes serán cortadas.[165] °
Isa 33:21 Pero allí en su esplendor, YAHWEH estará con nosotros,
en un lugar de ríos y arroyos anchos.
Pero ninguna barca de remos irá por allí,
ningún barco majestuoso pasará cerca.
Isa 33:22 Porque YAHWEH es nuestro juez, YAHWEH es nuestro legislador, °
YAHWEH es nuestro Rey. El nos salvará.[166] °
Isa 33:23 Porque tus cuerdas están colgando flojas,
no aseguran al mástil, ni tensan la vela.
Entonces el botín compartido es tan enorme,
que hasta los lisiados toman parte del despojo.
Isa 33:24 Ningún habitante dirá: "Estoy enfermo"; °
El pueblo habitando allí le será perdonado su pecado. °

Deu 4:23 Cuídense de ustedes mismos, para que no olviden el Pacto de YAHWEH su Elohim, el cual El hizo con ustedes, y se hagan una imagen tallada, una representación de nada prohibido a ustedes por YAHWEH su Elohim. Deu 4:24 Porque YAHWEH su Elohim es fuego consumidor, un Elohim celoso.[11] Deu 4:25 "Cuando ustedes ya hayan tenido hijos y nietos, hayan vivido un largo tiempo en La Tierra, se hayan corrompido y hayan hecho una imagen tallada, una representación de algo, y así hayan hecho lo que es maldito a los ojos de YAHWEH su Elohim y lo hayan provocado; Deu 4:26 yo pongo hoy al cielo y la tierra que sean testigos contra ustedes que rápidamente desaparecerán de La Tierra a la cual están cruzando el Yarden para poseer. Ustedes no prolongarán sus días allí sino que serán completamente destruidos. Deu 4:27 YAHWEH los esparcirá entre los pueblos; y entre las naciones que YAHWEH los llevará lejos, ustedes quedarán pocos en números.[12] Deu 4:28 Allá servirán dioses que son el producto de manos humanas, hechos de madera y de piedra, cuales no pueden ver, oír, comer ni oler. Deu 4:29 Sin embargo, desde allá ustedes buscarán a YAHWEH su Elohim; y lo encontrarán si lo buscan con todo su corazón y ser. Deu 4:30 En la aflicción de ustedes, cuando todas estas cosas hayan caído sobre ustedes, en el ajarit-hayamim, ustedes regresarán a YAHWEH y escucharán lo que El dice; Deu 4:31 porque YAHWEH su Elohim es un Elohim misericordioso. El no les fallará, ni los destruirá, ni se olvidará del Pacto con sus padres el cual El juró a ellos.[13] Deu 4:32 "De cierto, indaguen acerca del pasado, antes de que ustedes nacieran; desde el día que Elohim creó a los seres humanos en la tierra, desde un extremo del cielo hasta el otro, ¿ha habido algo tan maravilloso como esto? ¿Ha oído alguien algo como esto? Deu 4:33 ¿Algún otro pueblo ha oído la voz de Elohim hablando desde el fuego, como ustedes han oído, y permanecen vivos? Deu 4:34 ¿O ha tratado Elohim ir y tomar para sí una nación de las mismas entrañas de otra nación, por medios de pruebas penosas, señales, maravillas, guerra, una mano poderosa, un brazo extendido[14] y grandes terrores – como todo lo que YAHWEH su Elohim hizo por ustedes en Mitzrayim delante de sus propios ojos? Deu 4:35 Esto fue mostrado a ustedes, para que supieran que YAHWEH es Elohim, y no hay otro aparte de El. Deu 4:36 Desde el cielo El causó que ustedes oyeran su voz, para instruirlos; y en la tierra El causó que ustedes vieran su gran fuego; y ustedes oyeron sus propias palabras saliendo del fuego.[15] Deu 4:37 Porque El amó a sus padres, escogió a su zera después de ellos y los sacó a ustedes de Mitzrayim con su presencia y gran poder, Deu 4:38 para echar delante de ustedes naciones mayores y más fuertes que ustedes, para que El los pudiera traer y darles la tierra de ellos como herencia, como es el caso hoy; Deu 4:39 sepan hoy, y establezcan en su corazón, que YAHWEH es Elohim en el cielo arriba y en la tierra abajo – no hay otro. Deu 4:40 Por lo tanto, ustedes guardarán sus leyes y mitzvot los cuales yo les estoy dando hoy, para que les vaya bien y a sus hijos después de ustedes, y prolongarán sus días en La Tierra que YAHWEH su Elohim les está dando para siempre." Deu 4:41 Entonces Moshe separó tres ciudades en el lado este del Yarden, hacia donde sale el sol, Deu 4:42 para donde un homicida pudiera huir, esto es, alguien que mate por error a una persona a quien no odiaba previamente, y al huir a una de estas ciudades pueda vivir allí. Deu 4:43 Las ciudades fueron Betzer en el desierto, en las llanuras, para los Reuveni; Ramot en Gilead para los Gadi; y Golan en Bashan para los Menashi. Deu 4:44 Esta es la Toráh que Moshe puso delante de los hijos de Yisra'el – Deu 4:45 estas son las instrucciones, leyes y estatutos que Moshe presentó a los hijos de Yisra'el después que habían salido de Mitzrayim – Deu 4:46 del otro lado del Río Yarden, en el valle frente a Beit-Peor, en la tierra de Sijon rey de los Emori, quien vivía en Heshbon, a quien Moshe y los hijos de Yisra'el derrotaron cuando salieron de Mitzrayim; Deu 4:47 y tomaron posesión de su tierra y de la tierra de Og rey de Bashan, dos reyes de los Emori, que estaban del otro lado del Yarden hacia la salida de sol; Deu 4:48 desde Aroer en el borde del Valle Arnon hasta el Monte Sion, esto es, Monte Hermon, Deu 4:49 con todo el Aravah más allá del Yarden hacia el este, hasta el Mar Muerto al pie de la cordillera de Pisgah.Top Tracks for Juanita Bynum (lista de reproducción)

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Éxo 3:1
Dios llama a Moisés
Moisés cuidaba las ovejas de su suegro Jetró, que era sacerdote de Madián, y un día las llevó a través del desierto y llegó hasta el monte de Dios, que se llama Horeb.[a]
Éxo 3:2  Allí el ángel del Señor[b] se le apareció en una llama de fuego, en medio de una zarza. Moisés se fijó bien y se dio cuenta de que la zarza ardía con el fuego, pero no se consumía.
Éxo 3:3  Entonces pensó: “¡Qué cosa tan extraña! Voy a ver por qué no se consume la zarza.”

Éxo 3:4  Cuando el Señor vio que Moisés se acercaba a mirar, lo llamó desde la zarza:
—¡Moisés! ¡Moisés!
—Aquí estoy —contestó Moisés.

Éxo 3:5  Entonces Dios le dijo:
—No te acerques. Y descálzate,[c] porque el lugar donde estás es sagrado.

Éxo 3:6  Y añadió:
—Yo soy el Dios de tus antepasados. Soy el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob.[d]
Moisés se cubrió la cara,[e] pues tuvo miedo de mirar a Dios,
Éxo 3:7  pero el Señor siguió diciendo:
—Claramente he visto cómo sufre mi pueblo que está en Egipto. Los he oído quejarse por culpa de sus capataces, y sé muy bien lo que sufren.
Éxo 3:8  Por eso he bajado, para salvarlos del poder de los egipcios; voy a sacarlos de ese país y a llevarlos a una tierra grande y buena, donde la leche y la miel corren como el agua.[f] Es el país donde viven los cananeos, los hititas, los amorreos, los ferezeos, los heveos y los jebuseos.[g]
Éxo 3:9  Mira, he escuchado las quejas de los israelitas, y he visto también que los egipcios los maltratan mucho.
Éxo 3:10  Por lo tanto, ponte en camino, que te voy a enviar ante el faraón para que saques de Egipto a mi pueblo, a los israelitas.[h]

Éxo 3:11  Entonces Moisés le dijo a Dios:
—¿Y quién soy yo[i] para presentarme ante el faraón y sacar de Egipto a los israelitas?

Éxo 3:12  Y Dios le contestó:
—Yo estaré contigo,[j] y esta es la señal de que yo mismo te envío: cuando hayas sacado de Egipto a mi pueblo, todos ustedes me adorarán en este monte.[k]

Éxo 3:13  Pero Moisés le respondió:
—El problema es que si yo voy y les digo a los israelitas: ‘El Dios de sus antepasados[l] me ha enviado a ustedes,’ ellos me van a preguntar: ‘¿Cómo se llama?’[m] Y entonces, ¿qué les voy a decir?

Éxo 3:14  Y Dios le contestó:
—YO SOY EL QUE SOY.[n] Y dirás a los israelitas: ‘YO SOY[ñ] me ha enviado a ustedes.’

Éxo 3:15  Además, Dios le dijo a Moisés:
—Di también a los israelitas: ‘El Señor,[o] el Dios de los antepasados de ustedes, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, me ha enviado a ustedes.’ Este es mi nombre eterno; este es mi nombre por todos los siglos.
Éxo 3:16  Anda, reúne a los ancianos[p] de Israel y diles: ‘El Señor, el Dios de sus antepasados, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, se me apareció y me dijo que ha puesto su atención[q] en ustedes, y que ha visto el trato que les dan en Egipto.
Éxo 3:17  También me dijo que los va a librar de los sufrimientos en Egipto, y que los va a llevar al país de los cananeos, hititas, amorreos, ferezeos, heveos y jebuseos; a una tierra donde la leche y la miel corren como el agua.’
Éxo 3:18  Los ancianos te harán caso; entonces tú irás con ellos a ver al rey de Egipto, y le dirás: ‘El Señor, el Dios de los hebreos, ha salido a nuestro encuentro. Por lo tanto, déjanos ir al desierto, a una distancia de tres días de camino, a ofrecer sacrificios al Señor nuestro Dios.’
Éxo 3:19  Sin embargo, yo sé muy bien que el rey de Egipto no los dejará salir, si no es por la fuerza.[r]
Éxo 3:20  Por lo tanto, yo mostraré mi poder y heriré de muerte a los egipcios con todas las cosas asombrosas que haré en su país; después de eso el faraón los dejará salir.
Éxo 3:21  Además, yo haré que los israelitas se ganen la buena voluntad de los egipcios, de modo que cuando salgan no se vayan con las manos vacías.
Éxo 3:22  Cada mujer pedirá a su vecina, o a cualquier otra mujer que viva con ella, que le dé objetos de plata y de oro, y vestidos, con los que ustedes vestirán a sus hijos e hijas, despojando así a los egipcios de todo lo que tengan.[s]

marcos brunet (lista de reproducción)


Juan 1:1
I. EL HIJO DE DIOS VIENE AL MUNDO. REVELACIÓN Y RESPUESTA (1–12)
Prólogo[a]
En el principio ya existía la Palabra;[b] y aquel que es la Palabra estaba con Dios y era Dios.
Jua 1:2  Él estaba en el principio con Dios.
Jua 1:3  Por medio de él, Dios hizo todas las cosas; nada de lo que existe fue hecho sin él.[c]
Jua 1:4  En él estaba la vida,[d] y la vida era la luz de la humanidad.[e]
Jua 1:5  Esta luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no han podido apagarla.[f]

Jua 1:6  Hubo un hombre llamado Juan,[g] a quien Dios envió
Jua 1:7  como testigo, para que diera testimonio de la luz y para que todos creyeran por lo que él decía.[h]
Jua 1:8  Juan no era la luz, sino uno enviado a dar testimonio de la luz.
Jua 1:9  La luz verdadera que alumbra a toda la humanidad venía a este mundo.[i]

Jua 1:10  Aquel que es la Palabra estaba en el mundo; y, aunque Dios hizo el mundo por medio de él, los que son del mundo no lo reconocieron.[j]
Jua 1:11  Vino a su propio mundo, pero los suyos no lo recibieron.
Jua 1:12  Pero a quienes lo recibieron y creyeron en él,[k] les concedió el privilegio de llegar a ser hijos de Dios.
Jua 1:13  Y son hijos de Dios,[l] no por la naturaleza ni los deseos humanos, sino porque Dios los ha engendrado.[m]

Jua 1:14  Aquel que es la Palabra se hizo hombre y vivió[n] entre nosotros. Y hemos visto su gloria,[ñ] la gloria que recibió del Padre, por ser su Hijo único, abundante en amor y verdad.
Jua 1:15  Juan dio testimonio de él, diciendo: “Este es aquel a quien yo me refería cuando dije que el que viene después de mí es más importante que yo, porque existía antes que yo.”[o]

Jua 1:16  De su abundancia todos hemos recibido un don en vez de otro;[p]
Jua 1:17  porque la ley fue dada por medio de Moisés, pero el amor y la verdad se han hecho realidad por medio de Jesucristo.[q]
Jua 1:18  Nadie ha visto jamás a Dios;[r] el Hijo único, que es Dios y que vive en íntima comunión con el Padre, es quien nos lo ha dado a conocer.[s]

Jua 1:19
1. Revelación de Jesús con hechos y palabras: respuesta de fe (1.19—3.36)
Juan el Bautista da testimonio de Jesucristo
(Mt 3.11–12; Mc 1.7–8; Lc 3.15–17)
Este es el testimonio de Juan, cuando las autoridades judías[t] enviaron desde Jerusalén sacerdotes y levitas a preguntarle a Juan quién era él.
Jua 1:20  Y él confesó claramente:
—Yo no soy el Mesías.

Jua 1:21  Le volvieron a preguntar:
—¿Quién eres, pues? ¿El profeta Elías?[u]
Juan dijo:
—No lo soy.
Ellos insistieron:
—Entonces, ¿eres el profeta que ha de venir?[v]
Contestó:
—No.

Jua 1:22  Le dijeron:
—¿Quién eres, pues? Tenemos que llevar una respuesta a los que nos enviaron. ¿Qué nos puedes decir de ti mismo?

Jua 1:23  Juan les contestó:
—Yo soy una voz que grita en el desierto: ‘Abran un camino derecho para el Señor’, tal como dijo el profeta Isaías.[w]

Jua 1:24  Los que fueron enviados por los fariseos a hablar con Juan,
Jua 1:25  le preguntaron:
—Pues si no eres el Mesías, ni Elías ni el profeta, ¿por qué bautizas?

Jua 1:26  Juan les contestó:
—Yo bautizo con agua; pero entre ustedes hay uno que no conocen
Jua 1:27  y que viene después de mí. Yo ni siquiera merezco desatarle la correa de sus sandalias.[x]

Jua 1:28  Todo esto sucedió en el lugar llamado Betania,[y] al otro lado del río Jordán, donde Juan estaba bautizando.
Jua 1:29
Jesús, el Cordero de Dios
Al día siguiente, Juan vio a Jesús, que se acercaba a él, y dijo: “¡Miren, ese es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo![z]
Jua 1:30  A él me refería yo cuando dije: ‘Después de mí viene uno que es más importante que yo, porque existía antes que yo.’[a]
Jua 1:31  Yo mismo no sabía quién era; pero he venido bautizando con agua precisamente para que el pueblo de Israel lo conozca.”

Jua 1:32  Juan también declaró: “He visto al Espíritu Santo bajar del cielo como una paloma, y reposar sobre él.
Jua 1:33  Yo todavía no sabía quién era; pero el que me envió a bautizar con agua, me dijo: ‘Aquel sobre quien veas que el Espíritu baja y reposa, es el que bautiza con Espíritu Santo.’[b]
Jua 1:34  Yo ya lo he visto, y soy testigo de que es el Hijo de Dios.”[c]
Jua 1:35
Los primeros discípulos de Jesús
Al día siguiente, Juan estaba allí otra vez con dos de sus seguidores.[d]
Jua 1:36  Cuando vio pasar a Jesús, Juan dijo:
—¡Miren, ese es el Cordero de Dios!

Jua 1:37  Los dos seguidores de Juan lo oyeron decir esto, y siguieron a Jesús.
Jua 1:38  Jesús se volvió, y al ver que lo seguían les preguntó:
—¿Qué están buscando?
Ellos dijeron:
—Maestro, ¿dónde vives?

Jua 1:39  Jesús les contestó:
—Vengan a verlo.
Fueron, pues, y vieron dónde vivía, y pasaron con él el resto del día, porque ya eran como las cuatro de la tarde.

Jua 1:40  Uno de los dos que oyeron a Juan y siguieron a Jesús, era Andrés, hermano de Simón Pedro.
Jua 1:41  Al primero que Andrés se encontró fue a su hermano Simón, y le dijo:
—Hemos encontrado al Mesías (que significa: Cristo).[e]

Jua 1:42  Luego Andrés llevó a Simón a donde estaba Jesús;[f] cuando Jesús lo vio, le dijo:
—Tú eres Simón, hijo de Juan, pero tu nombre será Cefas (que significa: Pedro).[g]
Jua 1:43
Jesús llama a Felipe y a Natanael
Al día siguiente, Jesús decidió ir a la región de Galilea. Encontró a Felipe, y le dijo:
—Sígueme.

Jua 1:44  Este Felipe era del pueblo de Betsaida, de donde eran también Andrés y Pedro.
Jua 1:45  Felipe fue a buscar a Natanael, y le dijo:
—Hemos encontrado a aquel de quien escribió Moisés en los libros de la ley, y de quien también escribieron los profetas.[h] Es Jesús, el hijo de José,[i] el de Nazaret.

Jua 1:46  Dijo Natanael:
—¿Acaso de Nazaret puede salir algo bueno?
Felipe le contestó:
—Ven y compruébalo.[j]

Jua 1:47  Cuando Jesús vio acercarse a Natanael, dijo:
—Aquí viene un verdadero israelita, en quien no hay engaño.

Jua 1:48  Natanael le preguntó:
—¿Cómo es que me conoces?
Jesús le respondió:
—Te vi antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera.[k]

Jua 1:49  Natanael le dijo:
—Maestro, ¡tú eres el Hijo de Dios,[l] tú eres el Rey de Israel![m]

Jua 1:50  Jesús le contestó:
—¿Me crees solamente porque te he dicho que te vi debajo de la higuera? Pues vas a ver cosas más grandes que estas.

Jua 1:51  También dijo Jesús:
—Les aseguro que ustedes verán el cielo abierto, y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre.[n]

Tomame En Tus Brazos - Abel Zavala

Miq 1:1
I. JUICIO DE DIOS SOBRE SAMARIA, DENUNCIAS Y AMENAZAS CONTRA JERUSALÉN Y LAS CIUDADES DE JUDÁ, Y ACUSACIONES CONTRA LAS CLASES DIRIGENTES (1–3)
Juicio de Dios sobre Samaria
Este es el mensaje que el Señor dirigió a Miqueas de Moréset[a] y lo que por revelación le comunicó acerca de Samaria y Jerusalén,[b] en el tiempo en que Jotam, Ahaz y Ezequías[c] reinaban en Judá.[d]

Miq 1:2  Pueblos todos, escuchen esto;
habitantes de todo el país, pongan atención:
El Señor, desde su santo templo,
va a ser testigo contra ustedes.

Miq 1:3  El Señor saldrá del lugar donde habita[e]
y vendrá caminando sobre las cumbres de los montes.

Miq 1:4  Debajo de sus pies se fundirán los montes
como cera puesta al fuego,[f]
y los valles se abrirán en dos
como cortados por las aguas de un torrente.

Miq 1:5  Todo esto por la rebeldía del pueblo de Jacob,
por los pecados del reino de Israel.[g]
¿Dónde está la rebeldía de Jacob?
¡En el pueblo de Samaria!
¿Y dónde los santuarios paganos de Judá?[h]
¡En la misma Jerusalén!

Miq 1:6  Por eso dice el Señor:
“Haré de la ciudad de Samaria un montón de ruinas,[i]
un campo abierto donde plantar viñedos.
Esparciré por el valle las piedras de la ciudad
y pondré al descubierto sus cimientos.

Miq 1:7  Todos sus ídolos quedarán hechos pedazos,
y quemados todos sus troncos sagrados.[j]
Puesto que fueron hechos con dinero de prostitutas,[k]
en dinero de prostitutas los convertiré otra vez.”[l],[m]
Miq 1:8
Lamento de Miqueas
Por eso lloraré con profunda tristeza;
por eso andaré descalzo y desnudo,[n]
aullando como un chacal
y gritando como un pollo de avestruz.[ñ]

Miq 1:9  Porque la herida de Samaria es incurable:
ha alcanzado a Judá
y ha llegado hasta Jerusalén,
la ciudad donde vive mi pueblo.

Miq 1:10  No digan esto a los habitantes de Gat;[o]
no se echen a llorar.
Revuélquense de dolor
entre el polvo de Bet-le-afrá.[p]

Miq 1:11  ¡Habitantes de Safir, vayan al destierro,
desnudos y llenos de vergüenza!
¡No saldrán los que viven en Zaanán!
¡Hay llanto[q] en Bet-ésel,
y ustedes van a quedar sin su apoyo!

Miq 1:12  Los que viven en Marot[r] se retuercen de dolor ansiando sentirse bien,
porque el Señor ha hecho que el mal llegue
a las puertas mismas de Jerusalén.

Miq 1:13  Ustedes, habitantes de Laquis,[s]
que fueron rebeldes como Israel,
que fueron la causa del pecado de Sión,
enganchen caballos a sus carros.

Miq 1:14  Despídanse para siempre de Moréset-gat.
La ciudad de Aczib[t] servirá de trampa
a los reyes de Israel.

Miq 1:15  El Señor dice:
“Contra ustedes, los que viven en Maresá,[u]
enviaré de nuevo un conquistador,
y lo más escogido de Israel
irá a meterse en la cueva de Adulam.[v]

Miq 1:16  Y tú, ciudad de Sión,[w]
rápate la cabeza en señal de dolor,[x]
a causa de los hijos que tanto amas.
Rápate hasta quedar calva como un buitre,
porque tus hijos van a ser llevados al destierro.”[y]

Josué Del Cid - Mi Socorro Viene de Ti

Adonái
(אדוני): Uno de los Nombres del Eterno.

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Joe 2:1  Toquen la trompeta[a] en el monte Sión;[b]
den el toque de alarma en el santo monte del Señor.[c]
Tiemblen todos los que viven en Judá,
porque ya está cerca el día del Señor:

Joe 2:2  día de oscuridad y tinieblas,
día de nubes y sombras.[d]

II. NUEVO ANUNCIO DEL DÍA DEL SEÑOR (2.2b-11)
El ataque de las langostas
Un ejército fuerte y numeroso
se ha desplegado sobre los montes
como la luz del amanecer.
Nunca antes se vio, ni se verá jamás,
nada que se le parezca.[e]

Joe 2:3  Son como el fuego,[f] que todo lo devora;
que ya quema antes de pasar,
y aun después que ha pasado.
La tierra, que antes de su llegada era un paraíso,[g]
cuando se van parece un desierto.
¡No hay nada que se les escape!

Joe 2:4  Su aspecto es como de caballos, corren como jinetes

Joe 2:5  y su estruendo al saltar sobre los montes
es como el estruendo de los carros de guerra,
como el crujir de las hojas secas que arden en el fuego.
Son como un ejército poderoso
en formación de batalla.[h]

Joe 2:6  La gente tiembla al verlas,
y todas las caras palidecen.

Joe 2:7  Como valientes hombres de guerra,
corren, trepan por los muros
y avanzan de frente,
sin torcer ninguna su camino.

Joe 2:8  No se atropellan unas a otras;
cada una sigue su camino,
y se lanzan entre las flechas
sin romper la formación.

Joe 2:9  Asaltan la ciudad,
corren sobre los muros,
trepan por las casas
y como ladrones se cuelan por las ventanas.[i]

Joe 2:10  La tierra tiembla ante ellas,
el cielo se estremece,
el sol y la luna se oscurecen
y las estrellas pierden su brillo.[j]

Joe 2:11  El Señor, al frente de su ejército,
hace oir su voz de trueno.
Muy numeroso es su ejército;
incontables los que cumplen sus órdenes.
¡Qué grande y terrible es el día del Señor!
No hay quien pueda resistirlo.
Joe 2:12
III. INVITACIÓN A LA ALEGRÍA Y A LA ACCIÓN DE GRACIAS, Y PROMESA DE SALVACIÓN (2.12-27)
La misericordia del Señor
“Pero ahora —lo afirma el Señor—,
vuélvanse a mí de todo corazón.
¡Ayunen, griten y lloren!”[k]

Joe 2:13  ¡Vuélvanse ustedes al Señor su Dios,
y desgárrense el corazón
en vez de desgarrarse la ropa!
Porque el Señor es tierno y compasivo,
paciente y todo amor,[l]
dispuesto siempre a levantar el castigo.[m]

Joe 2:14  Tal vez[n] decida no castigarlos a ustedes,
y les envíe bendición:
cereales y vino
para las ofrendas del Señor su Dios.

Joe 2:15  ¡Toquen la trompeta en el monte Sión!
Convoquen al pueblo y proclamen ayuno;[ñ]

Joe 2:16  reúnan al pueblo de Dios, y purifíquenlo;
reúnan a los ancianos, a los niños
y aun a los niños de pecho.
¡Que hasta los recién casados
salgan de la habitación nupcial!

Joe 2:17  Lloren los sacerdotes, los ministros del Señor,
y digan entre el vestíbulo y el altar:[o]
“Perdona, Señor, a tu pueblo;
no dejes que nadie se burle de los tuyos;
no dejes que otras naciones los dominen
y que los paganos digan:
‘¿Dónde está su Dios?’ ”[p]

Joe 2:18  Entonces el Señor mostró su amor[q] por su país; compadecido de su pueblo,
Joe 2:19  dijo:

“Voy a enviarles trigo, vino y aceite,
hasta que queden satisfechos;
y no volveré a permitir
que los paganos se burlen de ustedes.

Joe 2:20  Alejaré de ustedes las langostas que vienen del norte,[r]
y las echaré al desierto.
Ahogaré su vanguardia en el Mar Muerto
y su retaguardia en el Mediterráneo,
y sus cuerpos se pudrirán y apestarán.
¡Voy a hacer grandes cosas!”

Joe 2:21  Alégrate mucho, tierra, y no tengas miedo,
porque el Señor va a hacer grandes cosas.

Joe 2:22  No tengan miedo, animales salvajes,
pues los pastizales reverdecerán,
los árboles darán su fruto,
y habrá higos y uvas en abundancia.

Joe 2:23  ¡Alégrense ustedes, habitantes de Sión,
alégrense en el Señor su Dios!
Él les ha dado las lluvias en el momento oportuno,[s]
las lluvias de invierno y de primavera,[t]
tal como antes lo hacía.

Joe 2:24  Habrá una buena cosecha de trigo
y gran abundancia de vino y aceite.

Joe 2:25  “Yo les compensaré a ustedes
los años que perdieron
a causa de la plaga de langostas,
de ese ejército destructor
que envié contra ustedes.

Joe 2:26  Ustedes comerán hasta quedar satisfechos,
y alabarán al Señor su Dios,
pues yo hice por ustedes grandes maravillas.
Nunca más quedará mi pueblo cubierto de vergüenza,

Joe 2:27  y ustedes, israelitas, habrán de reconocer
que yo, el Señor, estoy con ustedes,
que yo soy su Dios, y nadie más.
¡Nunca más quedará mi pueblo cubierto de vergüenza![u]
Joe 2:28
IV. EL DERRAMAMIENTO DEL ESPÍRITU (2.28–32[3.1–5])
Viene el espíritu de Dios
(3.1) [v] “Después de estas cosas[w]
derramaré mi espíritu[x] sobre toda la humanidad:[y]
los hijos e hijas de ustedes
profetizarán,[z]
los viejos tendrán sueños
y los jóvenes visiones.[a]

Joe 2:29  (3.2) También sobre siervos y siervas
derramaré mi espíritu en aquellos días;

Joe 2:30  (3.3) mostraré en el cielo grandes maravillas,
y sangre, fuego y nubes de humo en la tierra.

Joe 2:31  (3.4) El sol se volverá oscuridad,
y la luna como sangre,
antes que llegue el día del Señor,
día grande y terrible.”

Joe 2:32  (3.5) Pero todos los que invoquen el nombre del Señor
lograrán salvarse[b] de la muerte,
pues en el monte Sión, en Jerusalén,
estará la salvación,[c]
tal como el Señor lo ha prometido.
Los que él ha escogido quedarán con vida.[d]